Cumbre Celac
La cumbre de la Celac genera una instancia para abrir los ojos respecto a la forma en que cada líder aborda los problemas que enfrentan sus países, la verdad detrás de sus actos y el contraste con sus discursos. Por un lado se observa la figura de Nicolás Maduro diciendo que la entidad regional debe ser una potencia de paz, unión y desarrollo, pero en su gobierno ha pasado todo lo contrario. Otras autoridades son algo más recatadas, y sólo tienden soterradamente a culpar por el mal pasar de la región a la caída de los precios de las materias primas y la calidad monoexportadora de los países, sin reconocer los propios errores.
El contraste a esta forma de actuar vino desde una figura ausente en la reunión. En efecto, el presidente de Argentina habla desde sus acciones, quien recogiendo un país a muy mal traer, ha tomado diversas medidas para revertir tal situación. No lo he visto hablar de los shocks externos o del yugo que le imponen otros gobiernos, sino que ha preferido el camino de hacerse cargo de sus propios problemas, con medidas difíciles, pero muy necesarias.
FÉLIX BERRÍOS THEODULOZ
MAGÍSTER ECONOMÍA, PUC