Otras cárceles peligrosas
Le llaman el "pueblo prisión": es una pequeña ciudadela penitenciaria que más se parece a un pequeño infierno, donde se vive una de las realidades carcelarias más peligrosas de Latinoamérica.
Palmasola, calificado como el penal más peligroso, corrupto, conflictivo y desigual de Bolivia, es el lugar que eligió el Papa Francisco para finalizar su gira por el país altiplánico. Un macabro centro carcelario con un historial que aterra hasta al más avezado delincuente.
Abierto en la década de '70 para albergar a unos 600 presos, hoy viven en sus instalaciones unos 4.800 presos, en situación de hacinamiento e inequidad.
El historial de Palmasola, ubicado en las afueras de Santa Cruz de la Sierra, es pavoroso. En agosto de 2013 murieron 34 presos y un niño de dos años en una reyerta entre reos por el control del pabellón PC3, que aloja a los prisioneros más violentos.
A fines de junio pasado, la Fiscalía de Santa Cruz recibió una denuncia sobre un presunto caso de violación contra una niña de cinco años al interior del penal. La menor vivía al interior del recinto penitenciario con sus padres. De hecho, muchos niños viven al interior de la cárcel con sus progenitores, detenidos en su mayoría por narcotráfico.
"Este tema es delicado, porque el número de menores es elevado y cuando hemos querido que estos menores salgan de los centros penitenciarios, ha habido resistencia, primero de sus padres, lógicamente, pero también de instituciones que trabajan cerca del sector del régimen penitenciario", expresó el ministro de Gobierno de Bolivia, Carlos Romero.
desigualdad
La desigualdad social impera en la cárcel de Palmasola. Los presos más ricos pagan celdas de lujo, con frigobar y televisores de pantalla plana. Los pobres se hacinan en cubículos infames y los que son aún más pobres, que no pueden pagar la celda a los capos del penal, duermen a la intemperie.
"No se castiga el delito, sino la pobreza", dijo Juan Carlos Núñez, de Jubileo, un centro católico de estudios socioeconómicos.
La ingobernabilidad es otra de las características del peligroso penal que recibió la visita del Sumo Pontífice. Los gendarmes se limitan a ciertas áreas y a controlar los perímetros de la cárcel; al interior, los presos se autogobiernan con sus propios códigos y éstos incluyen pagos por servicios y comodidades, redes de narcotráfico, etcétera.
cuánto vale sobrevivir
En Palmasola todo tiene su precio. Según un reporte publicado por el sitio Infobae.com, el ingreso a las instalaciones y el desplazamiento entre los diferentes patios cuesta un dólar.
Una comida decente en uno de los "restaurantes" de la prisión cuesta un dólar 50.
Por el ingreso al PC2, el pabellón de las mujeres, se paga 15 dólares.
120 dólares es el "pago único" por concepto de limpieza del patio.
500 dólares cuesta la entrada garantizada al pabellón PC4, sin pasar por el PC3, la sección más violenta del penal.
250 dólares es el costo mensual para alquilar una celda. Incluso se puede comprar una celda, con un valor que va de 3 mil a 7 mil dólares, dependiendo del tamaño. Y por 13 mil dólares, se puede hacer negocios, comprando una de las propiedades comerciales del penal, en el PC4, que permiten vender productos a los presos.
el papa a salvo
La visita del Papa Francisco supone un momento de paz en el "pueblo prisión". Incluso los capos más violentos aseguraron que el Pontífice estaría "a salvo" dentro de la cárcel.
"Su visita es una bendición para nosotros", afirmó Ambi Vaca, de 24 años, a la agencia Reuters. Vaca cumple una condena de 15 años en Palmasola. "Vamos a cuidar de él", dijo.
"Nos hemos asegurado de que las cosas estén tranquilas por aquí", añadió a Reuters Leonardo Medina, quien enfrenta cargos por asesinato, mientras mascaba hoja de coca y vestía una chaqueta roja con la palabra "disciplina". J