Insólito: profesora recibió una golpiza de un alumno
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-Porque hoy los alumnos no tienen ningún respeto por los profesores. En este caso, yo no le puedo decir nada a este alumno. Él no tiene la culpa. Es el sistema educacional el que está malo. Imagínese que solo una de mis colegas me ayudó. Y los papás del menor me dijeron que para qué tanto alegaba si no se me hicieron tira los lentes.
El pasado viernes 25 de septiembre había sido un día normal para la profesora Luisa Garrido Pavez de 57 años. Esta vecina de la comuna de Cartagena dejó su casa muy temprano por la mañana para comenzar su día laboral.
Hace 37 años que Luisa es profesora. Ella dice que es de las antiguas. De esas que les gusta el orden, el respeto y la disciplina. Tres pilares fundamentales en la educación de los niños.
"Cuando entré a estudiar Pedagogía lo hice por vocación. Antes había un respeto enorme por los profesores, pero al pasar el tiempo ese respeto se perdió. Mi caso de agresión no es el único, lo que pasa es que la gente tiene miedo a hacerlo público. A mí antes un alumno también me pegó. Pero lo oculté, porque busqué ayuda en gente equivocada", confiesa Garrido.
El viernes pasado Luisa Garrido vivió un hecho lamentable que refleja la triste realidad en la que se deben desenvolver los profesores que deciden hacer carrera en los establecimientos educacionales municipales.
Esta profesora de enseñanza básica llegó hasta la escuela Villas Las Dunas para cumplir otro día más de trabajo. Como ella misma relata, "el día había sido muy tranquilo. Comenzamos en la mañana celebrándole el cumpleaños a la directora con un desayuno y cuando era el horario de comenzar las clases todos partieron a sus respectivas salas".
Luisa Garrido llegó al mencionado recinto en 2011, antes realizó una larga carrera de 32 años en las escuelas Pablo Neruda y Grupo Escolar. Es precisamente en este último recinto donde ella formó la biblioteca.
"Como te conté yo sufrí una agresión, por parte de un alumno, que me costó perder gran parte de mi voz porque me dañó las cuerdas vocales. Como ya no podía hacer clases, estudié para ser bibliotecaria y así formé la biblioteca del Grupo Escolar", recuerda.
En la actualidad no realiza clases, sino que se encarga del cuidado de los alumnos en los recreos. Ella explica que tiene un trabajo administrativo en la escuela Villa Las Dunas.
El día había sido normal. Hasta que llegó el recreo del mediodía.
VIOLENCIA EN EL PATIO
La maestra explica que en el horario de recreo son cerca de 70 alumnos los que se encuentran en el patio. La mayoría de ellos, alumnos hasta octavo básico, abandona su sala de clases para recrearse y jugar con sus compañeros.
Fue en ese ambiente cuando la profesora escuchó una grosería por parte de un alumno.
"Me encontraba cuidando a un niño que es muy chiquitito, porque los demás alumnos lo molestan. Yo me preocupo que no abusen de él los más grande", consigna.
-Sí. Yo estaba absolutamente sola. En ese momento escuché a un niño decir una serie de garabatos y obvio que pregunté quién había sido. Todos me dieron el nombre del niño y cuando le iba a decir por qué había dicho eso, tocaron la campana para que los alumnos entraran a clases. Y yo les dije . En ese momento se acerca este alumno, me dice un par de cosas y me comienza a golpear de la nada.
Fueron cerca de 2 minutos en los que esta profesora fue agredida. Ella cuenta que este menor le pegaba simultáneamente con sus dos manos.
"Yo en cada golpe sentía como mi rostro se quemaba. Me pegaba con la mano abierta y muy fuerte. Fue muy terrible porque estaba sola. Nadie me ayudó", describe con su voz carraspeada y que esconde una pena enorme. Pero ella no llora. Se mantiene firme pese a recordar este violento episodio.
"La culpa no es del niño. Aquí hay un tema de fondo. Por qué el niño reaccionó así, tan violento. Eso vale la pena preguntarse. Yo sé que trabajo en un colegio vulnerable, donde en la mayoría de los casos, los padres creen que nosotros somos una guardería. Acá el problema es de los papás que hoy en día no se preocupan por sus hijos", manifiesta.
Luisa hace un alto en su relato. Cierra sus ojos por algunos segundos, respira profundo y cuenta que desde que sufrió la agresión "no puedo ver nada con mi ojo derecho. Disculpe que no lo mire, pero es que me cuesta tener los ojos abiertos, porque me duele mucho. Tengo miedo de perder la vista".
-Sí. Cuando a mí me golpearon, me fui al baño porque me ardía mucho la cara. Luego me fui adonde la directora y la secretaria me impidió hablar con ella. Hasta que en un momento no di más. Me sentí tan mal que llegué y me metí a hablar con la directora y le conté lo sucedido. Yo ya le había contado a algunas colegas y no me creyeron. Debió ser porque no estaba llorando, pero cuando le conté a la directora me puse a llorar.
Luego de confesarle lo ocurrido a su jefa, se fue al Instituto de Seguridad del Trabajo (IST). Hasta el lugar llegó con una colega que decidió acompañarla. Luego se dirigió a Carabineros para estampar la denuncia, pero antes constató lesiones en el Hospital Claudio Vicuña, donde el informe reveló que la mujer presentaba "lesiones menos graves".
Si bien durante la entrevista, Luisa Garrido no había dejado caer ninguna lágrima, cuando habla de sus colegas, la pena es evidente y rompe en un llanto desolador, pero comprensible.
"Hasta el día de hoy (ayer) nadie se ha preocupado de llamarme para saber cómo estoy. Ni la directora. Es triste ver la deshumanización que hay entre los propios colegas. Hoy todo es competencia y poco y nada nos preocupamos del que está al lado. Insisto que la culpa no es de los niños. Hay un tema de fondo y ese tema de fondo es fundamental para mejorar la educación", culmina Luisa Garrido secándose cada una de las lágrimas que caían de sus ojos. J
Según consignaron fuentes de Diario El Líder, el menor que agredió a la profesora Luisa Garrido fue expulsado del establecimiento. Sin embargo, podrá seguir cursando sus exámenes para que no pierda el año escolar en curso.
"Es triste ver la
deshumaniza-
ción que hay
entre los propios
colegas",
Luisa Garrido,
"Los padres creen
que nosotros
somos una
guardería",
Luisa Garrido,