El fútbol siempre da revanchas. Unas veces tarda en llegar, pero en otras ocasiones es inmediata, de espera corta. Defensor Cristo Rey se sacó rápidamente los balazos tras perder la final de la segunda rueda del Oficial en la tercera infantil. Hace dos semanas cayó ante Río Maipo en penales.
Ayer, por la misma vía y ante el mismo rival se quedó con el título del año en la categoría más chica del Oficial de la Puerta del Pacífico.
Tras el empate sin goles, desde los 11 metros y 15 centímetros el cetro de la tercera se fue a Llolleo alto con un 5-4 para los celestes.
Cristo Rey aprendió las lecciones de partido anterior. Dejó de lado el respeto y el temor que le profesó al Río Maipo en el duelo jugado el 13 de diciembre en la misma cancha, el estadio de Estrella de Chile. Esa vez se fueron en desventaja de 0-2 al descanso, pero remontaron en la segunda fracción, empataron y forzaron los penales, donde el portero verde Benjamín Ávila fue figura.
Ahora fue distinto e incluso se gestaron oportunidades de ganar en el tiempo reglamentario. "Esa vez les tuvimos mucho respeto, porque tienen un delantero excelente (Jostyn Duarte) y nos refugiamos. Quisimos jugar al contragolpe y no nos resultó. Hoy (ayer) jugamos nuestro fútbol, pudimos irnos al descanso 3-0 fácilmente. Fue mérito del arquero de ellos. En el segundo tiempo el cansancio nos afectó", resumió el adiestrador sobre el desarrollo del partido.
Para el adiestrador este título tiene un sabor muy especial. "Aquí esta mi hijo (Benjamín) jugando en esta serie, por eso la alegría es doble eso me llena de orgullo. Creo que el último penal del Río lo atajó mi padre, Rosamel Silva Catalán, que está arriba", expresó emocionado el DT, que verá partir al menos a 6 de sus jugadores a la segunda. J
En la definición por penales Cristo Rey y Río Maipo terminaron 4-4 tras los 5 primeros disparos. En el sexto ambos equipos desperdiciaron. Le tocó al Río y el arquero Ávila, el héroe de hace dos semanas, le pegó muy débil. Cristo Rey estaba a un penal de asegurar el título, nadie lo quería patear. Nicolás Aravena (12) asumió la responsabilidad. "No chuteo muy bien los penales, el profe Patricio me dijo tú lo pateas y gracias a Dios lo convertí. Lo celebré harto, porque es el segundo triunfo que tenemos en el año con los chicos", contó el pequeño.