Desgarrador relato de abuelita que quiere recuperar a sus nietas
Rosa Gómez Chávez (65) cuenta que cuando sus nietas llegaron hasta la Residencia Femenina de Llolleo (ex Hogar de Niñas) les robaron todo, incluso el cargador de su celular y unos chocolates que les habían regalado. Además dice que la bienvenida que recibieron estas dos estudiantes no fue para nada amistosa.
"Además las niñas me cuentan que las tías que trabajan ahí las hacen trabajar mucho. Una de mis nietas tiene 14 años y la otra, 10. Me dicen que la pasan mal, que es peor que estar en una cárcel. Hay niñas muy agresivas y las personas que trabajan ahí no hacen nada, porque están en el celular chateando o comadreando entre ellas", reclama la abuela de las menores.
COMO UNA MADRE
Rosa Gómez llegó hasta la provincia de San Antonio en 2011. Aburrida de la estresante vida que llevaba en la comuna de Lo Espejo, Región Metropolitana, esta mujer decidió seguir los pasos de su hija y armó sus maletas para mudarse a Cartagena. En el sector de San Sebastián esta abuelita se instaló de manera definitiva.
"Había estado 40 años trabajando en un almacén. Me aburrí y con mi marido nos vinimos al litoral para descansar y disfrutar a mis nietas", sostiene la mujer.
Su hija, la madre de estas dos menores que hoy están viviendo en el ex Hogar de Niñas, arribó a la zona un año antes que Rosa.
"Por diversos motivos, mi hija con su pareja tuvieron muchos problemas por la maldita droga. Por eso el Sename se hizo cargo de mis nietas. Pero yo ahora las quiero recuperar, porque ellas están sufriendo. Pasan hambre. Yo siempre que las voy a ver les llevo alguna cosita para que coman y ellas se ponen contentas. A mí me quieren como una madre", asegura.
Rosa advierte que desde que sus nietas ingresaron a este centro, ella inició los trámites para quedarse con su tutela, sin embargo, su gestión ha sido infructuosa.
"Hace pocos días redacté una carta al juzgado para solicitar el permiso para estar con ellas en este 18 de septiembre. No me han dado ninguna respuesta. Yo quiero estar con ellas para darles cariño, porque ellas son niñas buenas que les falta amor", culmina abrazando a sus nietas. J
Rosa Gómez, abuela de dos niñas que se encuentran en la Residencia Femenina de Llolleo, explicó que en una ocasión su nieta menor de 10 años se orinó en la cama y nadie le prestó ayuda. "Era de noche y ella se hizo. Mi otra nieta, o sea la hermana, le fue a prestar ayuda. Cuando estaba limpiando la cama llegó una tía a retarla y le dijo que tenía que aprender sola a limpiar", cuenta la abuelita para luego decir que "mi nieta de 10 años tiene que hacer las camas. Una vez me dijo que estuvo harto tiempo ordenando las piezas".