Secciones

La única leyenda viviente de los taxistas de San Antonio narra su historia de 70 años al volante

E-mail Compartir

Soy Pedro Salvador Escalante González. Nací el 27 de agosto de 1927 en una casa de la calle Tacna, en Barrancas. Mi papá se llamaba Salvador Escalante Catalán y mi madre Lastenia del Carmen González. Mi padre era gruero del puerto, de las grúas grandes, ahí pasaba los días y ahí jubiló. Empecé a trabajar a los 17 años, pero antes estudié. Fui a la escuela pública de Barrancas, que estaba en la calle Tacna, ahí estuve hasta sexto de Preparatoria, luego me vine al Instituto del Puerto. Después apareció el Liceo Fiscal y ahí me cambié a ese liceo, en 21 de Mayo. No alcancé a terminar y llegué hasta tercer año de Humanidades, siempre fui bueno para las Matemáticas.

Cuando empecé a trabajar había, en esos años en San Antonio, una viña que era Concha y Toro y ahí se reparaban barriles de los que acarreaban el vino. Aprendí a cepillar y arreglar los barriles, eso quedaba donde ahora está el Tottus de Barrancas. Ahí había una bodega bien grande; al lado estaba el club de deportes Esparta.

A los 18 años empecé a trabajar en taxis. El primer auto que tuve me lo compró mi papá y era un Ford del año 1929. Después fuimos a Santiago con mi papá y me compró un Ford del año 36. Y así fuimos mejorando. El Ford 29 tenía un motorcito de cuatro cilindros, tenía frenos de varillas, que eran muy remalos. Yo trabaja en Barrancas, al lado norte de la Gobernación (edificio actual de la municipalidad) en la calle El Molo, ahí habían paraderos para 10 taxis; desde ahí salían carreras para todos lados. Ahí estuve hasta el año 70, cuando se abrió una vacante en la Plaza de Armas de San Antonio; un caballero que era casado con una profesora se fue a Santiago y le dije que me vendiera el cupo, pero él me lo regaló. Después, con un papel firmado ante notario, me instalé en la plaza y casi soy el único que queda aquí. En ese tiempo yo tenía un Chevrolet Opala. Compré varios autos nuevos como el mismo Nissan Sentra que ahora tengo.

la familia

Me casé cuando tenía 28 años. Tengo hijos grandes, tres cabros están en Noruega. Mi esposa se llamaba Gladys Erazo, ella ya falleció. Nos conocimos porque éramos del mismo barrio, ella vivía en Maestranza, y yo en Tacna.

Un día su familia me pidió que los llevara a Cuncumén, donde tenían algunos familiares, por ahí nos empezamos a conocer y a hablar . Nos hicimos amigos hasta que nos casamos, yo me sentí enamorado de ella. Antes anduve con otras chiquillas, pero con Gladys quise sentar cabeza y tener familia.

Tuvimos diez hijos, aunque por fuera tuve otros dos, antes de casarme con ella. Nos compramos una casa en Las Dunas, donde hasta ahora vivo con una de mis hijas y nietos. Aunque éramos una familia grande, no nos faltaba nada porque en ese tiempo se ganaba plata, era bueno el trabajo, cuando estaban las pesqueras había mucha pega. Mi horario de trabajo era igual que siempre: salía a las 11 de la mañana y trabajaba hasta la una de la madrugada.

Mi esposa murió hace nueve años. Cuando falleció sentí mucha pena, era mi señora de toda la vida; tenía problemas al corazón y algo pasó en su última noche y se fue en el sueño. De los años que me quedan sólo espero pasarlo bien, mirar el paisaje acá en la plaza y conversar con la gente que viene y va. Antes se podía ver el mar desde la plaza pero el mall tapó todo eso, se perdió la visibilidad que teníamos antes, se instalaron esos negocios ahí y qué le vamos a hacer.

He tenido suerte con mis hijos, todos ellos me respetan, también tengo nietos y bisnietos. Mi mayor alegría es que aún estoy vivo; creo que estoy bien de salud porque soy de la época en que nos alimentábamos bien y siempre había un buen almuerzo.

Gracias a Dios he tenido buena salud. Nunca me ha pasado algo grave en mi trabajo, aunque algunas veces, cuando fui a dejar gente a Cartagena, por ejemplo, me hicieron perro muerto, por eso no voy a esa parte durante la noche.

Nunca me han asaltado ni tampoco he sufrido algún accidente grave. Me he operado de cosas naturales de la edad, no he tenido problemas de salud. Tengo una vista muy buena y eso me ayuda a trabajar muy bien de noche. En mi trabajo me entretengo leyendo el diario, leo diario El Líder, acá vienen mis amigos a verme y tiramos la talla un rato.

socialista

Soy militante socialista de toda la vida. Ingresé al partido cuando tenía 18 años porque tenía amigos que eran del Partido Socialista, eran inteligentes y me gustaba lo que hacían.

Me empezaron a pololear para que entrara, éramos unos cabros y estudiábamos juntos. Akín Soto (ex diputado por San Antonio) me hizo firmar los registros del Partido Socialista; y el Pepe Soto, hermano de Akín, también estaba en esos tiempos. Afortunadamente, el partido me ha tratado bien, no tengo enemigos y fui hasta candidato a concejal. Soy socialista toda mi vida, no me gustan los extremos y me gusta lo que hace el partido y lo que estamos viendo con la Presidenta Michelle Bachelet, que a mí me representa. Ahora está más tranquilo el partido, antes habían muchas peleas y mucha envidia. Me hubiese gustado ser concejal y aunque no salí, sigo siendo socialista igual.

Trabajo todos los días, mis descansos son cuando estoy en el paradero. Soy jubilado y recibo mi pensión porque pagaba mis imposiciones en Santiago y eso me ayudó mucho para obtener la jubilación, todos los taxistas que hicieron eso tienen lo mismo, otros, por no imponer para que la ex mujer no les quitara la plata, ahora tienen una pensión de gracia, y uno qué puede hacer con 50 lucas.

Vivo tranquilo, no he tenido problemas en mi vida que me hayan quitado el sueño. Mis doce hijos están vivos, algunos de ellos me vienen a visitar, hay uno que está en Santiago, otro en Rocas de Santo Domingo, por allá en Noruega tengo tres hijos, nietos, bisnietos. A muchos de mis hijos les ha gustado la pega de taxista y dos de ellos trabajan en este rubro.

En la Plaza de Armas estamos acostumbrados a verla cómo es. En San Antonio estamos bien, la gente es buena.

cazador

Soy uno de los fundadores del Club de Pesca y Caza Los Gavilanes, estamos vivos algunos de los que hemos formado esta institución.

Nos ha ido bien en las competencias, hemos realizado torneos nacionales acá en San Antonio. Nos juntamos todos los jueves en la sede del club, donde además jugamos brisca, ahí nos entretenemos.

un teléfono

De la modernidad sé muy poco, de internet no sé nada. No uso ese tipo de cosas, además que ya estoy pasado de moda, uno tiene su época de aprender y después ya empieza a tener problemas de memoria. No he tenido ningún aparato de esos (un computador), tengo un teléfono celular que compré hace diez años.

Para el terremoto del año 1985, yo iba dando la vuelta por la plaza en mi auto. Iba rumbo a mi casa y el auto se movía mucho. Fui a mi hogar a ver qué había pasado. Fue muy trágico todo, murieron muchas personas en San Antonio. Del terremoto del 2010 ni me acuerdo mucho, no me acuerdo donde andaba, debo haber estado en la casa, ve que la memoria empieza a fallar y se borra un poco la película.

A fin de año voy a ver cómo estoy y veré si me dedico a otra cosa. Yo trabajo porque no me gusta estar en la casa sentado sin hacer nada. Hay gente más joven que yo que está muy mal, algunos jubilaron en el puerto y se fueron para la casa y han muerto casi todos. Hay que estar activo para mantenerse bien, uno se acostumbra a estar moviéndose. Es mejor venir a trabajar, uno se entretiene y no falta el amigo con que se puede conversar. Soy feliz así como estoy, no tengo ningún problema que me aflija.

Cuando estaba el señor Pinochet, tuve un problema porque me llevaron preso a uno de mis hijos, lo detuvieron en el paradero de taxis de Llolleo, andaban buscando a otra persona pero igual se lo llevaron a él. Fui a Tejas Verdes y hablé con alguien que me dijo que lo largarían pronto; luego lo dejaron libre. Yo no tengo ni un pecado, tengo mis ideas pero no me gusta hablar exaltado.

Antes venía uno de los Parra (la familia de Nicanor Parra) y habló mucho de él. Ese hombre, el de La Negra Ester, venía a Las Luces del Puerto. Yo iba con el finado Nemesio Maldonado, un buen cabro y amigo mío, y llegábamos a lesear y a bailar ahí, y él se sentaba a conversar mucho con ese señor Parra, que yo no lo conocía en esos años.

En Las Luces del Puerto había una orquesta, habían chiquillas para que usted bailara si quería bailar, se pasaba bien ahí, leseábamos harto. A mí me gusta el tango, sobre todo si es de Carlos Gardel. Ahora ya no estoy para esos trotes de andar bailando, sólo lo paso bien conversando con los amigos. J

Pedro Escalante

fue nombrado

Hijo Ilustre de

San Antonio en

el año 2010.

Registra visita