La historia del dirigente vecinal que sueña con cambiar el rostro a su querida población 30 de Marzo
Si hablamos de la villa Lander Uriarte Burotto, a lo mejor el nombre no le suene mucho, pero si decimos "30 de Marzo", seguro que de inmediato se le vendrá a la cabeza la población ubicada en la parte alta de Barrancas, la cual fue fundada en la década de los '60 a raíz de una toma formada un día 30 de marzo.
Muy pocos lo saben, pero la 30 de Marzo se llama realmente villa Lander Uriarte Burotto. Así, al menos, lo dicen las escrituras. Hace dieciocho años Manuel Manzo Peralta (46) se convirtió en dirigente vecinal de esta población, una de las más grandes de la comuna.
A pesar de no haber nacido en este lugar, siempre sintió un cariño muy especial por este barrio. Por eso, con apenas 20 años, empezó a colaborar con los dirigentes vecinales de aquel entonces.
En esa época, Manuel dividía su tiempo entre su trabajo como maestro de cocina y la junta de vecinos. "Me gusta mucho lo que hago como dirigente porque nací con ese don de servir a la comunidad, además que siempre he creído que uno debe ser bondadoso y pensar en el bien común antes del propio".
En 2007 tomó el mando de la unidad vecinal, aunque cuenta que antes de llegar a la presidencia pasó por otros cargos. "La idea es que uno sepa de qué se trata cada uno de los cargos y las labores que se deben desempeñar en una junta de vecinos".
Manuel asegura que el gusto por el servicio social lo heredó de su madre y lo "peleador" de su padre. "Mi mamá vivía ayudando a los demás. Siempre ha sido muy generosa y por eso la gente la quiere mucho. Y de mi papá saqué la convicción de creer que uno está luchando por lo justo. Él siempre se ha hecho notar por exigir sus derechos y yo soy tremendamente luchador y gritón cuando me toca representar a mis vecinos".
Reconoce que la vida de un dirigente no siempre es miel sobre hojuelas como, según él, muchos piensan, pero asevera que la mayoría de los dirigentes vecinales de la comuna está disponible las 24 horas, los siete días de la semana. "Uno debe pagar costos familiares importantes. La gente hoy está muy demandante y muchas veces no respeta los horarios de colación ni de descanso. Pero también sé que eso pasa porque existe mucha necesidad. Para esos estamos los dirigentes sociales: para ayudar y acompañar".
30 de Marzo
Manuel estima que actualmente en la población 30 de Marzo viven cerca de mil doscientas cincuenta familias. "Nosotros somos una de las comunidades más grandes de San Antonio".
-Sí, porque la historia pesa. Yo no sé qué tan mala pudo ser la población porque uno siempre quiere el lugar donde reside. Cuando uno vive en una toma existen muchas necesidades y obviamente es la ley del más fuerte la que se imponía, entonces el que sacaba la voz era el más choro o el que lograba imponer su criterio. Con los años eso fue quedando atrás, porque cuando hay necesidad la gente se une".
El dirigente explica que la población 30 de Marzo nació de una toma que se formó con personas que venían de distintos lugares, que tenían cero arraigo y relación entre ellos. "En una toma hay muchas carencias. Yo todavía tengo el recuerdo de mi mamá con un palo en los hombros y un balde en cada punta buscando agua a dos cuadras de la casa. Tampoco había luz".
-En mi época adolescente recibí muchas burlas por vivir en la 30 de Marzo. Me decían que mi población era la más mala y que no teníamos alcantarillado. Costaba decir que uno vivía en este lugar porque la gente te miraba con malos ojos.
La familia de Manuel residía en la población Juan Aspeé, en una mediagua ubicad a la orilla de la línea del tren. La inminente expansión portuaria los obligó a dejar este lugar y trasladarse hasta la entonces toma de la 30 de Marzo.
Los numerosos avances que ha logrado la población en estos años son frutos de la exitosa forma de organizarse que han encontrado sus habitantes, representados por su junta de vecinos.
"Nuestra población ha liderado procesos de desarrollo urbano y sociales en la provincia. Hoy en día tenemos todas nuestras calles pavimentadas y con luminarias de última generación. También tenemos la sede social más grande de la región y que tiene abiertas sus puertas no sólo para los vecinos, sino que para toda la comunidad", dice con orgullo.
-Primero la gente se organiza, después se debe conversar sobre las necesidades que existen, ver cuáles son prioridad objetivamente y finalmente hay que ordenarse. Esto nos ha permitido el desarrollo que hemos logrado.
Todo esto no sería posible si Manuel no contara con el apoyo de una red importante de colaboradores. También reconoce que su gestión no ha estado exenta de problemas "porque uno no es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo".
Este dirigente se siente muy orgulloso de los grandes logros que ha tenido su querida 30 de Marzo, a pesar de no ser sanantonino de tomo y lomo como él lo hubiera querido. "Yo nací en Melipilla por cosas del destino, porque mi mamá se fue para allá de vacaciones y ahí me tocó nacer, pero la verdad es que yo prefiero decir que soy sanantonino porque este es el lugar donde vivo y donde algún día voy a formar una familia.
-Me gustaría formar una familia, pero por ciertas desilusiones que he tenido no he podido concretar este anhelo, pero por ahora no es prioridad. Me gusta lo que estoy haciendo como dirigente y también me gusta mi trabajo en la Gobernación Provincial.
Por mucho tiempo, este vecino de calle Esperanza se desempeñó como maestro de cocina en diversos restoranes de la provincia, aunque reconoce que tenía apenas 11 años cuando comenzó a trabajar lavando loza en un local de la caleta.
"En mi casa éramos seis hermanos y obviamente mi papá no podía darnos lo que necesitábamos, así que cuando una vecina me dijo que fuera con ella a trabajar, no lo pensé dos veces. Yo era bien chico por lo que me subían arriba de un cajón para llegar al lavaplato", cuenta con mucha nostalgia.
Desde pequeño fue el jefe de la casa, ya que como sus papás trabajaban, él y su hermana mayor debían hacerse cargo del resto de sus hermanos. Eso lo llevó a formar su faceta de líder.
"Nosotros éramos los más pobres de la población y por eso nos pasaron a llevar en varias ocasiones. Se metían a la casa y nos sacaban la leche o el pan que teníamos, y uno como niño no podía decir nada. Pero también tuvimos vecinos muy buenos que estaban pendientes de nosotros", cuenta.
Los valores y enseñanza entregadas por sus padres han sido fundamental a la hora de asumir tres periodos consecutivos como presidente de la junta de vecinos 30 de Marzo. "Gracias a ellos tengo bien claro mis valores y las ganas que tengo por ayudar a los demás. Por eso una de nuestras grandes metas es contar con un nuevo Cesfam porque el que tenemos actualmente nos quedó pequeño, pero estamos trabajando para eso". J
"Soy
tremendamente
luchador y gritón
cuando me toca
representar a mis
vecinos".