La apuesta de "Chichilo" Pérez: "un equipo sin series cadetes no existe"
Guillermo Pérez Manríquez (42) tiene un sueño. El jefe técnico de las cadetes de San Antonio Unido y hoy ayudante del DT Jorge Miranda quiere que algún día un niño que llegó a la Sub 8 lila juegue en el primer equipo del SAU.
Para "Chichilo" ese sería el mejor premio para el trabajo que desde el año pasado está realizando junto al directorio y el gerente deportivo Marcelo Palma. En la tienda lila el "10" del Balmaceda multicampeón se reencontró con el preparador físico luego del exitoso y fructífero paso por Magallanes, donde cimentaron el trabajo del Fútbol Joven en el complejo de Malloco.
Eso mismo quieren replicar en San Antonio y se atreve a decir que "un equipo sin series cadetes no existe".
Guillermo despliega para obtener este objetivo, que es su anhelo, toda la experiencia que acumuló en el fútbol como jugador y técnico.
No es la primera vez que pasa por el banco lila. Fue el DT en los años 2005, 2006, 2009 y 2010, en otros tiempos del SAU, en otras condiciones y con una realidad distinta.
Antes jugó fútbol. Se inició a los 10 años en el club de toda su vida, Balmaceda. Después de integrar una selección juvenil estuvo 6 meses en la Universidad Católica y en 1991 recaló en Rangers. San Antonio Unido siempre se cruzó en el camino de "Chichilo", porque las temporadas 93 y 94 defendió la tricota lila. Después emigró a Linares, club con el que subió a la antigua Segunda (hoy Primera B) en 1994.
Jugó hasta 1998. Una fractura con corte de ligamentos de la clavícula izquierda anticiparon el retiro. En ese tiempo daba sus primeros pasos como técnico con una escuela de la Municipalidad de San Antonio y como confiesa "me picó el bichito de dirigir".
Guillermo Pérez fue uno de los pioneros en el Instituto Nacional del Fútbol. "Un ex compañero me contactó y me contó que se estaba iniciando el Inaf con la opción para los ex jugadores profesionales. Me interesó, porque siempre quise seguir ligado al fútbol. Empece a estudiar en 1999 y egresé en el 2002".
En el Inaf tuvo como compañeros a Lucho Pérez, Jorge Pellicer, Andrés Romero y no terminaron Luis Musrri y el "Heidi" González, quienes seguían activos y por tiempo no pudieron. Tras titularse fue el técnico más joven del fútbol chileno con sólo 31 años.
-Toda profesión debe tener estudios, pero que estudies más o menos no te lleva a ser un técnico exitoso, pero sí estás mejor preparado. Antes los cursos duraban un mes o días completos con pinceladas de fútbol, preparación física, sicología, fisiología. Acá no, tenías ramos hasta de redacción para hacer informes, y también la parte del fútbol. Después de eso viene la capacidad individual para avanzar. No digo que los técnicos antiguos sean malos, pero tienes más preparación.
-La regula, pero ahora están sacando una cantidad enorme de técnicos que no tienen una carrera, sin una proyección, a pesar de que el fútbol es amplio, muchos no encuentran trabajo. Es un tema de capacidad, si bien el nombre ayuda, en el tiempo debes demostrar capacidad de que lo que transmites es realidad. Ahí se marcan las diferencias.
-Por supuesto y no sólo para mí, porque todo el grupo de trabajo era de San Antonio. Estaba Georgelino como ayudante, Carlos Bustos de preparador físico, Teo Díaz en las cadetes con Daniel Romo. Fue una experiencia enorme, porque aparte de ser amigos, jugamos mucho tiempo juntos en el SAU o en Balmaceda. Nos conocíamos antes del fútbol, siempre tuvimos ganas de hacer cosas por San Antonio Unido para que creciera, formamos 4 categorías en las cadetes. Siempre quisimos demostrar que en San Antonio existía un potencial enorme para proyectar el fútbol, no sólo en el juego, sino que también en el recurso humano, ya que estaban los técnicos y en ese equipo llegamos a tener el 80 por ciento de jugadores sanantoninos.
Durante esa experiencia Guillermo y su grupo de trabajo metieron al SAU dos años seguidos en la liguilla por el ascenso (2005 y 2006); sin embargo el DT piensa que las condiciones no estaban dadas para subir. "Siempre pensé que en ese tiempo no estaban las condiciones para subir. En ese tiempo nos debían 2, 3 meses de sueldo, no teníamos donde entrenar, con implementación malísima", recordó.
el gran desafío
Luego de este paso llegó a Rangers donde se hizo cargo de las cadetes como jefe de la cantera, hasta que en 2009 recibió un nuevo llamado lila tras la salida de Mauricio Pozo del banco. La temporada siguiente asumió Miguel Díaz como presidente, y aunque todo se armó a la rápida a "Chichilo" le exigieron resultados. Como no se dieron se fue y asumió Ítalo Díaz.
Deportes Linares le abrió las puertas para dirigir ese año y al siguiente inició uno de los más grandes desafíos de su carrera. "Marcelo Palma me contacto para irme a Magallanes, recién habían subido y estaban armando sus cadetes. Me fui a cargo de la Sub 16. Iniciamos un proyecto en Magallanes muy lindo, muy gratificante y que me fortaleció mucho en mi carrera. Con Marcelo creamos todo el fútbol formativo del club. De la Sub 16 pasé a la Sub 17 y después como jefe técnico, tomé la Sub 19 y fui ayudante técnico", recordó.
Reconoce que fue agotador, porque "prácticamente vivíamos en Magallanes con Marcelo. Fue una etapa muy linda, nos íbamos a las 8 de la mañana y estábamos hasta las 9 de la noche trabajando en el complejo que recién se había inaugurado en Malloco".
Ese primer año de los "Carabeleros" tuvo de todo. Mientras luchaban por no bajar otra vez llegaron a la final de la Copa Chile, que perdieron con la Universidad Católica. Para Guillermo el año siguiente trajo nuevos desafíos, porque asumió la jefatura de las cadetes y formaron 8 categorías y una escuela de fútbol para captar a los talentos.
"Fue como una universidad para mí, aprendí de todo, pasamos muchas pellejerías en el trabajo, cuando se nos fue un utilero hicimos esa pega, pintamos arcos en un complejo que ojalá un día San Antonio pueda tener. Todos queríamos crecer y avanzar, fue muy lindo", recalcó.
Este trabajo le dio frutos, pero también trajo consecuencias. "Fue desgastante, por trabajar de lunes a domingo dejas cosas de lado, especialmente a la familia que es la que más sufre. De a poco bajó la carga, comenzamos trabajando 5 y ahora deben haber unas 30 personas en los cadetes. Hubo un desgaste. Primero se fue Marcelo, después el profe "Arica" (Osvaldo Hurtado) y luego tomé la decisión de salir.
-Duró poco, porque Marcelo ya estaba inserto en el trabajo de San Antonio Unido, le había dado inicio al proyecto del Fútbol Joven. Siempre estuvimos en contacto y cuando salí de Magallanes me ofreció venir al SAU, a un proyecto grande, de futuro, que es lo que siempre quisimos para el club. Me embarqué en esto, ya tenemos 4 categorías formadas, unos 120 niños trabajando todos los días, de a poco mejoramos el cuerpo técnico de los cadetes.
-Partimos de cero. El Fútbol Joven se estaba armando, más que preocuparse de resultados o competir, había que formar y trabajar para competir. Llevamos como grupo un año trabajando relativamente bien. De a poco se han dado frutos importantes. Siempre hemos pregonado que el jugador de San Antonio debe estar en el equipo, pero se tiene que preparar bien. Antes podían sacar a jugadores como Paulo Pizarro, Carlos Bustos o Georgelino, llegaban y se insertaban en el fútbol. Ahora un futbolista amateur no tiene esa capacidad. Los debemos formar desde la Sub 8, porque los equipos contra los que competimos los toman ahí.
-Existe una etapa del niño que ahora no trabajamos como club y que es fundamental. Es como construir un edificio con una base inconsistente. Eso requiere tiempo.
-Existe una correlación en el sistema eso nos da opciones. Jorge (Miranda) puede tener participación en este proceso.
-Queremos que sea una relación directa, nosotros como cadetes alimentamos hacia arriba, pero necesita una retroalimentación del primer equipo hacia abajo. Los grandes equipos funcionan así.
-Esta semana hicimos dos veces fútbol con el primer equipo, así será durante todo el proceso. Es motivante para los chicos. Si trabajan, se esfuerzan y se dedican tendrán una oportunidad acá.
-Es que San Antonio tenía un problema, no tenía Fútbol Joven. Los técnicos venían a competir, a subir y preferían un chico de 19 años que venía de Colo Colo o la "U". No queremos traer un jugador de un club de afuera, tal vez los nuestros no tienen la misma formación, pero serán del SAU. A eso apunta el proyecto, creamos las políticas del club, que un niño de 8 años llegue a jugar al primer equipo, ese sería el gran triunfo de nuestro proyecto, más que subir. J
La cantera lila avanza de a poco. "Creemos que vamos por buen camino, damos pasos pequeños pero firmes. Tenemos dos preparadores físicos como Matías Bustos y Jorge Bustos, un kinesiólogo (Ricardo Hernández), la experiencia del profesor Roberto Briceño. Queremos que el primer equipo nos apoye, que los cadetes se identifiquen con el club , que se pongan la camiseta del SAU. Les prohibimos que llegaran con camisetas de otros clubes, porque creemos que si logramos identidad abajo será siempre así", explicó Pérez.