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Ex adictos se defienden: "no le hacemos daño a nadie"

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Luis León (49) estuvo 18 años viviendo en una plaza de la comuna de Lo Prado, en la capital. El alcohol y la pasta base lo tenían hundido en la peor de las miserias y condenado a un mundo de oscuridad.

Asegura que fue dueño de una automotora y de una empresa de asesoría en registro de marcas comerciales, pero eso nunca fue suficiente para sentirse realmente feliz. "Las personas sólo me buscaban por el dinero, pero yo estaba vacío porque el diablo estaba en mi corazón. Por lo mismo no quería a mi mamá, tampoco quería a mi mujer ni a mi hija. Al final terminé perdiéndolo todo".

"Desde los 18 años mi mundo era la droga y el alcohol, pero siempre trabajé para consumir, nunca le robé a nadie, pero con el pasar de los años la tristeza se fue apoderando de mí ", agregó.

En agosto del año pasado, Luis estuvo a punto de morir luego que desconocidos le provocaran diversas heridas en el rostro con el gollete de una botella. Además uno de los sujetos le cortó la oreja derecha con un cuchillo.

Esa y otras experiencias lo hicieron hundirse aún más en su desgracia. Eso hasta que un conocido lo llevó hasta la casa de acogida ubicada en el ex cine de San Sebastián, en Cartagena.

Se nota que le ha hecho bien estar aquí. Se sacó esa barba y su cara rejuveneció varios años. Ahora está más delgado, anda bien vestido y todos los sábados trabaja en la feria estacionando autos, pero lo más importante es que Luis lleva tres meses sin consumir alcohol ni drogas.

"Una noche Dios me alumbró y me dio este hogar. Llegué acá por intermedio de otra persona. Ahora tengo comida, un techo, pero lo más importante es que sentí a Dios y desde ese momento soy una persona feliz porque no siento la necesidad de drogarme ni de tomar", reconoce.

Luis vive junto a otras 24 personas que también están en busca de una nueva oportunidad. Muchos de ellos han intentado salir del infierno que conlleva la droga y la delincuencia en varias oportunidad sin obtener buenos resultados, pero fue en este lugar donde, aseguran, lograron encontrar la ayuda que tanto necesitaban.

prejuicios

"Todos los que estamos acá somos hombres que venimos de la droga, pero damos gracias a Dios porque hace mucho tiempo que estamos fuera de eso", reconoce Claudio Reyes, pastor de la iglesia cristiana Ministerio Evangelístico Libertad Jesucristo es el Señor.

También reconoce que no ha sido un camino fácil, principalmente porque no reciben ayuda de nadie y porque deben lidiar a diario con el prejuicio de tener los "papeles manchados".

"Nosotros no le hacemos daño a nadie, al contrario somos un aporte porque ayudamos a la gente de la calle a salir adelante. La iglesia les da una oportunidad para que conozcan al Señor Jesucristo", recalca Reyes.

"Acá estamos todos registrados y trabajando con el suboficial Hidalgo de la Comisaría de Cartagena. Estamos trabajando con transparencia. Por eso nos duele mucho que se hable de nosotros a través del diario y que se nos acuse de cosas que no son ciertas", agrega el pastor.

ayuda

Reyes asevera que para lograr sobrevivir ellos generan sus propios ingresos, a través de la venta de pan amasado que ellos mismos elaboran, poleras, CDs cristianos, paños de cocina y productos para el aseo. "Además el 70 por ciento de las personas que viven acá está trabajando y ellos también aportan a esta causa y a sus familias".

-Nos duele mucho porque hay personas que no creen en la rehabilitación, ni mucho menos creen en que la palabra de Dios puede salvar a un hombre. Acá está todo abierto y quien quiera venir a ver qué hacemos, puede entrar sin problemas. Acá no hay nada que esconder.

-Nosotros le damos la oportunidad a todo el que quiera rehabilitarse porque cuando llegan acá es porque ya tocaron fondo, pero cuando una persona no quiere rehabilitarse nosotros le pedimos que se vaya y que le dé la oportunidad a quien realmente quiere conocer a Dios y su palabra, porque finalmente es lo único que nos salva. Cuando una persona quiere salir de la mala vida que llevó, se nota.

-Esta rehabilitación es espiritual y por la palabra de Dios, ya que ésta es la que corrige al hombre y él muestra el camino correcto. Cuando Dios toca a un hombre lo hace recapacitar. Nosotros llevamos un año acá sacando adelante una gran lucha. J

"Las personas

sólo me

buscaban por

dinero",

Luis León,

"Todos los que

estamos acá

somos hombres

que venimos de

la droga",

Claudio Reyes,

"El 70 por ciento

de las personas

que viven acá

está trabajando

y ellos también

aportan",

Claudio Reyes,

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