Abuelita cumplió su sueño y recargó pilas con Pedrito Engel y Ángeles Lasso
Nelly González es una abuelita de 72 primaveras, que desde hace varios años sigue al tarotista Pedro Engel y a la astróloga Ángeles Lasso. Por eso cuando su hijo menor la invitó al Festival Mente, Cuerpo y Alma (en la Estación Mapocho) no dudó en tomar camas y petacas y partir a conocer a sus ídolos.
"Yo conocía la Estación desde la época en que pasaban los trenes por ahí, en el año 1956. Entonces imagínese lo que sentí al ver cómo está ahora. Es una impresión muy grande. Además, cuando vi a Pedro Engel y a Ángeles, fue... no lo puedo explicar", señala esta vecina de calle Arrayán, en Tejas Verdes.
"Pedro Engel te deja con una paz espiritual, porque él es muy tranquilo. En su charla aprendí cosas como la importancia de decir gracias. En los momentos en que estamos más agobiados, hay que decir gracias, te amo, que es lo que uno no practica. Me encantó", dice la señora Nelly con los ojos brillantes.
"Además, yo siempre he seguido a la María de los Ángeles Lasso, pero uno siempre la ve en la tele. A mi hijo (Osmán Acuña) lo invitaron a ser parte de los stands con sus productos ecológicos y ahí me dijo que lo acompañara. Cuando estaba con él, la vi pasar (a Ángeles). Ella fue un amor conmigo, incluso me regaló su libro autografiado", cuenta, mientras muestra el último ejemplar del Horóscopo Chino que realizó la experta en temas espirituales.
La señora Nelly estaba feliz de haber podido conversar con estos dos astrólogos, "aunque pude hablar súper poco con Pedrito Engel, porque siempre lo llamaban de todos lados", agrega emocionada al recordar al tarotista, porque además lo encuentra de "todo su gusto".
Esfuerzo y esfuerzo
Para la señora Nelly, conocer a estos dos personajes de la televisión fue un gran regalo de la vida, obtenido tras años de sacrificio para sacar adelante a su familia.
Desde chiquitita recorrió medio Chile junto a su familia y a sus ocho hermanos, por un tema laboral del jefe de hogar. Sin embargo, cuando él murió, la mamá de la señora Nelly debió volver con todos sus hijos al puerto de San Antonio, donde a ella le tocó asumir el rol de apoyo y contención de sus hermanos para que su mamá pudiese trabajar.
Después de eso se casó y siguió viajando por Chile con su esposo, haciendo de todo en la vida.
"Tuve panadería, almacén, juegos en varias partes de Chile. Viví en La Serena, en Litueche, en el sur... en varios lugares", explica.
"Cuando me quedé sola con mis tres hijos trabajé en lo que pude, hasta el año pasado, pero ahora vivo con la pensión y cuido a uno de mis nietos", agrega mientras con su mirada sigue atentamente los pasos de su nieto para que no se arranque a jugar a la calle.
Padre Gatica
Aunque Nelly trata de ver y leer lo más que puede sobre energías y todo lo relacionado con la espiritualidad y el autocuidado, reconoce que es como el padre Gatica, es decir, predica, pero no practica. "Soy como el padre Gatica, porque leo varias cosas, pero no las practico mucho", reconoce entre risas.
Para San Antonio
A pesar de que ya pasó más de una semana de la exposición en la Estación Mapocho, la señora Nelly todavía está feliz y recalca que "fueron tres días muy lindos. Hay bastantes cosas que uno no ve en San Antonio y que son necesarias porque hacen bien para el alma, sobre todo para los adultos mayores que no tenemos tanta plata para ir a Santiago a ver estas cosas. Estas cosas a uno la dejan en otro planeta y cambian la forma de mirar todo".
"Ojalá algún día podamos ver eso acá, porque allá inclusive vi aros que ayudaban a controlar la diabetes, ropa, masajes, cremas y un montón de cosas que nos hacen bien a los adultos mayores para calmar distintos dolores, y nos hacen ver la vida con otros ojos", completa con entusiasmo.
Eso sí explica que los precios de todos estos productos no son muy accesibles, por lo que sería necesario que existiera una entidad que financiara la feria y le diera este regalo a toda la tercera edad y a toda la comunidad sanantonina. J