Abuelita vive un calvario en su departamento recién comprado
Liliana Sepúlveda tiene 69 años y 40 de ellos los vivió en Santiago. Aburrida del estrés capitalino y el smog, la mujer juntó sus ahorros y a través de un subsidio logró lo que tanto añoraba: una vivienda en San Antonio.
La vida tranquila que se lleva en la comuna puerto junto a la cercanía del mar, que tanto le fascina, fueron las dos razones más que suficientes para adquirir un departamento en calle Covadonga, block 14, en la población Capitán Orella.
Hace un año que vive en la comuna y desde el momento de su arribo a su nueva vivienda lo ha pasado mal. "Vine a ver el departamento varias veces antes de comprarlo y parecía todo normal. Había un poco de humedad en las paredes del baño, algo normal, pero nada más se podía observar a simple vista", expresa Sepúlveda.
Una vez hecho el trato con el propietario del inmueble, Liliana contrató un servicio de mudanzas para que le trasladaran todas sus pertenencias hasta San Antonio.
"Llegamos al departamento y me dice uno de los trabajadores que el comedor estaba lleno de material fecal. Estaba todo inundado con aguas servidas que salían del baño. Fue terrible", recuerda.
De inmediato Liliana junto a los trabajadores de la empresa se pusieron a limpiar lo que sería su hogar.
"Pensé que había ocurrido un hecho aislado, pero no. Cada cierto tiempo ocurre de nuevo lo mismo y se me llena de aguas servidas el departamento. Imagínese cómo me siento. Me siento estafada, engañada por quien me vendió el departamento. Eso es querer engañar a alguien y más aún cuando es mayor de edad. Ya no sé que hacer. He ido a todos lados: municipalidad, Esval, Serviu y nada", dice para agregar que "quería vivir en paz y estoy viviendo un calvario". J
A Liliana Sepúlveda cada cierto tiempo se le inunda su departamento con aguas servidas producto de "las malas instalaciones de las cañerías", como ella misma lo describe. "He hecho de todo para buscar una solución pero nada. El otro día fue un maestro a ver lo que pasaba y me cobra 100 mil pesos por destruir el baño y ver si ahí es el problema. No fuera solo eso, porque después tengo que pagar el arreglo y todo lo que ello conlleva", cierra Sepúlveda.