Feligreses realizaron masivo recibimiento a las reliquias del santo Luis Guanella
La tranquilidad del sector de Las Lomas se vio interrumpida por la banda de guerra del colegio Espíritu Santo. Los bombos y los platillos anunciaban la llegada desde Italia de las reliquias de san Luis Guanella que ayer llegaron hasta el Techo Fraterno donde cientos de feligreses se congregaron para observar y recibir las pertenencias de este santo.
"Gracias Dios mío", exclamaba una mujer mientras caminaba en la procesión que se extendió desde el consultorio Néstor Fernández Thomas hasta José Miguel Carrera esquina Cauquenes, donde otro gran número de personas esperaba ver los zapatos, libros, un sudario e incluso hasta un hueso del fundador de la congregación Hijas de Santa María de la Providencia.
En aquella intersección, justo en la entrada al recinto religioso, una pareja realizó el tradicional esquinazo de cueca junto a los objetos del sacerdote italiano que falleció el 24 de octubre de 1915.
Las cámaras fotográficas no paraban de capturar aquel momento. Las mujeres, la gran mayoría de la tercera edad, se ubicaban en el mejor ángulo para guardar este histórico registro.
Tras este recibimiento, tanto las reliquias como los fieles ingresaron al Techo Fraterno para participar de una eucaristía celebrada por el padre Rafael Vicuña quien resaltó la importancia de esta visita.
"Es un privilegio muy grande tener las reliquias en San Antonio, sobre todo, porque han viajado por muchos países. Es la presencia viva de él (Luis Guanella) y nosotros le rendimos homenaje a una persona que hizo del servicio su vida", recalcó frente a los asistentes.
MISERICORDIA
Entre todos los participantes estaba un grupo de hermanas de la congregación Hijas de Santa María de la Providencia, que llegó desde Paraguay para trabajar en el nombre Dios en el sector de Las Lomas.
La madre Miguelina Jara es una de ellas y lleva 27 años en Chile, 13 de ellos los pasó en Santiago y 14 en San Antonio. Entre sus tareas está evangelizar, entregar la comunión a los enfermos y, en esta ocasión, resguardar las reliquias del santo patrono de la congregación.
"Su legado es muy extenso y tiene que ver principalmente con el servicio a los pobres. Es mostrar el rostro misericordioso del padre", detalló.
El beato Luis Guanella tras ser ordenado sacerdotal, se entregó en cuerpo y alma a los pobres de las parroquias en las que desempeñó su labor apostólica. Es por ello que su obra ha sido tomada como ejemplo, a lo largo de todo el mundo, por miles de personas, quienes han dedicado gran parte de su vida al cuidado de los más necesitados. Es por esto que en 1964 fue beatificado y posteriormente canonizado en 2011.
Su legado se ha extendido por todo el orbe y sus seguidores se multiplican cada año. Grandes y chicos se reúnen para trabajar por los necesitados y los más desvalidos. Este es el caso de una joven de 19 años que decidió entregar su vida a Dios y a trabajar por los más desposeídos.
Su nombre es Lucía Guerrero y se encuentra hace siete meses en San Antonio y también proviene de Paraguay. Dejó su natal ciudad de San Joaquín para embarcarse en un viaje de amor al prójimo como ella misma lo detalló.
"Seguir este camino es de absoluta vocación, uno lo siente desde que es una niña o niño, que es lo que me pasó a mí. Desde muy pequeña sentí la necesidad de ayudar a los más necesitados y eso fue aumentando a medida que pasaban los años. Una de mis hermanas sabía de esto y me orientó para iniciar este proceso que estoy recién comenzando", dijo esta joven muchacha en el Techo Fraternos.
Guerrero, como detalló, se encuentra en la segunda etapa de su preparación. Primero pasó por un proceso de Aspirantado, en el cual conocen la congregación y "donde hay un discernimiento y evaluación para saber si postula o no a esta vida religiosa".
Hoy esta paraguaya se encuentra en el proceso de Postulantado, donde estudia si el carisma que eligió coincide con el propio de ella. Luego tendrá que pasar por el Noviciado y más tarde por la Primera Profesión.
"Uno debe pasar por etapas de mucho estudio, tanto personal como de la misma constitución de la congregación, que tiene que ver con los principios que estableció San Luis Guanella. No ha sido para nada difícil tomar este camino, porque siempre he sentido y sé que es mi vocación", aseguró para luego recordar que "desde los 7 años y como hasta los 15 fui misionera en mi país".
Ayer Lucía Guerrero por primera vez conoció las reliquias del patrono de su congregación. Al igual que el resto de los asistentes, no ocultó su alegría y devoción.
"Tuve la posibilidad de tener en mi poder una pequeña reliquia del santo Luis Guanella. Me la regalaron y yo también la regalé, y fue a una abuelita. Pero nunca había tenido la ocasión de ver estas reliquias y me siento en gracia, porque hay gente que debe esperar mucho para conocerlas y yo, a 7 meses de estar acá, las pude conocer", contó.
FRÍO
Lucía Guerrero al igual que los cientos de feligreses que llegaron al Techo Fraterno fotografió cada vez que pudo los artículos del sacerdote italiano. Como ella misma cuenta, es un hecho histórico, no solo para ella, sino para todo San Antonio.
"Poder ver estas reliquias es conocer aún más la obra de san Luis Guanella, quien dedicó toda su vida al cuidado de los más pobres. Son estas cosas que a uno lo incentivan a seguir trabajando y servir a los más necesitados", manifestó.
Lucía junto a las otras cuatro hermanas de la congregación vive en el Techo Fraterno. Allí se preocupa de los más necesitados y del cuidado del mismo recinto.
Lucía es la última que se unió a esta delegación paraguaya y una de las cosas que le llamó la atención fue el intenso frío sanantonino.
"Son países muy distintos. Allá nuestra economía es agrícola, mientras que acá es portuaria, me refiero a San Antonio. Pero con lo que más he sufrido es con el frío, en mi país no es tan intenso como acá. Además la gente es muy distinta, se organizan de formas muy diferentes", comparó.
Pese a lo distinto que son ambas naciones, Guerrero comentó que ha conocido gente muy buena y con mucha ganas de trabajar por los más necesitados. Una de ellas es Luzmira Molina, quien es la presidenta de la Comunidad de Laicos del recinto.
Al igual que la mayoría de quienes trabajan en el Techo Fraterno, Luzmira también es seguidora del santo Luis Guanella y cuenta que tuvo la suerte de conocer su casa en Los Alpes italianos en el 2004.
"Viajó una comitiva hasta Europa para conocer el hogar de nuestro santo y fue maravilloso recorrer el lugar donde él vivió. Además tuvimos una reunión con el propio Papa Juan Pablo II, quien nos recibió en su salón", contó.
Además, Molina dejó invitada a toda la comunidad de San Antonio a conocer las reliquias que se encuentran hasta hoy en el recinto de calle José Miguel Letelier, porque a las 15 horas tomarán rumbo a Rancagua. J
"Su legado es
muy extenso y
tiene que ver
principalmente
con el servicio a
los pobres".
"Son estas cosas
que a uno lo
incentivan a
seguir trabajando
y servir a los más
necesitados".