En una cancha de fútbol, llolleína le pidió matrimonio a su pololo
Dicen que del amor se pueden escribir libros y libros. Hablar, toda una eternidad. Pero hacer cosas por el ser amado, solo es para valientes, como dicen algunos. Este el caso de Fernanda Maripangui, quien el pasado 18 de diciembre tomó una de las decisiones más importante de su vida.
Se conocieron en el 2011, cuando Fernanda entró a trabajar a una conocida ferretería de San Antonio. Manuel Arce era uno de sus nuevos colegas, sin embargo, con el paso del tiempo este moreno y canchero sanantonino se ganaría su amistad y algo más.
"Él se acercaba a mí para que yo le cambiara las monedas. A él los clientes le entregaban propinas y al final del día me pedía que se las cambiara por billetes. Así comenzamos a conocernos", relata la novia.
Los días pasaban y Manuel cada día se enamoraba aún más de su nueva colega. "Cuando la vi, no lo podía creer. Me gustó de inmediato, porque la encontré muy linda. Pensaba que era mucho para mí", cuenta con humildad.
Pero Manuel, un galán empedernido, a la primera oportunidad que le dieron, no perdió el tiempo para conquistar a esta joven llolleína. "Ella no sabía manejar automóviles y yo me ofrecí enseñarle. Entre clase y clase comenzamos a conocernos hasta que le dije que me gustaba", recuerda.
"A mí me comenzó a gustar su personalidad. Es muy chistoso y siempre me hace reír. Hasta que un 19 de febrero de 2011, cuando estábamos practicando manejo, me pidió pololeo. Por supuesto que acepté", dice la enamorada.
Sin embargo, esta hermosa historia de amor no sería miel sobre hojuelas, como detalla Fernanda.
"Al principio mucha gente no quería que nosotros estuviésemos juntos. Había mucho prejuicio contra él y varias personas creían que porque tenía un automóvil con sus vidrios polarizados era narcotraficante o cosas parecidas. Muchas veces quise terminar con él, pero me decía que no, que lucháramos por este amor", confiesa.
Para Manuel fueron momentos difíciles, incluso más de una lágrima derramó por esta pena amor. "Llegamos a estar tres meses separados y fue muy duro. Yo nunca he andado metido en esas cosas que pensaban de mí. A mí siempre me han gustado los autos y los prejuicios no venían al caso", asegura.
Pese a todas las dificultades que surgieron en un principio, "decidimos luchar por lo nuestro, porque estábamos y estamos enamorados. Ambos sabíamos que los que opinaban eso estaban equivocados y el estar juntos por casi cinco años así lo demuestra", recalca Fernanda, quien el pasado 18 de diciembre hizo una locura de amor.
petición de casorio
"Con dos amigos preparamos un partido para mi pololo. Jugaban todos sus amigos y a la mitad del partido, se apagaron las luces. Estaba todo oscuro y Manuel no entendía lo que pasaba y comenzó a reclamarle al dueño de la cancha por el apagón", recuerda Fernanda.
En ese mismo momento, cuando todo el recinto se encontraba en penumbras, apareció Fernanda vestida de negro. Junto a ella estaba toda su familia y la de Manuel, quien no entendía nada de lo que estaba ocurriendo.
"Cuando vi a mi hermano Tato me sorprendí. Después vi a mi familia y no entendía nada. De repente divisé a la Fernanda que estaba en la cancha y me iba a acercar a saludarla y me dice: 'espérate'", relata Manuel.
En ese preciso momento, ella se sacó su polerón y le mostró la camiseta que traía puesta a su pololo. El mensaje era simple, pero directo: "Te quieres casar conmigo".
"Yo no quería decirle nada. Solo que leyera y me respondiera, pero como no decía nada, me arrodillé y le pregunté si se quería casar conmigo", dice la novia sobre esa inolvidable noche de viernes.
dio el sí
Manuel, sorprendido y emocionado, no pudo hacer otra cosa que caer en un emocionante llanto. "Yo soy malo para llorar, pero en verdad que esto fue emocionante e inesperado".
Las lágrimas seguían cayendo desde los ojos de Manuel. El temblor en su cuerpo no cesaba, pero la respuesta, a la pregunta de su polola, finalmente, apareció desde sus labios: "sí", le dijo a su polola, que a partir de aquel 18 de diciembre de 2015 se convirtió en su novia y futura esposa.
"En febrero vamos a casarnos por el Civil y en abril por la Iglesia. Estamos muy felices, porque luchamos por nuestro amor y nunca nos dimos por vencidos", concluye una emocionada Fernanda. J