Una absurda discusión terminó con un hombre fallecido y otro en la cárcel. El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de San Antonio halló culpable al acusado de asesinar a su vecino de un certero hachazo en la cabeza.
Fue hace casi un año cuando dos residentes del sector Las Salinas de Santo Domingo se vieron enfrascados en una disputa que terminó cuando un hombre de 42 años le propinó un golpe con un hacha a su vecino en medio de la cabeza, provocándole lesiones de carácter grave.
Entonces Hernán Aurelio Quintana Hernández (59) ingresó al hospital Carlos van Buren de Valparaíso grave y falleció en dicho centro asistencial. El acusado del ataque quedó detenido por el delito de homicidio.
La semana pasada se llevó a cabo el juicio oral en contra del imputado, identificado con las iniciales E.S.M.S., a quien la terna de jueces -presidida por Claudia Ortiz- lo encontró culpable del delito de homicidio simple por unanimidad.
Además no validaron la teoría de una legítima defensa por parte del acusado, puesto que no se logró acreditar que la víctima fatal haya efectuado un ataque ni la dinámica de la discusión que terminó con un fallecido.
Tras el juicio, ayer se comunicó la resolución del tribunal, la que dictó la pena de 3 años y un día de cárcel para el homicida.
El fiscal a cargo del caso, Álvaro Pérez, había solicitado una condena de 6 años de prisión , sin embargo, ésta fue rebajada dado que E.S.M.S. no contaba con antecedentes penales y porque colaboró con la investigación del hecho entregándose a la policía y confesando el crimen desde un comienzo, lo cual es considerado como atenuante.
Cercanos a la víctima fatal quedaron disconformes con la decisión del tribunal, puesto que encontraron que 3 años y un día de prisión efectiva es una pena baja para el delito que se cometió. Manifestaron, fuera de entrevista, que averiguarán qué acciones legales seguir para repetir el juicio.
El crimen ocurrió el 8 de diciembre de 2014 y desde ese día el homicida se encontraba privado de libertad, cumpliendo con prisión preventiva. J
El abogado jefe de la Defensoría Penal Pública, Alejandro García, lamentó que no lograran acreditar la legítima defensa. "Debido a que no había testigos no se estimó la legítima defensa, porque mi defendido exponía que la víctima fatal lo intimidó con una cortaplumas", explicó.