Las mujeres la llevan: llolleína le pidió casorio a su pololo argentino
Una sanantonina profundamente enamorada le pidió matrimonio en plena vía pública a su pololo argentino. Fernanda Baeza Valladares (26), residente de Llolleo, elaboró un lienzo de tres metros con una singular solicitud: "Fede, ¿quieres casarte conmigo?". Y lo expuso afuera del pub Elephant de calle Providencia, donde su pololo trabaja como garzón.
La "locura de amor", como la llamó ella, quiso hacerla en grande y para ello planeó una sorpresiva petición de matrimonio afuera del local llolleíno, con la ayuda de su familia y los compañeros de trabajo del mendocino Federico Díaz (25).
Esta pareja lleva ocho años de relación, desde que Fernanda se fue a estudiar a Mendoza, y hace tres meses fueron padres de la pequeña Elisa, con quien viven en la casa de los padres de Fernanda, en el sector los Geranios de Llolleo.
La autora de esta osada petición nupcial aseguró que la decisión la tomó buscando igualdad de derechos entre hombres y mujeres. "Las mujeres también tenemos ese privilegio de pedir la mano de un hombre", dijo y argumentó que, al igual que su madre, Ruth Valladares, "soy una eterna luchadora por los derechos de la mujer y la igualdad de género".
la tensa espera
Federico ingresaba a su trabajo en el pub a las 19 horas y sus amigos y familiares estaban citados media hora antes. La idea era coordinar todo y acompañar a Fernanda para esperarlo y ser testigos de la hazaña que tenía planeada la joven llolleína.
Mientras él era el único que se había quedado en la casa, a tres cuadras de su trabajo, ella lo llamaba insistentemente inventándole excusas para que se demorara un par de minutos más. "Le pedí que cerrara las cortinas, que hiciera cosas para que llegara justo a la hora y así poder saber cuándo venía al local", señaló con nerviosismo la enamorada polola.
Las campanas de la parroquia de Llolleo comenzaron a sonar durante la espera y los nervios de la protagonista de esta historia comenzaron a evidenciarse. Sacó un cigarrillo y reconoció que "estoy tan nerviosa como si me fuera a casar hoy mismo".
Casi como un ejercicio de repetición, Fernanda extraía de uno de sus bolsillos las argollas que le mandó a hacer a una amiga orfebre de la zona y las miraba. Sonreía y fumaba.
"¿Viene ahí?, ¿alguien puede ver a una cuadra si es él?, porque no traje los lentes. ¿Y si no es él y le pido matrimonio a otro?", bromeaba ella durante la tensa espera.
final feliz
De un momento a otro apareció Federico con una expresión de grato asombro que sólo manifestaba con la bella sonrisa y el tierno beso que le dio a su polola.
Mirando el cartel y escuchando a Fernanda decir "Fede ¿quieres casarte conmigo?", el apuesto novio respondió inmediatamente: "por supuesto", y luego abrazó y besó a su amada.
Tras los saludos y felicitaciones de los amigos y la familia que los acompañaron, Fede y Fernanda fijaron fecha para enero del próximo año para invitar a toda su familia que vendrá desde Mendoza.
"¿Toda mi familia? Es que son muchos", dijo él, y agregó que era algo que tenían que ver, pero que "sería maravilloso".
El tema de los Auténticos Decadentes "Yo no sé lo que me pasa", que es una canción que ha marcado su historia de amor, era coreado por algunos de los presentes. Y las bromas hacia Fede no faltaron esta vez. "No ha sido su mejor semana", le gritó un invitado haciendo alusión a la final de la Copa América. J
El mendocino Federico Díaz, en una entrevista con Diario El Líder el viernes antes de la final de la Copa América, comentó que apostó con un compañero de trabajo que Argentina ganaba, y que si perdía el colega debía cortarle su cabello "al cero" en el escenario del pub donde trabajan y delante de todo el público.
La apuesta fue pagada por Fede y ahora luce su calva cabeza con todo el respeto y orgullo que dice sentir por su familia chilena.
"Las mujeres
también tenemos
ese privilegio de
pedir la mano de
un hombre",
Fernanda Baeza,