Estaba bueno ya. Ganar era un verbo que hace rato no conjugaba San Antonio Unido. Pasaron 49 días desde que la escuadra lila festejo por ultima vez en la Segunda División. Ayer los abrazos, las sonrisas y los aplausos entregados por la afición a sus jugadores retornaron. Y fue con sabor a revancha, porque el SAU se quedó con el "Clásico del Maipo" por 2 a 1.
En el Municipal el equipo de Jorge García no sólo retornó a la senda de las victorias, luego de esa última del 24 de octubre sobre La Pintana, en Santiago. También se acordó de jugar al fútbol, especialmente en la primera parte, donde el esquema ultraofensivo del "Chicho" tuvo sus mejores pasajes.
Estos tres puntos son un estímulo, una prueba de que este equipo puede y debe luchar hasta el final por el ascenso. No todo estaba perdido y con el buen juego que desplegó a ratos la ilusión y la esperanza renacen en los fanáticos que dudaron sobre el destino de su equipo. Cierto es que se deben mejorar muchas cosas, porque en la segunda fracción se bajó la intensidad, el físico, otra vez, afectó el rendimiento y Melipilla creció. Rodrigo Paillaqueo parece que tiene un pacto con los palos, porque cuando no se manda soberbias atajadas, los parantes van en su auxilio. Ayer no fue la excepción, el horizontal le negó el empate a la visita. Ahí se complicaba todo.
El SAU mostró reacción. Se notó que la goleada sufrida en Los Andes dolió y fue una puñalada en el orgullo y amor propio de este grupo de jugadores. Se juramentaron sacar esto adelante, dando el primer paso en este partido que era bisagra. Ojalá que la puerta del buen fútbol se abra definitivamente y el SAU se transforme en el equipo protagonista que todos quieren.
"Chicho" García tuvo un mérito, aprovechó el momento anímico para hacer cambios. Sacó a algunos jugadores, de hecho hizo 7 cambios en relación con el once que jugó en Los Andes y cambió la forma de parar el equipo. Con tres en el fondo, comandados por Nelson Vera, quien fue el patrón del área, porque puso orden la última línea, y más encima marcó el 2-0 transitorio, el SAU se vio ordenado atrás, más seguro. Víctor González y Eduardo Arriola también respondieron, anticipando la marca de los delanteros, especialmente del gigante Matías García, quien milagrosamente se recuperó de una fisura en la rótula de su rodilla (Cossio sabe de esas cosas) y fue de la partida.
Ahora sí los laterales pasaron. El "Cazuela" fue un constante agente de peligro en todo el partido y gracias a su despliegue físico, cuando el "Potro" intentaba algún ataque, se metía en el fondo para conformar una línea de 4 defensores.
Por el otro lado el "Chuzo" Arancibia con entrega y sacrificio inquietó a los marcadores de su sector.
Jaime Lobos es el más regular, siempre llega a las pelotas y colabora con sus compañeros de atrás.
Lo de Nahuel Donadell fue llamativo. El "Enano" se mandó un gran primer tiempo, conduciendo el balón, distribuyendo, y aunque a ratos enojaba al público, porque no soltaba nunca la pelota, fue el hombre que marcó los tiempos. En el segundo bajó, y con él el equipo. Luego confesaría que se cansó.
Los tres de arriba anduvieron impecables. Lucas Triviño corriendo todo y con un gol (no marcaba desde el duelo con Mejillones), el quisqueño Sebastián Reyes aguantando balones y tratando de crear superioridad numérica e Ignacio Pinilla con velocidad y diagonales desarmando la defensa rival.
Los primeros 25 minutos fueron de intensidad extrema, con transiciones entre la defensa y el ataque rápidas y con sorpresa por las orillas.
El SAU le dio de su propia medicina a Melipilla Los dos goles salieron de balones detenidos. El primero de Lucas en los 33'. Córner de Ignacio Pinilla, el platense salió desde atrás y picó al primer palo. Dejó pagando a todos los defensas para anotar el 1-0.
El segundo, nació de un tiro libre pegado al lateral a la altura del área grande. Nahuel colocó el balón al primer palo, y otra vez, desde atrás apareció un lila para conectar. Fue Nelson Vera, quien con el empeine marcó su primer tanto con la casquilla lila.
Nelson Cossio, quien que salió "ratonear" desde el primer minuto y a hacer tiempo reaccionó de inmediato, y en los 40' hizo el primer cambio: sacó a un defensa, Alexis Burgos y metió a un volante creativo, Gonzalo Mendiburo.
El SAU pudo liquidar de entrada en el complemento. Triviño, desde inmejorable posición, elevó un remate (57'). De a poco se fue quedando el equipo, Melipilla arriesgó más (ingresó desde el comienzo de la fracción el volante Lucas Faúndez) y la pelota se le extravió a los lilas.
Las dudas reaparecieron en los 63'. Balón filtrado de Mendiburo para García, y el delantero se lanzó para descontar ante una impávida defensa. El "Pailla" lo miró nomás.
El "Potro" se fue arriba y en los 67' el horizontal salvó al SAU ante el cabezazo de Pablo Acosta.
García leyó bien el partido y mandó a otro volante a la cancha. El "Colorado" Ramírez, quitó y entrego, armó juego.
El partido se enredó en los minutos finales. Desesperado Melipilla metió la pierna más fuerte de lo permitido y terminó con dos menos (Célis y Cabral). Al SAU de nuevo le echaron a uno: Agüero. Fue en los eternos descuentos, donde se aguantó el marcador, porque este partido se debía ganar, y el SAU lo hizo. J