l Una masiva caravana de vehículos acompañó ayer el cortejo fúnebre de la pequeña Esperanza Vergara, quien murió la madrugada del miércoles después de someterse a una intervención quirúrgica que esperó por dos largos años.

Con el tema "Color Esperanza", del cantante Diego Torres, sus profesores y compañeros del Instituto Psicopedagógico de Barrancas le rindieron su último adiós a la pequeña llolleína que vivió postrada en su casa sufriendo intensos dolores debido a una herida abierta en su estómago.

Los vehículos recorrieron las calles de Llolleo y Barrancas con los restos de Esperanza hasta llegar al Instituto Psicopedagógico donde se le ofreció un emotivo homenaje.

El dolor de alumnos, compañeros, amigos, familiares y su propia madre se hizo notar en el emotivo ambiente que se vivió cerca de las 16 horas en la calle 4 Sur. Agitando globos blancos y rosados cantaron y pidieron que "vuele alto" la niña que conmovió a cientos de sanantoninos.

Posteriormente, sus restos fueron trasladados hasta el Cementerio Parque del Sendero de Llolleo. J

"Llevo 31 años trabajando en esta carnicería y así como voy estoy seguro que no alcanzaré a llegar a los 32".

Miguel Jorquera está aburrido y ya no sabe qué hacer. El martes pasado un grupo de antisociales intentó abrir su carnicería Obreros Portuarios, que está ubicada en calle Independencia con Luis Reuss, sin obtener buenos resultados. Los candados habían sido forzados y la advertencia era clara para este sananantonino.

"Había sacado el cartel de la carnicería porque me iba a retirar del rubro. Estoy aburrido de los robos, ya hemos sufrido hartos", contó.

Una llamada de su esposa lo alertó de lo que no quería escuchar. La madrugada de ayer un grupo de ladrones, quizá el mismo que intentó abrir su negocio el martes sin resultados, ahora sí consiguió su cometido.

quiere bajar la cortina

"Rompieron los candados con un napoleón y luego abrieron la cortina del local. Entraron y se llevaron toda la carne que me había llegado el día anterior. Era pura carne buena como lomo vetado, liso y filete, entre otros. Las pérdidas deben ser fácilmente de un millón de pesos", detalla Jorquera con cara de resignación y con la clara idea de abandonar el negocio.

"No puede ser que nadie vea lo que está pasando acá. Hay una plaza acá mismo (Manuel Rodríguez) que tiene todos los focos malos y nadie hace nada. Aparte anda mucho cabro queriendo asaltar. Uno se da cuenta porque se dan hartas vueltas por afuera del negocio y uno qué tiene que hacer... cerrar, porque no queda otra. Además no solo a mí me robaron, sino también a mi vecina que tiene un bazar", cuenta el carnicero.

Efectivamente, Adriana Sarmiento, dueña del local La Bodeguita, colindante a la carnicería, confirmó que su local también fue afectado por este robo ocupando el mismo modus operandi. "Se llevaron todos los cigarros que encontraron, no dejaron ninguno", describió. J