Secciones

El chef y fotógrafo que se la juega por hacer grande a San Antonio

Rodrigo Cifuentes actualmente divide su tiempo entre sus dos pasiones y admite que a sus 32 años lo que más desea es "seguir jugándomela por la ciudad puerto, porque soy ciento por ciento sanantonino".
E-mail Compartir

Pablo Jesús Gómez

Rodrigo Cifuentes Ojeda, a sus 32 años (nació el 16 de agosto de 1983), podría escribir un libro con varios capítulos y hartas páginas. Historias hay de sobra: su marcada infancia en Barrancas, sus estudios de cocina internacional en Viña del Mar, su práctica profesional en Valle Nevado, sus atajadas como arquero de la selección sub 17 de la Puerta del Pacífico, el recorrido de Chile de norte a sur mientras se desempeñaba en una agencia de turismo, también su vida en el Principado de Andorra (en Europa), y en la actualidad su trabajo, en que combina sus dos grandes pasiones: la cocina y la fotografía.

En Llolleo, en calle Santa Rita 185, instaló el local de sushi "Teriyaki". Comenzó hace poco más de dos años, con él en la cocina, y una amiga como garzona. El público los acompañó de inmediato.

"Y mientras estaba de lleno en 'Teriyaki', se me presentó un desafío gigante. Me llamaron de la Empresa Portuaria de San Antonio (Epsa) porque deseaban renovar las fotos corporativas y les interesó un book que les había enviado. Estoy muy agradecido por la oportunidad que me entregó Carlos Mondaca", relata Rodrigo Cifuentes, quien desde hace dos años es el único fotógrafo portuario de la Quinta Región.

Sus imágenes incluso han traspasado los trípticos corporativos, y algunas de sus imágenes del puerto sanantonino han sido publicadas en medios escritos como Las Últimas Noticias y El Mercurio de Valparaíso.

"Estoy haciendo lo que más me gusta. El primer acercamiento con una cámara la tuve cuando chico, porque mi viejo Ricardo Cifuentes, cuando yo era chico me pasaba una cámara para que me quedara tranquilo, porque era muy hiperquinético", dice entre risas Rodrigo, quien se define como un fotógrafo "autodidacta".

Mientras trabajaba en la agencia de turismo Optimus Travel, de propiedad de su tío Mario Medina, durante dos años (trabajó ahí por ocho años) estuvo leyendo y estudiando teoría de la fotografía. "En la agencia viajaba con grupos de adultos mayores, y pude recorrer prácticamente todo Chile. Como me gustaba la fotografía, comencé a leer y estudiar harto sobre el tema. Pero era solamente eso, cien por ciento teoría", recuerda. Hasta que pasaron los años, y gracias a la ayuda de su abuelo César Ojeda, logró adquirir una cámara marca Nikon modelo D300S. Y junto a su nueva joyita, participó en Santiago del único taller del que ha sido parte, que se especializaba en las fotografías a bebés recién nacidos. "Todo lo demás lo he ido aprendiendo de forma autodidacta, absorbiendo todos los conocimientos que voy mirando y observando", reconoce Rodrigo.

Siempre barrancas

Hasta los 18 años, Rodrigo Cifuentes vivió en calle España, sector de Barrancas, corazón cívico de San Antonio. "Es una etapa que atesoro mucho. Donde vivíamos era todo muy fraternal entre los vecinos, y a nosotros los más pequeños, lo único que nos importaba era jugar y estar en la calle todo el día. Me marcaron mucho los años en calle España", afirma con orgullo.

Fue en ese sector donde junto a sus amigos y familiares comenzó a desarrollar su pasión por el puesto de arquero. No era tan fanático del fútbol, pero jugar al arco le encantaba. Su logro más alto fue haber sido parte de la primera selección sub 17 que armó la Asociación Puerta del Pacífico en el año 2000, cuando recién había comenzado a funcionar de manera oficial la popular "Puerta".

Amor a la cocina

Tras estudiar en tres establecimientos educacionales (Movilizadores Portuarios, Escuela Industrial e Instituto Ercilla), una vez egresado de cuarto medio tenía más que claro su norte.

"A mi madre Gricel Ojeda le dije como en tercero medio que estudiaría cocina internacional. La verdad que la influencia en el tema culinario viene de mi tío Enrique Cifuentes. De chico que lo miraba en la cocina, y por ejemplo a los diez años ya sabía hacer mermelada", explica.

Egresó de Cocina Internacional en el Inacap de Valparaíso y su práctica profesional la hizo en Valle Nevado, durante la temporada invernal. "Estuve cuatro temporadas trabajando ahí, las que duraban cinco meses. Mi turno comenzaba a las once de la noche y duraba hasta las doce del otro día. Había que preparar un buffet para 400 personas, así que había que trabajar a full".

Los cuatro años en Valle Nevado le entregaron una idea del panorama culinario dentro del circuito nacional. "Era un amante como loco de la cocina y lo único que quería era trabajar", asevera.

Empezar de cero

Pero un accidente laboral frenó toda esa energía que derrochaba en la cocina. Se golpeó en la espalda y se le inflamó la páncreas. Estuvo siete meses sin poder trabajar, y con muy poco movimiento, lo que lo hizo bajar bastantes kilos. Tenía 23 años. "Estaba con la cara cadavérica. Muy flaco, y súper desmotivado, pero una llamada del chef Cristián Gómez, con quien nos hicimos muy amigos en Valle Nevado, me devolvió las ganas de trabajar", admite.

Cristián Gómez le ofreció trabajo en Valparaíso, en el reconocido Café Turri, ubicado en cerro Concepción. Allí estuvo siete meses, retomando las costumbres en la cocina, aunque con la mente puesta en San Antonio. "La verdad me fui porque extrañaba a mi hija", dice.

Su hija Florencia Antonia Cifuentes Tillería nació el 6 de mayo del 2005, y es sin lugar a duda su máxima motivación. "Ella es todo para mí desde que nació. Quiero aportarle paz y tranquilidad y eso es lo que intento transmitirle", afirma.

De vuelta en San Antonio, fue durante dos años el chef ejecutivo del Casino del Pacífico. Tuvo que armar su cocina desde cero. "No había nada, así que hasta los muebles de cocina salí a comprar. Armamos la carta, e incluso tuve que capacitar al personal de la cocina y de la barra. Tener a los 25 años la opción de ser chef ejecutivo en un casino era una gran oportunidad, por lo que ni siquiera me tomaba días libres para que todo saliera bien", recuerda.

En un principado

La experiencia en el Casino del Pacífico fue positiva, pero Rodrigo quería seguir ampliando sus conocimientos y experiencias. Aprovechando que su prima tabina Claudia Basualto vivía y trabajaba en el Principado de Andorra, decidió emprender viaje a Europa.

"Viajé para que después nadie me contara o me dijera como es la cosa en Europa, quería vivir mi propia experiencia. Trabajé con mi prima en el hotel Diplomatic de Andorra. El principado tenía una montaña donde iban muchos rusos a hacer deportes de nieve. Estuve un año como sub-chef del hotel y nuevamente volví a mi añorado y querido San Antonio", señala Rodrigo, quien a su vuelta, y tras desempeñarse como administrador de la discoteca Arena Studio, emprendió con su propio local de sushi que bautizó como "Teriyaki".

Jugado por el puerto

Rodrigo ya lleva dos años con el local de sushi que le entrega flexibilidad para combinarlo junto a su otra gran pasión que es la fotografía. "Podría estar en cualquier lado de Chile trabajando, pero me la quiero jugar por el lugar al que pertenezco. Conozco todos los lugares de esta ciudad puerto, y estoy agradecido de las oportunidades que he tenido para desarrollar mis dos pasiones que son la cocina y la fotografía en San Antonio", dice a sus 32 años Rodrigo Cifuentes Ojeda. O

su labor como fotógrafo portuario le ha entregado grandes satisfacciones a rodrigo cifuentes, quien lleva dos años trabajando junto a epsa.
Registra visita