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El Sansón sanantonino y su receta de los cinco colores

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Rolando Iván Pajarito Calquín debería estar muerto. Por herencia genética, su colesterol debería haberle pasado la cuenta. "Cuando tenía 30 años, los doctores me dijeron que tenía que estar muerto, porque tenía un nivel de colesterol altísimo. Traía la herencia de mis padres. De hecho comencé muy temprano a perder la visión por culpa de este problema", reconoce Rolando, a días de cumplir 60 años (27 de julio de 1955).

Sus padres eran carniceros, dueños de la popular carnicería "Pajarito" en el sector alto de Bellavista. Entre cortes de vacuno y sangre se crió Rolando, quien, pese a esto, no era muy bueno para comer carne. Pero igual tenía que comer, en las tardes pan con chicharrones, en las horas de almuerzo un pedazo de bistec. No había conciencia ni menos se le pasaba por la cabeza llevar una alimentación saludable.

Hasta que Rolando Pajarito comenzó a ir al cine. A los 11 años empezó a frecuentar las funciones de los cines Victoria y Cervantes. Las películas de acción eran sus favoritas. "Me gustaban las películas americanas de acción. Ahí me di cuenta que cuando mostraban cárceles los presos tenían sus propios gimnasios. Así fue como me acerqué al tema del fisicoculturismo", cuenta Rolando.

Tras esta motivación encontrada en el séptimo arte, empezó artesanalmente a entrenarse, sin profesor guía. "En esos tiempos el sector de Bellavista era puro campo, solamente áridos, y cerca de donde está ahora la Casa de Piedra, empecé a entrenarme. Juntaba los sacos y los llenaba con piedras y los levantaba", recuerda. Así fue, poco a poco, acercándose al deporte, y lo primero que hizo para poder estar bien fue cambiar su dieta diaria. No más carne. A los 21 años Rolando Pajarito había decidido ser vegetariano.

-Lo mínimo que me dijeron era que estaba loco. Que no iba a poder vivir así, porque la carne era importante. Pero yo tenía ya problemas con el colesterol, tenía la herencia de mis padres, entonces cada vez que consumía frituras, por ejemplo, después me sentía muy mal. Así que a los 21 años decidí que nunca más comería carne.

-Después que me casé con mi señora (Genoveva Bustos) fuimos a la ciudad de Mendoza, en Argentina, a trabajar en la vendimia, por un contacto que teníamos. Y allá una familia mendocina me presentó el naturismo y lo adoptamos de inmediato. Creo que fue la mejor decisión que he tomado en la vida.

-Lo más anecdótico es que muchas veces me hacían cortar la carne y los huesos, pese a que yo ya no comía nada de carne. Pienso que mis padres lo hacían a propósito, pero yo no tenía problemas para cortar los huesos, y pese a que en ese tiempo me gustaba usar camisa blanca, llegaba a la casa y me la arremangaba para no quedar lleno de sangre".

con puras revistas

Un primo de su señora se dedicó por un tiempo a mandarle revistas especializadas de fisicoculturismo desde Suiza, que era donde residía. "Con esas revistas era la única forma en la que podía ver nuevos ejercicios y nuevas posturas. No había internet ni las comunicaciones que tenemos ahora, y eso era lo único que teníamos. Incluso había que tenerlas un poco escondidas, porque el gobierno militar requisaba todo estos materiales", explica Rolando.

Ya a mediados de la década de los ochenta, el entrenamiento era fundamental en la vida de Rolando y comenzó a reunir a otros sanantoninos que deseaban seguir estas rutinas deportivas. "De los amigos con los que entrenaba antes me recuerdo del "Kelo", al Ángel, de mi hermano Alberto Pajarito, de otro chico de apellido Espinoza. Éramos todos jóvenes que queríamos aprender del mundo del fisicoculturismo, todo era muy a pulso, con mucho corazón", reconoce.

-Lamentablemente eso es una realidad que hasta el día de hoy se ve entre los muchachos que entrenan. A mediados de los noventa hubo un boom de las inyecciones, mucha testosterona, además de componentes que le inyectaban a caballos y perros. Eso te infla por un momento los músculos, pero a la larga es lo peor que se le puede hacer al cuerpo humano. Algunos que entrenaban conmigo que se inyectaron en ese tiempo ahora están con problemas de hígado y riñones.

-Que por ningún motivo lo hagan, que no sirve para nada al final. A mis casi 60 años y con más de cuatro décadas manteniéndome con una dieta naturista puedo asegurar que no hay para qué inyectarse, eso es lo peor que pueden hacer. El cuerpo se puede mantener bien con buenas rutinas de ejercicios y alimentándose de buena forma.

-Dos tazas de alguna infusión de hierba para empezar la mañana, que también puede ser reemplazado por cebada tostada. Media marraqueta o dos panes de miga con quesillo o palta y también acompañar con frutos secos, pueden ser nueces o almendras.

-A mediodía hay que complementar con frutas de la estación, para que el cuerpo tenga azúcar. Una naranja dulce o una manzana es buena opción.

-Por ejemplo hoy, mi almuerzo constará de legumbres, que son lentejas y lo más importante, que para mí es sagrado, es el tema de las ensaladas. Yo bauticé mi plato de ensaladas como la de "cinco colores". Tiene siempre cinco colores, sobre todo con mucho verde que es la que deja el abdomen plano. Puede ser un plato con tomates, zanahorias, repollo, coliflor, y espinaca. También puedo agregarle ulte o cochayuyo. Pero lo más importante es que las verduras de color verde no falten.

-También suplementar con fruta, y una cosa: entre más verde esté la fruta mucho mejor, antes que madure ojalá comerse un plátano, que contiene mucha fibra. Luego en la cena se come lo que quedó del almuerzo, también acompañado de ensaladas y frutas. Lo que no hay que hacer es mezclar calorías, por ejemplo al almuerzo no se puede comer nueces o almendras, ya que eso haría engordar, por eso es que hay que ser bien riguroso con la alimentación.

-Sinceramente se están alimentando muy mal, y eso es preocupante, porque ni las autoridades se dan el tiempo de ayudar en eso. Por eso es que pienso que la mejor manera para tener una alimentación sana es con un tratamiento natural. Es lo que le recomendaría a toda la comunidad sanantonina. Que vayan donde un especialista médico y vean si pueden seguir este modelo, ya que estoy seguro ayudaría en la vida de muchos.

-En el año 1983 se realizó en San Antonio una especie de competencia que se realizaba en el ex gimnasio Montemar donde se representaban a los barrios. Y nosotros fuimos a representar al sector de Bellavista con otro grupo de amigos y la verdad fue una excelente experiencia, ya que mostramos lo que hacíamos y todo lo que entrenábamos.

A punto de cumplir sesenta años, Rolando Pajarito, conocido en aquellos años 80 como el "Pequeño Sansón" sanantonino, sigue intacto su rutina de ejercicios en un espectacular gimnasio personal que armó hace más de tres años en su casa ubicada en el sector de Puente Arévalo. Allí realiza trabajos de fuerza, de abdominales, rutinas con mancuernas y pesas. En su gimnasio, bautizado como "Pequeño Sansón", se respira deporte y adrenalina.

"Todos los días hago un ejercicio específico para cada parte del cuerpo. Por ejemplo hoy puedo hacer brazos y hombros, mañana piernas, al otro día pesas, y así se va variando, ya que cada parte del cuerpo tiene que tener un descanso de 72 horas", asevera Rolando.

-Así es, porque dos veces he sufrido preinfartos, además de problemas a los riñones y el hígado producto de la mala alimentación cuando era pequeño. Pero estoy seguro que si no hubiera cambiado mi forma de vida, estaría muerto, así como me lo comentaron una vez los médicos que fui a ver. J

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