Apoderados se niegan a que sus hijas sean vacunadas contra virus Papiloma Humano
Según una serie de publicaciones que circulan por internet, a lo largo del mundo se han conocido diversos casos de niñas de entre 9 a 16 años, que han recibido la vacuna contra el virus Papiloma Humano y que más tarde han sufrido parálisis facial, depresión, suicidio, sordera, ansiedad e incluso pérdida de las capacidades cognitivas y motrices.
Recientemente en Chile la Presidenta Michelle Bachelet dio inicio a la campaña de vacunación 2015 en contra del virus Papiloma Humano, la cual beneficiará a más de 450 mil niñas.
"Quiero contarles que el año pasado por primera vez en nuestro país se realizó la vacunación masiva contra este virus a más de 100 mil niñas de 4° básico en sus establecimientos, fueran estos públicos o privados. Y este año, no sólo se colocará la primera dosis a las niñas de 4° básico y la segunda a las que van en 5°. Además, ampliaremos la vacunación a las niñas de 6° y 7° básico, las que recibirán su primera dosis este año y la segunda el año entrante", dijo la Mandataria.
En San Antonio, los equipos pertenecientes a los centros de salud encargados de vacunar a las menores se han encontrado con una serie de inconvenientes, principalmente porque algunos padres se niegan a que sus hijas reciban la dosis.
La matrona del Centro de Salud Familiar (Cesfam) de la 30 de Marzo, Carolina Vergara, aseguró que a raíz de las publicaciones que dan vuelta por internet, se ha creado entre los apoderados una "campaña del terror" en torno a esta vacuna y a sus "supuestas" contraindicaciones.
rumores
La profesional es categórica en asegurar que ninguno de esos supuestos estudios o reportajes publicados en internet tienen validez científica.
"Gracias a internet la comunidad tiene acceso a más información, eso es claro, pero el problema es que los artículos que leen no son reales y esos supuestos casos tampoco han sido comprobados científicamente", aclaró Carolina Vergara.
Agregó que "hay reportajes de Colombia que hablan de contraindicaciones en la vacuna. Hay que dejar en claro que no existe ninguna relación entre la vacuna del papiloma y esos supuestos efectos adversos que sufrieron las niñas del reportaje. Hasta ahora lo único que ha provocado esta vacuna es calor local en la zona donde se colocó la dosis y nada más"
Para la profesional el ejemplo más claro de que las menores no corren riesgos al vacunarse tiene relación con las niñas que el año pasado recibieron la primera dosis. "Cien mil niñas fueron vacunadas en el 2014 y lo único que se registró, en algunos casos, fue calor local, nada más. Esta vacuna tampoco posee timerosal (conservante de mercurio que ha sido utilizado en algunas vacunas) y cada niña tiene su dosis. Acá tampoco hay cambio de agujas ni nada parecido. Además esta vacuna está avalada por una serie de estudios", señaló.
apoderados
Carolina aseguró que en algunos colegios, los padres se han negado a que sus hijas sean inoculadas a raíz de los rumores. "Para vacunar a cualquier niño siempre debemos contar con la autorización de los padres y si ellos no lo autorizan nosotros debemos explicarles que están violentando los derechos del niño".
-Los niños tienen derecho a recibir la atención de salud que se les otorga a través de los sistemas de salud del Gobierno, entonces si no se vacunan estás vulnerando sus derechos y en este caso, los centros de salud estamos facultados para poner medidas de protección en favor de los niños y así poder vacunarlos.
- Sí, es necesario. El virus Papiloma Humano provoca cáncer al cuello del útero. Esta enfermedad tiene aproximadamente cien cepas y de éstas 30 se asocian al mayor riesgo del cáncer al cuello del útero, entonces si te contagias con papiloma es alta la probabilidad que puedas desarrollar un cáncer aproximadamente, entre cinco y diez años, desde que te contagiaste, por eso es importante vacunarse.
En la comuna, los centros de salud serán los encargados de inocular a las menores, según el sector que les corresponda a cada establecimiento, ya sea municipal, subvencionado o particular. J