La dramática lucha de una joven madre por recuperar a sus cuatro pequeños hijos
Cuando Graciela Llancafil abre la puerta de su departamento ubicado en calle Olegario Henríquez, en Llolleo, lo primero que se puede ver son juguetes, una cuna y muchas fotografías colgadas en la pared de sus hijas de 10, 6, 2 años y el más pequeño, de tan sólo cuatro meses. Por ellos hoy se encuentra enfrentando una dura batalla, que ni siquiera ella sabe cómo va a terminar.
Luego de que un vecino la denunciara a ella y a su pareja de maltrato hacia sus hijos, situación que niega hasta el cansancio, una jueza del Tribunal de Familia decidió brindarle una nueva oportunidad para ver si ella estaba apta para continuar a cargo de sus hijos.
Asegura que durante ese periodo estuvo reuniendo los antecedentes que le permitieran demostrar a la jueza que sus hijos debían continuar a su lado. "Retomé mis estudios, encontré trabajo, mis hijas están yendo al colegio. También tenía un informe hecho por un asistente social del municipio que indicaba que mis hijos no eran maltratados y que estaban en buenas condiciones de salud".
"Además tenía el informe del colegio que señala que mis dos hijas mayores están asistiendo a clases de forma regular, pero a pesar de todo eso, el juez en la audiencia de este lunes, decidió trasladar a mis cuatro hijos a hogares de niños, sin leer ninguno de los antecedentes que yo llevaba. El juez ni siquiera me los pidió (los antecedentes) antes de tomar la decisión", cuenta Graciela, muy afectada.
La madre confiesa que estar alejada de sus hijos ha sido el dolor más grande que ha sentido en su vida, porque nunca antes se había separado de ellos.
"Ese día (lunes), con toda la pena que yo tenía, tuve que decirles que se iban a una escuela de ballet porque a ellas les gusta mucho bailar y que no íbamos a poder estar juntas por un tiempo. Mis hijas se pusieron a llorar. Se imagina el dolor que siente una madre al ver a sus hijos sufrir", afirma con una pena infinita.
"Se supone que, con esta decisión del juez, ellas debían estar mejor, pero cómo van a estar mejor si las separan de su madre de forma inmediata, las llevan a un lugar donde nadie las conoce y ahora más encima las quieren cambiar de colegio. ¿Acaso eso no es vulnerar los derechos de los niños también?", se pregunta la joven madre.
Tras la decisión del tribunal, Graciela buscó la ayuda de un abogado para que la guiara en este doloroso camino. "Yo no voy a bajar los brazos porque jamás he maltratado a mis hijos. Además, se supone que los organismos encargados de verificar en qué estado se encontraban los niños nunca fueron a mi casa. Durante la primera audiencia la jueza dijo que irían a verme, pero eso jamás pasó. Tampoco llamaron al colegio para saber si estaban asistiendo a clases y lo peor es que este lunes, cuando el juez les preguntó por mi caso, no tenían idea", reclama.
Pero lo que más indigna a esta mujer es que, según ella, un informe elaborado por un grupo de profesionales aseguraba que Graciela no se encontraba apta para criar a sus hijos. "Ese informe jamás ha llegado a mis manos. Además, cómo voy a creer en profesionales que ni siquiera han conversado conmigo. La única vez que estuve con ellos también estaba mi hija de dos años, que se supone era la más afectada por los supuestos maltratos. Ese día le preguntaron un par de cosas y después nos mandaron para la casa".
PADRE
Desde hace un tiempo, el padre de los menores se encuentra privado de libertad. Él mantenía una orden que no le permitía acercarse a la casa de Graciela, pero a pesar de eso, igual se las arreglaba para enviarle dinero a sus pequeños.
"Es cierto que él tiene sus problemas, pero nunca fue malo con sus hijos. A pesar de que no se podía acercar porque yo apenas lo veía por ahí llamaba a los carabineros, se las arreglaba para mandarme plata para sus hijos. Yo le dije que me depositara la plata para que así quedara registro de que él sí ayudaba", relata.
"Mi hija mayor lloraba todas las noches porque decía que lo echaba de menos. Ellos no saben dónde está su papá porque yo les dije que andaba en el norte trabajando. Si él hubiera sido un mal papá, mis hijas no lo echarían tanto de menos, pero ellas siempre me preguntan por él. Yo sé que él también está sufriendo con todo esto, eso lo sé", añade.
lucha
Graciela está dispuesta a demostrar que sus hijos son lo más importante para ella y que llegará hasta las últimas consecuencias.
"Ayer (jueves) fui a ver al más chiquitito al hogar y la verdad es que fue muy triste. Sé que las tías lo cuidarán bien, pero no es lo mismo. Además él estaría en mejores condiciones si estuviera aquí conmigo", asegura en su vivienda de Llolleo.
Pero son sus dos hijas mayores quienes más preocupan a esta joven madre. "Ellas son más grandes y por lo tanto se dan cuenta de todo lo que está pasando. Acá en su casa estaban contentas y estoy segura de que eran felices a pesar de no tener grandes cosas. Para ellas fue muy doloroso ese día donde las alejaron de mi lado".
Ayer era un día especial para Graciela. Estaba de cumpleaños y pensaba celebrarlo con sus hijitos. "Este ha sido el peor cumpleaños de mi vida. Qué voy a querer celebrar si ellos están lejos de mí por una injusticia, porque ese día, en la audiencia, ni siquiera me dieron la oportunidad para demostrar que yo estaba cambiando".
"Es cierto que no terminé el colegio, pero me inscribí para hacerlo. También encontré un trabajo que no es de los mejores, pero es un trabajo. Mi hija de dos años estaba yendo al jardín y el más chico iba a ir a una sala cuna apenas me dieran el cupo. Mi vida y la de mis hijas estaba retomando el rumbo, pero de un día para otro me los quitan, porque se supone que no estaban bien a mi lado", sostiene.
La joven revela que su familia la está apoyando en todo y que no bajará los brazos hasta recuperar a sus retoños. "Tengo el apoyo de mi familia que me va ayudar a recuperar a mis hijos, pero a pesar de eso la pena es muy grande sobre todo porque mi casa está vacía". J
"Tuve que
decirles que se
iban a una
escuela de ballet
porque a ellas les
gusta bailar y
que no íbamos a
poder estar
juntas por un
tiempo".
"Ayer (jueves) fui
a ver al más
chiquitito al
hogar y la verdad
es que fue muy
triste. Sé que las
tías lo
cuidarán bien,
pero no es lo
mismo".
"Se imagina el
dolor que siente
una madre al ver
a sus hijos sufrir"