La pituca loza inglesa que se lució en feria de antigüedades
A pura historia olía ayer el gimnasio del colegio Juan Pablo Segundo. Era el último día de la inédita Feria de Libreros y Anticuarios, actividad que se tomó el recinto sanantonino todo el fin de semana para exhibir centenares de libros, revistas y una enorme cantidad de antiquísimas piezas.
Uno de los mayores atractivos fue por lejos la colección de loza de Teresa Aguirre, una llolleína que por medio su hermano radicado en Canadá consigue invaluables utensilios utilizados en la primera y segunda década del siglo veinte por la aristocracia europea.
"Todo lo que tenemos acá son piezas europeas, la mayoría de las tazas, por ejemplo, vienen de Inglaterra. Son piezas muy finas", contó la mujer a diario El Líder.
Los antiguos enseres, que pudieron corresponder quién sabe a cuantos lores y señores de Gran Bretaña, demostraban su supuesta fineza en su precio. Qué duda cabe. Las tazas costaban entre doce y quince mil pesos. Nada muy económico o muy práctico como para tomarse un tecito a media tarde, pero que ojo, se comercializa muy bien.
"Yo vendo por internet. Esta es la primera vez que me pongo en una feria y no nos ha ido nada mal", agregó Teresa Aguirre.
Además había cubiertos en plata, sofisticados recipientes para la sopa, para la leche, el té, y una larga lista de implementos como para tomar once al más puro estilo de la reina Isabel y el príncipe Carlos de Inglaterra.
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Pero no todo era loza. Como dice su nombre, la feria también reunía una gran cantidad de libros usados. Tantos que había para regodearse. Obviamente estaban todos los clásicos que obligan a leer en el colegio. Desde Papelucho hasta el Quijote de la Mancha.
Pero como este evento quería darle espacio a lo sanantonino, también contó con la presencia de escritores locales como el poeta Juan Rabanal, el escritor Ramón Acuña y el historiador Juan Guillermo Prado, entre otros.
El presidente de la Agrupación de Libreros y Anticuarios de San Antonio, Luis Alarcón, se mostró muy contento con el resultado de la primera versión de la feria. "No sabíamos muy bien cómo empezar, pero estamos muy conformes como salió todo para ser primera vez", contó.
"Esto se hizo además en colaboración con el club de ajedrez, así que tuvimos gente todo el tiempo jugando acá y participando como nosotros queríamos que fuera", agregó.
"En esta primera oportunidad reunimos treinta expositores, así que no nos queda más que reiterar nuestra satisfacción con esta feria que quería ser alternativa, con gente de la zona y que no fuera un evento masivo con gente de afuera, sino que rescatara lo local y a nuestros escritores y coleccionistas", detalló Alarcón.
Si usted no alcanzó a ir, y quiere ir a conocer las antigüedades, atento porque próximamente se viene la segunda versión. Espere con paciencia. J