Como unos campeones fueron recibidos los guerreros del SAU
El nudo en la garganta. Las lágrimas de emoción brotaban en los hinchas que fueron a recibir en el estacionamiento de la municipalidad a los guerreros sanantoninos que la noche del martes intentaron con sus mejores armas el anhelado sueño de toda una provincia: ver a San Antonio Unido en la Primera B después de 32 años.
Los gritos eran fuertes, las banderas flameaban, el cotillón estaba preparado. Tal como si hubieran sido los campeones de Segunda División, la fiesta era total. Pasadas las 17 horas, directo desde el aeropuerto de Santiago, arribó el plantel del SAU.
Uno a uno fueron bajando los jugadores. Las caras eran de tristeza, de frustración. Sabían que la copa estuvo cerca. Un empate y el "Copihue de Plata" hubiera bajado también por la escalinata del bus para ser alzado junto a todos los corazones lilas.
Pero para los hinchas, los mismos que viajaron más de 25 horas sentados en un asiento de bus con tal de estar presentes en el duelo clave ante Puerto Montt, sus jugadores son ganadores. Por eso es que los abrazan, los ovacionan, les piden que se queden para que la próxima temporada termine por fin con esta larga espera.
"Algún día vamos a subir a Primera B. La ciudad de San Antonio merece esa plaza, y estoy seguro que los hinchas también. Como capitán agradecemos que nos hayan acompañado a todos lados", expresó Johanns Dulcien, micrófono en mano hablando desde una tarima afuera de la municipalidad.
Claudio Santis, cartagenino de corazón, asumió su rol como jugador nacido y criado en la provincia. "Hicimos crecer y soñar a toda la provincia y estoy seguro que con esta campaña la gente volvió a reencantarse con los colores y la historia que tiene un club grande como San Antonio Unido", afirmó el excelente golero.
Y si los hinchas y jugadores estaban emocionados, las sensaciones que seguramente estaba viviendo el presidente Miguel Díaz lo tenían con un nudo en la garganta. "Vamos a hacer todo lo posible para que el próximo año podamos ascender a Primera B", le aseguraba, con los ojos brillosos y la voz quebrada, Miguel Díaz a los hinchas lilas.
Los fanáticos respondieron con aplausos, y sellaron afuera de la municipalidad el esperado reencantamiento de la ciudad con el SAU. J
l Justo cuando San Antonio Unido estaba cumpliendo una de sus campañas más históricas, el hincha número uno de los lilas Raúl Acevedo sufrió una enfermedad que le privó hacer lo que más le gusta: viajar por el país siguiendo al SAU. Por eso es que ayer fue uno de los primeros en llegar a la municipalidad para agradecer a los jugadores. "Escuchaba los partidos por la radio, y me puse muy contento cada vez que ganaban. Lamentablemente no se pudo ascender, pero quedé muy feliz por la entrega de los muchachos", afirmó Acevedo.