El doloroso adiós a profesora de inglés que falleció a los 28 años
"Mi hija fue una bendición para todos quienes la conocimos. Ella fue un pedacito de cielo que vivió con nosotros acá en la Tierra".
Angélica Jara y su esposo Rigoberto Vargas tienen un dolor en su corazón que nunca cesará. Su hija, su única hija, dio una valiente batalla de 40 días contra la muerte. Sin embargo, la trombosis intestinal que afectó a Johana Vargas, a sus 28 años, fue letal. Y ayer sus padres, sus amigos, sus colegas y sus alumnos le rindieron un solemne último adiós a esta joven profesional que con una sonrisa eterna dejó una huella imperecedera en quienes tuvieron el privilegio de conocerla
"Dios la quería con ella y se la llevó. La recordaremos como una gran hija. Quiero agradecer a toda la gente que nos brindó su apoyo en este difícil momento, a todos los que donaron sangre y a quienes se acercaron a preguntarnos por la salud de mi hija", manifestó Angélica Jara tras la ceremonia religiosa que se llevó a cabo en la parroquia Santa Luisa de Marillac de Barrancas.
DE CORAZÓN PURO Y LILA
Johana Vargas era profesora de inglés y trabajaba en los colegios José Luis Norris y Papa Juan Pablo II.
Su alma caritativa, alegre y su extraña forma de enfrentar la vida, con una sonrisa pese a las dificultades, dejó un imborrable legado en sus alumnos, sobre todo en Tomás Villegas, con quien compartía el amor por la camiseta lila.
"Fue mi profesora jefe en 2014. Fue una gran persona, porque a los dos nos gustaba mucho San Antonio Unido. Conversábamos mucho del SAU", dice este alumno del segundo medio del José Luis Norris.
Es precisamente el padre de Johana quien explica que esas jornadas en el Doctor Olegario Henríquez quedarán guardadas para siempre en su corazón.
"Nos gustaba mucho ir al estadio. Era fanática del SAU y siempre quería ponerse en la barra donde estaban los chiquillos que tiraban la talla. La vieras cómo se reía y contagiaba a todos con su risa. Era realmente feliz cuando íbamos al estadio", describió el padre entre lágrimas.
Sus ex compañeros del colegio Fernández León llegaron hasta el Parque del Sendero para despedir el cuerpo de Johana. Entre ellos estaba Katherine Barraza, quien tuvo la oportunidad de estar con ella en el hospital Carlos van Buren, cuando se encontraba en la Unidad de Tratamientos Intermedios. "Es una pena muy grande despedir a una amiga así: buena del alma, de corazón puro y con una alegría enorme. Cuando estuve con ella lo único que deseaba era mejorarse. Lamentablemente eso no ocurrió". J