"La Cuca" tiene la receta para la mejor empanada
El 2002, un año antes que comenzara a funcionar la amasandería "La Cuca", Marta Olguín Ampuero se la jugó por el negocio de la ropa americana. Compró un terreno en el sector de San Antonio Las Bodegas, en Bellavista, y se instaló con su negocio. Un amigo le había traído las prendas directamente desde Italia, las que se fueron como pan caliente. Durante un año, el negocio de la ropa americana le estaba dando buenos frutos a Marta Olguín.
Pero la llegada de las ferias libres que comenzaron a instalarse itinerantemente por los sectores de San Antonio hizo que la afluencia de público bajara considerablemente.
La gente empezó a comprar la ropa americana en dichas ferias, y casi nadie llegaba al local de Marta en Bellavista. "Después de un primer año bueno, las ventas con la llegada de las ferias libres se fueron abajo. Por eso tuve que pensar en otro negocio", recuerda Marta.
Su marido, Héctor Daniel del Pino, se encontraba en esos momentos trabajando en la pesca artesanal. Llevaba ahí unos años, pero su gran pasión no estaba en alta mar. De familia pastelera, desde chico había crecido en las cocinas de la dulcería Santa Elena, clásico local sanantonino que se ubicaba en calle Centenario.
Como pocos, sabía el oficio de pastelero al revés y al derecho. Su experiencia la había aprendido mirando las destrezas de "los viejos" pasteleros como Javier "Toño" Huencho; de los queridos "Raimilla" y "Morongo", ambos trabajadores de la reconocida panadería "El Nogal".
Previo a su trabajo en la pesca artesanal, había realizado su oficio en la pastelería "La Reina" que estaba en avenida Chile, en la panadería "Roxana", ubicada en cerro Placilla, y también en la panadería "La Gloria" de Algarrobo, donde fue incluso premiado por El Mercurio de Santiago a mediados de la década de los ochenta por tener "las mejores empanadas del Litoral Central". La especialidad era la de horno rellena con machas.
"Mi señora me comentó que no seguiría en el negocio de la ropa americana, y me ofreció volver al tema de la pastelería, aunque yo no estaba muy convencido, porque en la pesca artesanal me estaba yendo bien", reconoce Héctor Daniel del Pino. Su mujer, astuta, le ofreció una oferta que era difícil de rechazar. "Le dije que yo me preocuparía de la construcción del local, y una vez que lo tuvimos listo, recién ahí me creyó que era verdad lo que estaba proponiéndole", explica Marta, quien no deja de agradecer la ayuda que tuvo durante aquel proceso de cambio de rubro de su hermano Hugo Olguín.
El 2003, comenzó a funcionar en la calle San Antonio de Las Bodegas la amasandería "La Cuca". Fue bautizada así porque a Marta desde chica la llamaban con ese apodo. "Todos me conocen como 'La Cuca'. Cuando chica me decían Martuca, pero un amigo que era un año mayor que yo no podía pronunciarlo bien, y me decía Cuca, y eso quedó para siempre", apunta.
42 años de casados
"La Cuca" había llegado de apenas un año de vida a vivir al cerro Bellavista. Su padre, Manuel Olguín (nacido en San Antonio), estaba viviendo en San Fernando con su señora Marta Ampuero, cuando un doctor le recomendó volver a la ciudad puerto porque tenía un fuerte cuadro de asma. El aire del Litoral sería su sanación y salvación.
Cuando estaba a punto de salir de la escuela 2 de San Antonio, conoció a Héctor Daniel del Pino. Pololearon poco tiempo y se casaron en febrero del año 1973 por el civil y en abril del mismo año por la iglesia. Actualmente llevan 42 años de matrimonio.
Ya instalado en su espacio, Daniel del Pino comenzó a desarrollar nuevamente el oficio que mejor sabe hacer. Uno que, según sus propias palabras, "muy pocos jóvenes se interesan en desarrollar".
El antiguo pastelero con desazón ahonda aquella afirmación: "se están perdiendo recetas clásicas de la pastelería porque los cocineros jóvenes no se acercan ni buscan aprenderlas. Tuvimos una chica que estaba a punto de titularse de chef profesional que vino a trabajar al local, pero no anduvo bien, porque este oficio no se aprende tanto en las salas de clases".
A las cinco de la mañana se despierta, toma desayuno en casa, y mientras todos en su casa duermen, Daniel sale de su hogar para subir la cortina de "La Cuca" a las seis y media de la mañana. A las 20 horas cierra, y lo único que quiere, según afirma, "es llegar a acostarme".
Nunca ha tomado vacaciones porque dice que no las necesita y que se entretiene más en la amplia cocina que tiene la panadería de Bellavista. "Yo sí salgo de vacaciones. Aprovecho de salir con mis hijos o nietos", comenta su señora Marta.
la estrella de "el cuco"
Mantecados, milhojas, cocadas, merenguitos, empolvados, palmeritas frescas, kutchens, tartaletas, exquisiteces todas que brillan y deslumbran en las vitrinas de "La Cuca". Además, hay otro producto estrella que se hizo un nombre en San Antonio de Las Bodegas: las empanadas de pino que salen sabrosas del horno los días viernes, sábado y domingo.
"El Cuco", como también lo conocen por ser el marido de Marta, las hace de horno y con carne picada que empieza a preparar algunos días antes. Tanta fama tienen que hasta de Santo Domingo hay gente que viene a buscarlas. "También entregamos 140 empanadas en total a las canchas de Estrella de Chile y Balmaceda los domingos cuando hay partidos. Un viernes normal hacemos cerca de 50 empanadas", explica Marta.
La clave según "El Cuco" es la masa. "Acá aún hacemos la masa antigua que es masa cocida. La cebolla se cuece para que se le quite el ácido y no repita al comerla. La carne es punta paleta, la que se empieza a preparar unos días antes".
Al probar la empanada de pino de la amasandería "La Cuca", el talento natural de Héctor Daniel del Pino se deja sentir al primer mordisco. Toda la dedicación con la que cocina desde las seis y media de la mañana está concentrada en aquel producto estrella que muchos han catalogado como "la mejor empanada de San Antonio".
"Con el tiempo nos fuimos ganando el cariño de la gente y los clientes, los que valoran mucho las recetas antiguas y artesanales que tenemos. Agradecemos que mucha gente prefiera nuestras empanadas y la postulen como una de las mejores de la ciudad puerto", reconoce Marta Olguín.
Instalados en San Antonio de Las Bodegas, la calle principal de Bellavista, la amasandería "La Cuca", con once años de trayectoria, se convirtió en punto obligado para los sanantoninos que buscan rescatar esos sabores que no se consiguen en supermercados ni centros comerciales. Las manos mágicas de Héctor Daniel del Pinto con sus dulces y empanadas seguramente lo trasladarán a ese San Antonio que se niega a morir. J