Joven murió abatido por Carabineros en incidente registrado en Llolleo Alto
Fabián Ramírez tenía 27 años y se habría negado a un control policial.
Algunos vecinos sólo sintieron un estruendo. Otros alcanzaron a oír cuando los carabineros le pedían a Fabián Luciano Ramírez Campos que soltara el revólver que supuestamente llevaba en sus manos. El joven sanantonino, de sólo 27 años, murió pasadas las 09.00 horas de ayer cuando una bala disparada por un policía atravesó su pecho. Momentos antes, él habría amenazado con un arma de fuego al uniformado. Todo está en investigación.
Este hecho ocurrió en una sitio eriazo ubicado a un costado de la circunvalación Los Aromos, cerca de la calle Ginebra. Ahí, en medio del pasto seco y a vista de todos los pobladores, Ramírez cayó abatido. Según la Fiscalía, en su mano inerte afirmaba el revólver que tenía. Pocos lo conocían en el sector de Llolleo Alto. "Es del otro cerro", dijo un hombre que observaba el sitio del suceso.
De acuerdo a la información entregada por el fiscal jefe de San Antonio, José Miguel Subiabre, Ramírez se negó a ser sometido a un control policial y trató de escapar junto a un amigo que lo acompañaba. "Huye porque tenía una orden de detención pendiente", dijo.
El abogado añadió que "en la persecución, esta persona (Ramírez) extrae del cinto un revólver calibre punto 22 a fin de evitar su captura y, obviamente, tratar de dañar al personal de Carabineros".
Subiabre fue testigo presencial de la autopsia realizada al cuerpo del occiso y explicó que los resultados de dichos análisis, más las muestras biológicas levantadas en el lugar del hecho y los peritajes efectuados por la PDI aclararon la dinámica de las acciones. "En un momento de la persecución y luego que un funcionario disparara al suelo a fin de dar la alerta necesaria para que el sujeto deponga el arma que portaba, y al no acceder a esta petición para seguir huyendo y apuntar al carabinero al rostro con un calibre punto 22, el carabinero toma un arma de servicio, dispara e impactó a la víctima", detalló.
De acuerdo al fiscal, existe una secuencia lógica entre los registros de la Central de Carabineros y el Samu, ya que fueron los mismos policías los que llamaron al hospital para dar cuenta del baleo a Ramírez.
Además, dijo el fiscal jefe, el joven accionó dos veces su arma, sin que salieran los tiros debido a una falla que el revólver tendría por una modificación que le hizo.
Con todo, José Miguel Subiabre enfatizó que "a nuestro entender con los elementos recopilados, a horas de haber transcurrido estos hechos, sería una acción que estaría revestida de legalidad por parte de Carabineros y no una circunstancia diferente".
"El arma que portaba el fallecido, que era un revólver punto 22, fue accionada al menos dos veces".
José Miguel Subiabre