Un bronceado perfecto es el que buscan los miles de veraneantes que llegan a las costas del Litoral Central, pero muchas veces terminan como jaibas.
Bajo un sol reluciente Luisa Pérez (34), oriunda de Santiago, se esparce a regañadientes el protector solar. "No me gusta echarme bloqueador. Lo encuentro hediondo", confesó entre risas.
Sin embargo, no tienen nada de gracioso las quemaduras a las que se expone por estar bajo el sol toda la tarde.
Luisa muy pocas veces usa el protector. "Hoy me puse bloqueador solamente porque mi marido compró", señaló.
Echarse bloqueador sólo cuando estamos en la playa y no todos los días es el error que más cometen las personas al exhibir sus cuerpos a los rayos ultravioletas (UV) sin mayor precaución.
Los expertos señalan que desde las 10 a las 16 horas los rayos UV son más altos, por eso se recomienda tener especial cuidado durante ese periodo de tiempo.
El daño se produce cuando se excede la capacidad de protección de la melanina, capa que cubre nuestra piel para cuidarla.
Ojo que los síntomas no aparecen de forma inmediata, pero con el paso de las horas la piel comienza a ponerse roja, afiebrada y extremadamente sensible al tacto.
Pía Miller (30) usa protector solar sólo para la temporada de verano. "Cuando voy a la playa me gusta protegerme con el quitasol. Pero a mi hija le echo protector cada dos horas", aseguró.
Lamentablemente el cuidado que tiene con la piel de su hija no es el mismo para su piel.
Sólo 15 minutos de exposición para una persona con tez blanca puede iniciar una seguidilla de síntomas como ampollas, fiebre, escalofríos, erupciones cutáneas y náuseas que pueden durar incluso varios días.
Entendidos en el área recomiendan remedios caseros como untarse aloe vera o tomar baños de agua fría se puede lidiar con el ardor.
Gwendoline Peters cada una hora se pone protector solar luego que una vez en sus vacaciones en Totoralillo quedara insolada. "Me desvanecía, no podía estar en pie. Cada media hora me metía al agua para que me dejara de doler", contó.
Tenga cuidado con los niños menores de cinco años, pues son los más susceptibles a los rayos del sol. Es por eso que se debe actuar con rapidez si un peque padece insolación.
Los dermatólogos explican que debe llevarlo de inmediato a un recinto asistencial mientras en el camino se les trata de enfriar el cuerpo con paños húmedos o desabrigándolo.
Ahora la recomendación para cuidar la piel es limpiarla, humectarla, exfoliarla y cubrirla con protector solar todos los días, esté nublado o parcial. J