Voluntarias de Sociedad San Vicente de Paul y su labor de ayuda a los demás
Carmen Castañeda atiende a unas personas, afina detalles, consigue diferentes elemento. En otro lugar, Margarita Gamboa prepara la comida: en otro sector, María Gladys Alvarez recibe a las personas.
Es un día especial, es un día en que las voluntarias de la Sociedad San Vicente de Paul atienden en su sede (Pío X en Llolleo) a abuelitos que no tienen los medios para hacerlo o que están solos.
Las voluntarias de San Antonio se esmeran en atender, están pendientes de la puerta para recibir a sus invitados y se encargan de hacerlos sentir como en casa.
Previo a la Navidad, tener un momento agradable adquiere ribetes especiales para este grupo de personas. Atienden a muchas personas mayores que están solas, que no tienen una palabra amiga ni un hombro en el que apoyarse.
Es una labor de servicio, como lo tienen que hacer quienes dicen que sirven a los demás: sin pedir nada a cambio, más que un gracias.
sociedad
La Sociedad de San Vicente de Paul es una organización internacional, católica, laica y de voluntarios, mujeres y hombres, que entrega ayuda a personas que tienen cualquier tipo de carencias.
La base de su trabajo es la interacción directa con quienes tienen necesidad, independientemente de su origen o creencias, ofreciendo nuestra amistad como base de todas las otras ayudas. Fue fundada en París en 1833 por un grupo de laicos liderados por el Beato Federico Ozanam, en 1833.
Carmen Castañeda es la encargada de dirigir el grupo de sanantoninas con la voluntad de alguien que se entrega en servir a los demás.
"Esta organización lleva más de 50 años en San Antonio y nos hacemos llamar "Vicentinos" . Nos dedicamos a atender a los ancianos que están en mala situación y muchas veces los ayudamos con alimentos o lo que necesiten", comentó la dirigenta.
-Sí, antes colaborábamos con el hogar El Redil. Les hacíamos llegar útiles escolares y participábamos en almuerzos, pero como cambió ese hogar, ahora veremos como lo hacemos. Colaboramos también con pañales para los adultos mayores postrados. Hacemos varias cosas, pero siempre hemos sido un poco anónimas en ese sentido.
-Actualmente somos 22 socias. Acá somos sólo damas, pero en otras sedes del país hay varones que también colaboran. Nos reunimos los primeros y los terceros martes de cada mes. Planificamos nuestras acciones y cómo lo vamos a realizar.
-Sí, aquí en Pío X tenemos nuestra sede propia y la hemos arreglado gracias a diversas actividades internas; además de la colaboración que recibimos de la comunidad a través de la colecta anual. Para nosotras ese es un importante avance. Nos da tranquilidad para ayudar a los demás.
-Bueno, hay que reconocer que somos gente de edad las que participamos en estos. Hoy en día cuesta mucho que los jóvenes se sumen al voluntariado, del tipo que sea. De todas maneras lo hacemos con harto cariño, porque para nosotras lo importante es servir a los demás.
-No. No hay que ser especial, sólo tener ganas de colaborar con los demás. Hay algunas personas que durante todo el año están solos. Nosotras nos preocupamos de ellos y somos felices dando nuestro trabajo. J
