Madre de Ucabari Barrientos: "Siento que nunca podré volver a ser feliz sin mi hija"
Las lágrimas, el dolor y el llanto se han vuelto compañeros inseparables de Solange Hinojosa (40). Hace dos años esta madre sanantonina sufrió el golpe más duro y trágico que le ha dado la vida. La mayor de sus dos hijos, Ucabari Barrientos, fue asesinada de una estocada mortal en la pista de baile de una discoteque de Llolleo. Tenía apenas 18 años.
Su bello rostro no puede ocultar la infinita tristeza que mantiene por la muerte de su amada hija. Sus lágrimas brotan espontáneas cuando trata de describir cómo es su día a día, desde que se levanta, hasta que vuelve a la cama.
"Lucho todos los días por salir de esta depresión que no me deja vivir tranquila", dice ahogada en un amargo llanto. Hace más dos que está en terapia siquiátrica para poder sobrellevar el dolor de la pérdida.
Antes de la trágica noche del 21 de mayo de 2013, Solange trabajaba como cajera del supermercado Lider de San Antonio. Tras el crimen de Ucabari estuvo con una larga licencia médica porque su severa depresión la tenía desestabilizada emocionalmente. En agosto pasado recién se reintegró en jornada parcial a su empleo, sin embargo, después de un par de días, no logró desenvolverse con normalidad, puesto que una crisis de angustia volvió a complicar su estado de salud.
cajera
"Fue muy difícil volver a esa realidad (el trabajo), porque todavía no estoy preparada para que la gente me pregunte qué pasó o que me hablen del tema. Me tenía que guardar la pena y los recuerdos de cuando mi hija iba a buscar a su hermano al colegio que quedaba frente del 'súper' y me pasaban a ver. Me encontraba con los compañeros de ella que trabajaban como empaquetadores y no podía dejar de pensar: por qué a mí me tenía que pasar", comenta con la voz quebrada. Confiesa también que a los sentimientos de tristeza se sumó una gigantesca rabia que le hacía mucho daño, porque no la podía evitar.
"Trabajar debía ser una terapia, debía ser algo bueno, pero el hecho de estar en el supermercado limitada a un espacio muy estrecho me hizo pésimo. Fue como retroceder, porque en todo este tiempo, si yo quería evitar ver a alguien o hablar con alguien, lo hacía libremente, acá no podía", añade.
Koke
"¿Si la Uca me cuidaba tanto a mí, por qué tú no la cuidaste a ella?",
recuerdo permanente
La angustia de esta bella mujer es permanente y aunque no se le nombre a su hija fallecida, ella la recuerda a cada instante. Y es que su hija era su amiga y compañera inseparable, con quien conversaba a diario, con quien reía y compartía los más sencillos pero mejores momentos de la vida.
emprendimiento
El dolor de Solange es evidente y dice que cada día lucha por vencerlo y levantarse. Es así como apoyada por su hermana se embarcó en un innovador negocio, pero durante su lucha, muchas veces se ve abatida por la angustia. "A veces me pregunto si vale la pena empezar un negocio y levantarme de nuevo. Y si me pasa de nuevo, cómo voy a salir adelante. Si en un segundo alguien puede destrozarte la vida, así de fácil?", dice entre sollozos.
El relato de esta madre es desgarrador cuando dice que sus cuestionamientos no cesan. "¿Me hace feliz lo que estoy haciendo? Al final sumo y resto y mi conclusión siempre es la misma. Yo nunca voy a volver a ser feliz, porque ya me falta la mitad de mi vida", agrega mientras seca sus lágrimas con fuerza, mostrando rabia e impotencia.
Intentando reintegrarse, comenta que cree que su hija la acompaña todos los días y que las nuevas oportunidades de trabajo y de vida se las debe a ella. "En San Antonio hay pocas oportunidades de trabajo y en este momento trabajar en forma dependiente, cumpliendo horarios de trabajo complicados, se me hace muy difícil, porque no puedo dejar al Koke solo".
Mientras, mira por la ventana a su hijo que juega a la pelota afuera de la casa.
-Demasiado. Si está jugando afuera lo paso mirando. Cuando se demora un par de minutos en el furgón del colegio o si salimos a la calle, es terrible. Vivo con un miedo insostenible. Todos los días siento que tengo una presión y una responsabilidad muy grande que debo absorber sola.
-El papá apareció para el juicio (contra la autora del crimen de su hija) y lo viene a ver de repente, pero quien vive la realidad día a día soy yo, y estoy sola con el niño.
Solange se divorció del padre de sus hijos hace ocho años cuando vivía en Santiago. Luego de esa ruptura volvió a su natal San Antonio y producto del trabajo que debía realizar y sus horarios, se apoyaba mucho en la ayuda que le brindaba su hija Ucabari con el cuidado de Jorgito.
Antes de la muerte de Uca, ellos vivían en una casa ubicada en el centro de Llolleo, sin embargo después de la tragedia, Solange se cambió de domicilio y trató de que esto la ayudara a evitar algunos recuerdos que, según ella, a veces le dan alegría, pero la mayoría de las veces le causan angustia y frustración.
"Hay muchos días en que la tristeza es tan grande que no quiero llegar a la casa y prefiero irme con el Koke a la casa de una amiga que me recibe en el calor de un hogar, una familia bien constituida".
microempresaria
Solange Hinojosa hoy se desenvuelve como microempresaria en un emprendimiento que inició a comienzos de este año.
Se trata de las bolsas de papel reciclado que se distribuyen gratuitamente, financiadas con publicidad.
"Las marcas que llevan las bolsas son sólo de comerciantes locales, para apoyar y defender a los locales de la zona", enfatiza con entusiasmo la ideóloga de este novedoso proyecto.
Con sólo nueve meses de vigencia, este negocio que su hermana le ofreció para mantener su mente ocupada y generar recursos, ya ha dado frutos. Comenzó imprimiendo tres mil unidades para repartir en la comuna de San Antonio cada dos meses y hoy cuenta con 20 auspiciadores y un tiraje de tres mil quinientas unidades que reparte desde Santo Domingo a El Quisco.
"Lo que más me ha motivado y lo que le ha gustado mucho a mis clientes es que con esta bolsa también combatimos la inmensa cantidad de plástico que se genera todos los días en las distintas comunas de la provincia", indica.
Cada cliente que publica su aviso en estas bolsas, recibe al menos mil unidades de bolsas para su local, dependiendo del tamaño del aviso impreso.
"La responsabilidad con el medio ambiente que tienen todas las instituciones me ha hecho pensar en ampliar mis horizontes y ahora mi meta son las empresas privadas y públicas para que esta bolsa se imponga sobre las plásticas", comenta con la evidente motivación que refleja el brillo de sus ojos. J