Don Elías: "Se cuanto vale mi nombre"
Don Elías, el mito con el rótulo de ser el mejor jugador chileno de todos los tiempos, estuvo sentado 74 minutos en el lobby del Hotel Sheraton, en Providencia, y recibió una treintena golpes en la espalda. Ciudadanos brasileños medianamente eufóricos lo abordaron de forma sistemática y le regalaron un cúmulo de frases emotivas. "Maestro". "El mejor de todos". "¡El gol iluminado!". Don Elías, que tuvo que ponerse de pie cada 120 segundos, respondió siempre con un "gracias" educado. El mito, informa El Rayo, que vio la escena desde tres metros, es una máquina de generar afectos. Y se lo hacemos saber:
-Es usted una estrella, Figueroa, lo saludan como un héroe.
-Como un héroe, sí, las fotos y todas esas cosas. Yo creo que la gente me quiere y para mí es importante no decepcionar al público.
Ocurre que Figueroa fue al hotel en que concentra la selección brasileña a visitar a Dunga, el entrenador, e invitarlo a participar en una campaña que busca reforestar la Patagonia. Porque Don Elías, hoy, en 2015, está convertido en una persona sumamente altruista y una de sus preocupaciones es el futuro de los árboles nativos.
También trabaja desde su propia fundación, Gol Iluminado, fomentando el deporte y en la integración de los pueblos indígenas.
Además la organización estadounidense Our Ocean, que busca proteger a los océanos y es representada por hombres como Leonardo Di Caprio y el multimillonario Richard Branson, lo eligió como su embajador en Chile.
Don Elías, en definitiva, es un ícono mundial. Él, sin embargo, lo niega. Y lanza una frase que reboza humildad: "Creo que uno tiene que devolver la mano a lo que la vida le dio".
-Sí, yo creo que sí. Pero es difícil contestar eso y más por el momento en que uno está, con tantas cosas -responde.
Luego repite:
-Creo que es una obligación mía devolver un poco la mano.
Don Elías, la marca
El nombre Elías Figueroa, dice Elías Figueroa, vale una fortuna indeterminada. Su marca, añade el mito, se ha ganado una posición privilegiada en el ideario colectivo. Y por eso, regularmente, políticos hambrientos llegan a su oficina a ofrecerle cargos populares. "Me han tentado hasta con ser ministro, pero siempre he dicho que no", explica.
También hordas de publicistas golpean su puerta y le piden precio. Y Don Elías, en este caso, y de vez en cuando, acepta una oferta.
-Sí, afortunadamente hay credibilidad en mi nombre, la gente cree y yo trato de responder a eso.
-Por lo menos está considerada bastante valiosa. Hemos hecho estudios sobre ella.
-Que realmente está bien posicionada, no sólo aquí, también afuera. En Brasil, en varias partes.
Así llegó a protagonizar la última publicidad de Cristal en la que aparece varios años más joven junto a Livingstone, Caszely, Zamorano, Sánchez, Medel y Vidal.
Marcelo Salas, en cambio, acusó una explicación madura y no quiso participar. No quiere que su nombre se asocie a una marca de alcohol. A Don Elías eso no le preocupa.
-Tengo marca de vino, el vino Don Elías, que exporto a Brasil, a Inglaterra, y lo estamos lanzando acá en Chile. Eso no significa que tenga que estar tomando todos los días. No soy un bebedor, soy un degustador. Creo que es algo bueno, algo típico chileno.
Dice eso y se pone de pie. Al fondo aparece Dunga y Figueroa apura el paso. El mito, el tres veces mejor de América, el típico chileno, desaparece detrás de una puerta. Ahí va, piensa El Rayo, Don Elías en el peak de su fama J