De la fama al silencio del recuerdo: Felipe Camiroaga
El equinoccio de primavera época en que los dos polos terrestres se encuentran a una misma distancia del Sol, así la luz se proyecta por igual en ambos hemisferios, se produce entre el 22 y 23 de septiembre de cada año en el hemisferio sur.
En estas fechas es que se produce uno de los equinoccios anuales, el día tiene una duración igual a la de la noche en todos los lugares de la Tierra. En el equinoccio sucede el cambio de estación anual contraria en cada hemisferio de la Tierra. El verdor de los campos, el florecimiento de las plantas, el anidamiento de los pájaros el aparejamiento de los animales, marcan el ritmo de la vida del período en el paisaje de nuestro país
En nuestro hemisferio comienza la primavera, la luz avanza sobre la oscuridad por el resto del año. Pareciera que los sucesos humanos, no siguieran la misma trayectoria de la naturaleza. Una muestra, el mes de septiembre en nuestro país, atiborrado tanto de hechos recordatorios luctuosos, como de jolgorio, apretujados, que el tiempo mensual no da abasto para contenerlos.
El 2 de septiembre de 2011 cuando Felipe Camiroaga vio en su humanidad por última vez el continente sudamericano y lo correspondiente a Chile, al pasar por la estación Radio Faro de Rocas de Santo Domingo y avanzar hacia el mar en dirección hacia el archipiélago de Juan Fernández, donde se dirigía junto a otras connotadas figuras del medio televisivo nacional, para la ejecución de un programa de reconstrucción en la isla Robinson Crusoe, afectada y asolada por un tsunami a consecuencia del terremoto del 27 de febrero de 2010.
Convencido narró que sentado en el avión, en la cabina, miraba hacia el puerto de San Antonio. Por su mente emergió el pensamiento, lo esplendoroso del borde costero entre la desembocadura del río Maipo y Punta de Tralca, y el sentimiento de atracción lo embargó al igual que los poetas que hicieron de este territorio su lugar de inspiración.
Este 22 de septiembre de 2015, viajo a Santiago al cementerio Parque del Recuerdo a las exequias de un vecino del Litoral Central, que era el intendente de Santiago y que en su momento estuvo a un costado del Palacio de la Moneda junto al Presidente Salvador Allende, en la mítica fecha del 11 de septiembre de 1973.
El rito masónico de implorar al divino arquitecto que acoja al difunto y de que se rompa el eslabón de la cadena del hermano que ha partido, de la francmasonería de Logia Cóndor a la que pertenecía y que ya no está, da cuenta de la ceremonia fúnebre.
Un conocido me invita a visitar la tumba de su madre, a la cuál deposita un ramo de rosas. Me señala una lápida "Ahí está Felipe Camiroaga". Tamaña sorpresa me llevo.
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