Comentarista deportivo 25 años en la radio no son nada para Marcos Velozo
Existen dos cosas en la vida que a Marcos Velozo Fernández (59 años) lo apasionan: el fútbol y la radio.
Cuando era joven y estaba lleno de energía, se perdía todo el fin de semana de la casa de su abuela Laura Fernández en la población Santa Adriana de Santiago para jugar al fútbol. Salía el sábado en la mañana y el domingo, como a las 11 de la noche regresaba al hogar de la mujer que lo crió con esmero y dedicación.
Lo otro es la radio. De joven le gustaba y empezó a colaborar en la radio Agricultura. Marcos a los 21 años colaboraba en las transmisiones deportivas de la emisora capitalina. Hacía el trabajo pesado, tirando cables, trasladaba los equipos y ayudaba en lo que hacía falta.
Pero le gustaba el micrófono y fue tras su arribo a San Antonio en 1986 cuando se le dio la oportunidad en la desaparecida radio Sargento Aldea. Fue Luis Michelson, quien murió el año pasado (20 de agosto) quien le permitió comentar por primera vez. Eso fue hace 25 años y en un cuarto de siglo, Marcos Velozo atesoró una infinidad de recuerdos, anécdotas y experiencias.
Como buen hombre de radio es un conversador innato. Su mente divaga en las evocaciones de toda una vida de trabajo en las radioemisoras de toda la provincia y en otros medios de comunicación. "He pasado por varias radios: de la Sargento Aldea me fui a la Integración, de ahí volví. Estuve en la Costanera que después la perdió Jorge Betancourt. Luego me fui a la de Carlos Hidalgo, la Océano. Para el Mundial de Sudáfrica me fui a la de El Quisco, la Vacaciones, pero para hacer un espacio del Mundial, estaba en la Océano y la Vacaciones. Después me vine a La Bruja, y de ahí a la radio Chilena. Hace 5 años que estoy con Siga el deporte", precisó con orgullo sobre su dilatada trayectoria como comunicador.
Pero no sólo trabajó en radio. "Estuve en el canal de VTR y en Canal 2, en sus comienzos cuando nos sentábamos en unos cajones y el estudio estaba en un contenedor . También trabajé en Girovisual. Incluso trabajé en el diario El Espectador. Creo que he trabajado en todos los medios", aseguró.
El inicio
Marco Velozo nació en Santiago (3 de junio) en la calle San Joaquín de la misma comuna.
Su padre murió cuando él era pequeño y su madre se volvió a casar. En Batuco inició una nueva vida, pero al pequeño Marcos no le gustó. "Me arranqué de allá y me fui a vivir con mi abuela Laura, ella me crió éramos los dos solos", contó.
Asegura que tenía talento con el balón y por eso jugó en el fútbol amateur e incluso probó suerte en un grande del balompié nacional, aunque la experiencia fue traumática.
"Jugué por el Guadalajara, por el Progreso y el Juventud Ovalle. Después el profesor Ronaldo Torino, del Comercial 9 me llevó a entrenar a Colo Colo. Duré 6 meses. Lo que pasa es que había un grupo de jugadores que no permitía que entraran otros. Agarré camiseta de titular contra Palestino y en el siguiente entrenamiento me hicieron el vacío en el camarín. El día jueves en la práctica de fútbol me empezaron a pegar combos por detrás, me tiraban arañazos, hasta que en un tiro libre salté a cabecear, me hicieron un banquillo, caigo y se me dislocó el codo. Estaba Bernardo Bello, él me tiró el brazo para devolverme el codo a su lugar. Nunca más volví a entrenar. Tenía 17 años", relató sobre el desagradable episodio.
"No fui más a entrenar, me fueron a buscar al colegio, a la casa, no volví más. En ese tiempo vivía en el callejón Ovalle, tomaba la Matadero Palma, me bajaba en el paradero 12 y me iba a pata, cruzaba Santa Rosa, Vicuña Mackenna para llegar a Pedrero. El que menos llegaba, lo hacía en un Fiat 600, yo lo hacía a pie nomás. Esa era la diferencia", agregó sobre su fallido paso por la cantera del Cacique.
No dejó de jugar. Siguió en el barrio y lo llevaban a un equipo de Padre Hurtado, por eso se perdía todo el fin de semana: partidos no le faltaban.
"El sábado jugaba en la juvenil del Unión Progreso, terminaba y me iba con un grupo de amigos que se llama Los Tikers, íbamos a los colegios a las tertulias (fiestas). El domingo jugaba en la primera adulta del Progreso y después me esperaba en la cancha un Chevrolet Skynners y me llevaban a Padre Hurtado. Llegaba a la casa del presidente, almorzaba, me llevaban a la cancha y después me iban a dejar a la población Santa Adriana. Desaparecía todo el fin de semana de la casa, llegaba el domingo en la noche", precisó sobre sus ajetreados fines de semana llenos de fútbol.
En Santiago conoció a su mujer, Verónica.
Placillana de nacimiento, cuando Marco Velozo la conoció ya tenía a Georgelino Osorio, el veloz y hábil delantero de Balmaceda y Cóndor, y a Johanka.
Verónica tenía algunos problemas respiratorios y el aire del litoral era mejor que el smog de Santiago.
Marco trabajaba como inspector de garita de las micros Matadero Palma. Al año siguiente del terremoto de 1985 se vino con toda a familia.
Cinco años después de su arribo se le dio la oportunidad que no tuvo en Santiago. En la radio Sargento Aldea se inició como comentarista deportivo.
"Todo empezó cuando estaba Luis Michelson en la radio Sargento Aldea, tenía un programa que se llamaba Micrófono deportivo. En Bellavista se hacía un campeonato en la Casa de Piedra, lo organizaba el Bello Horizonte. Le llevaba los resultados a la radio y un día Michelson me abrió el micrófono y me dijo que contara cómo habían sido los partidos. Ese fue mi comienzo", rememoró sobre su primer comentario.
Como el mundo de la radio le atraía, Marcos sin recursos, pero con un ingenio envidiable, buscó fórmulas para llevar material más elaborado al programa. "Mi primera entrevista que llevé a la radio Sargento Aldea se la hice a Luis Ubilla en el casino de Huracán. Llevé un minicomponente con un micrófono plástico y lo puse en el casino, donde había luz, y ahí lo entrevisté, llevé el casette a la radio. Lucho Michelson me preguntó cómo la hice y le conté la anécdota. Eso lo escuchó Jorge Betancourt, el dueño de la radio, y me esperó con y una grabadora que me regaló", contó con emoción.
De ahí no paró nunca más. Luis Michelson dejó el espacio, pero Velozo siguió.
-Algún aviso que pudieras sacar, pero era complicado.
-Por ahí me las ingeniaba. Atendía un pool en San Antonio y después una fuente de soda, trabajaba en las noches. Primero atendía el pool en la noche, llegaba como a las 7 ó 7 y media y estaba hasta la una, dos o tres de la mañana. Después empecé a atender la fuente de soda, aprendí a hacer churrascos, Barros Jarpa, completos. Parece que me quedaban buenos, porque se me hacían pocos. Siempre quedaba corto.
Su amigo Guillermo Velarde lo ayudó en ese tiempo y así Marcos Velozo encontró la forma de llevar el sustento para la casa y trabajar en las comunicaciones, que eran su pasión.
Recuerdos
En 25 años de trabajo en las radios del litoral, Marcos Velozo acumula un sinfín de anécdotas.
Todavía no se le olvida la epopéyica transmisión que hizo en 1995 por el vicecampeonato nacional de la Sub 14 de la Asofútbol. "Me marcó esa transmisión. Primero porque transmitimos en directo desde Victoria, en un equipo donde estaban cabros como Rubén Pinochet, Juan Manzo o Daniel Leiva, quienes todavía juega acá. De vuelta, en el bus, me vine transmitiendo sin parar desde Chillán hasta el cruce Las Arañas, con un teléfono celular que los choferes de la Pullman Bus le hicieron un injerto en los cables, para poder cargarlo en el camino", recordó.
-Sí, por la tecnología evolucionó, antes se hacía todo a pulso. Para transmitir un partido antes teníamos que ir uno o dos días antes y ver si había cerca un teléfono de red fija que nos facilitaran. Dependiendo de la distancia, tirar claves entre el teléfono y el estadio. Te conectabas a una cajita del teléfono, tirabas el cable por arriba de los árboles y ahí conectabas una bomba, a través de eso salías. Era un .
-En ese tiempo transmitías y no sabías si estabas llegando, porque no tenías cómo comunicarte. No existían los celulares. Una vez en el estadio de la Usach, en Santiago, fuimos a jugar con Santiago Morning. Tiramos metros y metros de cable para llegar a los comedores de la universidad. Cruzamos una cancha de tenis, bajamos por unos escalones y llegamos a los comedores. Transmitimos los 10 primeros minutos y después llegaron unos alumnos a jugar tenis y nos cortaron el cable. Pensábamos que habíamos transmitido completo el partido, hicimos entrevistas, más encima el SAU ganó 3-1 y nadie supo nada. En Barnechea también nos cortaron el cable, una vez que el SAU les ganó.
-Ahora todo es más fácil. Antes los locutores tenían un control, quien era el que te sacaba al aire y ponía la publicidad en casette. Ahora el computador maneja solo la radio. Hoy trabaja menos gente, un computador pone la música, la publicidad, hace todo.
Hoy Marcos Velozo es uno de los hombres ancla del programa Siga el deporte de radio Chilena FM, el espacio que sigue la campaña de San Antonio Unido.
Junto a Daniel Corales, en la producción, el relato de Juan Antonio Vera y el trabajo periodístico de Pablo Medina, este verdadero equipo le dio prestigio y profesionalismo a la cobertura radial de los partidos lilas. "
Anda bien este equipo, aparte que a veces se nos integra el hijo de Juan Vera, nos da categoría. Va a llegar igual de lejos que Lucho Marambio, a quien le di micrófono, como también lo hice con Karen Meza, Juan Carlos Figueroa, Juan Carlos Godoy, y Juan Vera", recordó sobre sus "discípulos" en estos 25 años de radio en San Antonio. J
Marco Velozo anda donde el fútbol lo llama y por eso también se dedicó a la dirigencia y gestión deportiva. Uno de sus orgullos es ser parte del grupo de fundadores de la Puerta del Pacífico. "Participé en la creación de la asociación. Fui uno de los hombres clave, porque traje a Carlos Verner para que nos creara, él fue gerente de la Anfa y luego se dedicó a hacer asesorías deportivas, nos hizo toda la documentación. Nos armamos con 10 clubes en el año 2000", hizo memoria. Sobre este episodio agregó que "llegué ahí porque era secretario del SAU, me invitaron a participar, y en ese minuto a la gente no las conocían en la dirigencia regional y de la Anfa. Me aproveché de mis amigos para dar el paso justo".
Si Marcos Velozo puede ayudar a un equipo lo hace. Por muchos años colaboró con Balmaceda, en la mejor época de los gorriones, cuando ganaron su primera Copa Anfa. Velozo usó sus influencias para obtener una cancha para el club. "A los dirigentes de Balmaceda los senté delante del directorio nacional para que consiguieran el comodato del campo deportivo, porque estaba a nombre de la asociación San Antonio. Como era amigo de Martín Osses los llevé para que hicieran sus gestiones. Estaban Iván Pérez, Carlos Vargas, Sergio Guzmán; Alejo Pérez, quien descansa en paz, y Rafael Chacón. Esa vez a los dirigentes se les perdió el timbre en Santiago. No podían hacer nada, tuvieron que mandar a hacer otro", contó.
