La tristeza de acostumbrarse a convivir con el terrible cáncer
"En cualquier momento se me puede declarar el cáncer. A mí, a mis hijas o a mis sobrinas. Se aprende a vivir con eso, es triste pero se puede". Quien da este desgarrador testimonio es Sandra Chávez, dirigente de Consejo de Salud, de la Corporación Oncológica Entereza y del Cecof del cerro Alegre.
Hasta ahora no ha sufrido de esta enfermedad, pero su madre y una de sus dos hermanas le ganaron la batalla al cáncer de mamas.
En el caso de esta familia, el mal se transmite genéticamente, por lo que la posibilidad de que alguna mujer de la familia desarrolle un tumor en alguno de sus senos es altísima.
"Puede que no lo desarrolle nunca, o que lo tenga en unos meses más", dice con tristeza.
No es fácil vivir con el miedo. El cáncer es doloroso, costoso y muchas veces mortal. No lo quiere nadie.
El calvario empezó en 2012. La madre de Sandra, Tusnelda López, se hacía exámenes preocupada por una hernia cuando de pronto pensaron en la posibilidad de una mamografía. Era mejor prevenir que curar. Acertaron. El estudio arrojó que la mujer, de entonces 79 años, tenía cáncer de mamas.
El temor por la condición de la progenitora se transmitió rápidamente a sus hijas y a sus nietas. Cualquiera de ellas podía ser, desgraciadamente, heredera del mal.
Dos semanas después de que los doctores diagnosticaran a Tusnelda, a su hija Roxana le encontraron el mismo problema.
Roxana pudo atenderse sin problemas en el Hospital de la Fuerza Aérea de Chile y extirpó el tejido comprometido. Por precaución también se quitó el útero. "Era muy probable que después se viera afectado ese órgano, así que por precaución se lo quitó", detalla su hermana Sandra.
En tanto, su madre, en San Antonio, no corría la misma suerte. Por su avanzada edad y por padecer de asma e hipertensión, entre otras dolencias, no podía intervenirse en el hospital Claudio Vicuña de San Antonio.
"Nos dijeron que solo se podía operar en un hospital que tuviera una UCI (Unidad de Cuidados Intermedios) porque era una paciente de alto riesgo", recuerda Sandra.
"Ella se negó porque quería que el oncólogo Víctor Vásquez fuera quien la operara, o al menos que estuviera presente en el pabellón, pero nos bloquearon. No se podía".
"Como no quería le pedí al Grupo Oncológico de Valparaíso y a la Seremi de Salud una autorización para que pudiera operarse en San Antonio y después de varias cartas y gestiones, finalmente aceptaron", agrega.
De eso ha pasado más de un año y afortunadamente Tusnelda sobrevivió para contarlo. Roxana igual. Pero tienen que acostumbrarse a vivir con el miedo. Alguna de ellas podría en cualquier momento ser diagnosticada de cáncer.
A Sandra se le llenan los ojos de lágrimas al contar su drama. De pensar que sus hijas también pueden pasar por un mal de estas características y que ella misma podría tenerlo. "Uno se acostumbra a vivir así", repite.
"Todas nos vemos con el doctor Vásquez, nos hacemos los exámenes y estamos alerta en caso de cualquier cosa. Uno está obligada a estar constantemente en controles", revela.
Corporación
Sandra Chávez lleva años ligada al mundo social. Participa activamente como dirigente del Centro Comunitario de Salud Familiar (Cecof) del cerro Alegre y desde que el cáncer comenzó a formar parte de su vida, se unió a la Corporación Oncológica Entereza.
La institución hace reuniones periódicas con familias y pacientes con este problema en San Antonio. Pretenden construir una sede en Villa Las Dunas, en parte con los recursos obtenidos de los Presupuestos Participativos de la Municipalidad que ganaron este año.
La idea es que el lugar entregue asistencia médica, social y sicológica a las familias y pacientes con cáncer. "Esto es una enfermedad invasiva que afecta tanto al paciente como a los familiares. Por eso estamos pensando en algo integral, que también tenga medicina alternativa por ejemplo". J
La corporación oncológica Entereza invitó a los sanantoninos a participar de la "Caminata por los enfermos del cáncer" que harán el próximo sábado 5 de diciembre a las 10 horas, desde el frontis del consultorio de Barrancas.
Desde el interior de la agrupación explicaron que la marcha tiene el propósito de visibilizar a los pacientes que sufren esta dolencia y que esperan que todas las personas, sin importar si sufren de la dolencia o no, se sumen a la actividad.