Los últimos dos años no han sido buenos para María Santana. La vecina de Cartagena ha tenido que batallar dos veces contra el cáncer y puede decir con orgullo que a sus 77 años ganó la primera contienda, y que ahora, gracias a una novedosa cirugía, está ad portas de repetir la victoria.

Según lo informado por el hospital Eduardo Pereira de Valparaíso, recinto médico donde se realizó la intervención, María está tiqui taca tras la delicada operación denominada gastrectomía laparoscópica, que consiste en extirpar completamente el estómago de la paciente para luego conectar el esófago con el intestino.

"La cirugía laparoscópica es una técnica mínimamente invasiva que permite realizar los mismos pasos de una cirugía tradicional mediante trócares (tubos) de 5 a 10 milímetros, por donde se introducen las pinzas para operar", explicó José Miguel Martínez, jefe de Cirugía Digestiva Alta del hospital Eduardo Pereira, mediante un texto difundido en la cuenta de Facebook del recinto asistencial.

buena recuperación

El facultativo agregó que gracias a una técnica como esta "se cambia una gran incisión, de 20 centímetros en promedio, por una muy pequeña, y con un beneficio funcional y estético". De esta forma la paciente puede seguir alimentándose y se remueven los ganglios y arterias afectadas por el cáncer.

El médico cirujano, quien realizó la operación en conjunto con Ricardo Funke, indicó que María "se encuentra en muy buenas condiciones y totalmente recuperada. Incluso comiendo de manera normal, con papillas por vía oral".

Lamentablemente, esta no es la primera vez que la vecina de Cartagena tiene que someterse a un procedimiento de este tipo para luchar contra el temido y mortífero cáncer.

El año pasado salió airosa de un cáncer de mamas, pero meses después de la cirugía, hallaron en una resonancia magnética otra complicación. Esta vez en el estómago.

"Me puse a llorar de inmediato. Cómo iba a tener tan mala suerte para que me detectaran dos cánceres. La doctora me dijo que esta enfermedad era prioridad y que había posibilidad de cirugía", recuerda la cartagenina.

María recuerda que la pena fue tan grande que los doctores tuvieron que consolarla en ese triste momento. No podía creer que la historia se repetía nuevamente.

Con toda la fe del mundo, pasó el trago amargo y siguió estoica todo el proceso que vendría nuevamente y que culminó esta semana con el exitoso procedimiento.

"Estoy muy feliz luego de la cirugía. No fui rebelde con ambas enfermedades: tuve que aceptar lo que me tocó y cooperar. Estas pruebas que nos pone Dios en el camino hay que enfrentarlas con humildad y optimismo", finalizó la mujer, quien aprovechó de agradecer a todos quienes la han tratado bien durante este complicado proceso que, afortunadamente, termina de la mejor manera posible. J