El bombero más antiguo de Santo Domingo cuenta las penas y alegrías de 58 años de servicio
Jorge Osorio Vera no es un bombero como los demás en Santo Domingo. Con 58 años de historia al interior de la institución se ha hecho merecedor del respeto de sus compañeros, quienes tienen la obligación de escucharlo y saludarlo con reverencia.
Es el único miembro vivo del grupo de santodominganos que fundó la Primera Compañía el 21 de mayo de 1957, autor de su himno, y además voluntario activo a pesar de sus 75 años de edad. Ingresó cuando tenía sólo 16 años. Asegura que nunca se le ha pasado por la mente la idea de salirse y que morirá siendo un "chico bueno".
Recibió sus primeras instrucciones de la mano de Ignacio Piñeiro, antiguo director y comandante de los bomberos de Llolleo, quien se ofreció para formar a la treintena de personas que compuso la compañía a finales de la década del cincuenta.
Jorge era el más joven del grupo formado por Fernando Echavarría, el visionario que se dio cuenta de la necesidad de contar con un cuerpo organizado que atendiera las emergencias al sur del puente Lo Gallardo.
Empezando de cero
Por aquella época Santo Domingo no era más que bosques. No había calles pavimentadas ni menos grifos en las esquinas. Los bomberos tampoco tenían muchos avances. Eran llamados con la campana de la parroquia y recogidos por un camión municipal al que le apodaron "el lata".
"No teníamos sirena, ni carros, ni uniformes… nada", recuerda Jorge Osorio. "La gente se moría de la risa porque para nuestros ejercicios nos decían media vuelta y quedábamos mirándonos unos con otros. No cachábamos mucho, todo lo aprendimos sobre la marcha", agrega.
"Para cuando se quemó la primera casa nosotros ayudamos sosteniendo las mangueras a la gente que vino de Llolleo y San Antonio. Nosotros solo teníamos baldes", rememora.
"En la Plaza del Hoyo poníamos unas ramas y las apagábamos haciendo una cadena humana. Teníamos que sacar agua de las casas", dice ahora con risa por la precariedad con la que comenzaron a trabajar.
FRENTE AL PRESIDENTE
Al poco tiempo tuvo el orgullo de representar al nuevo Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo por primera vez fuera de la zona. Fue a principios de los sesenta, frente al Presidente de la República Jorge Alessandri Rodríguez en La Moneda.
"Había bomberos de todas partes de Chile, les brillaban las chaquetas y nosotros éramos los más rotos. Cuando por alto parlante dijeron que íbamos pasando nosotros se me llegó a apretar el casco. Había gente por todos lados. Fue muy lindo", comenta.
A medida que fueron creciendo las comodidades de los voluntarios y los implementos para trabajar, también fue disminuyendo la cantidad de ellos. "Muchos no sabían lo que es ser bombero, no les gustaba tener que levantarse en la noche cuando estaban calentito, pero yo me quedé", recuerda.
experiencia más difícil
A mediados de los noventa se enfrentó a la experiencia más traumática de su carrera bomberil. Un helicóptero de Carabineros cayó y se incendió con dos personas a bordo, quienes resultaron totalmente carbonizados.
Jorge nunca se había topado con una experiencia así, pero tomó valor y miró los cuerpos quemados. "No quería que me contaran cuentos", reflexiona ahora.
"Esa imagen me quedó grabada harto tiempo. Me acordaba de los cuerpos, fue muy impactante", agrega, mientras simula la forma con la que se acercó a ver los restos de los uniformados que pilotaban la nave en medio de una campaña para promover el uso del cinturón de seguridad.
creador del himno
Como buen hijo de eléctrico aprendió el oficio de su padre y también se dedicó a la pintura por largo tiempo. Padre de cuatro hijos, se casó cuando tenía 17 años y se separó al tiempo después.
Tiene el crédito de ser el creador y compositor del himno de la Primera Compañía de Bomberos de Santo Domingo, la única hasta la fecha. Partió con la entonación de otra canción similar y poco a poco fue adaptándola a su letra original.
"Todos los días iba armando una frase o una estrofa. Lo bueno es que me acordaba, porque no era de escribir. Hasta que un día para una fiesta les dije a mis compañeros que tenía una sorpresa y se los canté". El bomberil, como le apodaron, es usado hasta la actualidad.
"Los primerinos, Santo Domingo, siempre estamos para combatir el fuego fuerte (…) Siempre estamos todos contentos y siempre atentos para escuchar el toque fuerte de la sirena que llama al fuego al fuego a sofocar…".
Mientras canta para Diario El Líder, Claudio Villalobos, el superintendente, mira con orgullo a su camarada. Reconoce su admiración a la larga carrera de Jorge, su disposición y su condición de fundador. "El Cuerpo de Bomberos tiene la obligación de darle techo de por vida. Tiene voz y voto. Es algo que solo él tendrá", sostiene.
Hasta la muerte
¿.
-No, nunca. Hay mucha gente que se salió, pero yo no. Es que el ser bombero es...
Se detiene por un momento, busca la palabra. Se nota que para él es un sentimiento difícil de describir. "Orgullo", lo interrumpo.
"Sí,orgullo. Ser bombero es un orgullo grande y mucho más", afirma.
"Cuando me decían que iba a cumplir cincuenta años me pareció que eran tantos, pero ahora me quedan dos para los sesenta (...) voy a ser bombero hasta la muerte", finaliza. J