Historias de profesores: agobio laboral y poca vida familiar
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-No haber estado con mis hijos y familia cuando ellos me lo pedían. Muchas veces por estar planificando o revisando pruebas los fines de semana, no pude estar con ellos y me perdí momentos lindos como madre y esposa.
La mañana de ayer un centenar de profesores de toda la provincia de San Antonio e incluso de la VI Región, como los de la escuela Pablo Neruda de Navidad, marcharon por las calles de la ciudad puerto en señal de protesta contra la Carrera Docente, proyecto de ley que está siendo discutido en el Congreso y que es fuertemente rechazado por el magisterio puesto que su elaboración no contó con la opinión de los maestros.
Esta situación causó el malestar del profesorado, el cual se encuentra en paro indefinido desde el 1 de junio y al parecer las posturas son irreconciliables con el Gobierno, puesto que hace algunos días el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, quien elaboró el estatuto, aseguró que el proyecto de ley no será retirado del Congreso.
Es por ello que Eugenia González Ulloa (60), junto a sus colegas, marchó por las calles de San Antonio con la intención de mostrar el descontento de los profesores.
"Yo trabajo en la escuela Eugenia Subercaseaux (San Sebastián) y ya cumplí mis años de servicio. Llevo 36 años trabajando como profesora general básica. Actualmente me encuentro realizando mis trámites para jubilar. Ya es hora de jubilar, aunque me han ofrecido seguir, pero no quiero. Quiero retirarme bien para disfrutar a mi nietos, porque no pude disfrutar a mis hijos".
-A veces la gente no se da cuenta que un profesor es también un ser humano. No se da cuenta que uno es mujer. Tiene hijos, esposo, familia. Como todos los profesores me llevé y me llevo muchas tareas para la casa. Pruebas, trabajos, también planificaciones. Un montón de papeles para hacer en la casa. Y eso significa perder horas de descanso por trabajo. No disfrutar a los hijos y a la familia. Uno deja de hacer sus cosas para seguir trabajando.
-Quise venir a apoyar a los nuevos colegas, porque este estatuto es injusto. No mejora las condiciones de los profesores. Mi carrera yo ya la hice, pero me preocupan las nuevas generaciones que van a tener que sufrir las mismas cosas que yo.
Junto a Eugenia camina su colega y amiga Gloria Gamboa Flores (53). También es profesora de educación general básica y, según nos contó, está a siete años de jubilar. Con problemas a una de sus piernas, sufre de artrosis en su rodilla, y con varias enfermedades a cuestas, esta profesora marchó, gritó y cuando hubo que bailar, lo hizo.
"Muchos hablan de que vamos a ganar un millón de pesos, pero para eso las nuevas generaciones van a tener que esperar cerca de 14 años. Pero eso no es lo importante en esta conversación. Lo que nosotros queremos es tener las condiciones para trabajar", plantea.
-Tú crees que un profesor va a poder estar tranquilo cuando un niño es abandonado por sus padres. Tú crees que para uno será lo primordial enseñarle a ese niño. A eso nos referimos. Muchas veces hay alumnos que no tienen qué comer. Además muchos colegas trabajan con 45 alumnos. Es imposible enseñarle a todos los alumnos. Uno como profe quiere que sus niños aprendan todo, pero no se puede. Para qué te voy a contar todo el trabajo que nos llevamos para nuestras casas.
Más adelante y de manera más entusiasta camina con cotona blanca Domingo López. Este profesor de Biología y Ciencias de la escuela de Cuncumén tiene 27 años y nos cuenta que desde que cursaba enseñanza media la pedagogía era su vocación. "No es posible que quieran hacer una reforma sin la participación de los profesores. Sin profesores no puede haber reforma. Estas cosas a muchos de nosotros nos hace replantearnos si seguir en esto o no. El no trabajar con las condiciones apropiadas es muy denigrante. Ojalá que se llegue a una pronta solución, porque me quedan muchos años como profesor". J