La sanantonina que sana traumas con regresiones reconstructivas
Induciendo una sesión de reiki descubrió súbitamente que su paciente había llegado hasta el vientre materno y a partir de esa experiencia decidió estudiar la técnica para profesionalizarse.
Carmen Gloria Nam Villalón, de profesión contadora, es una llolleína que descubrió su verdadera vocación cuando ya tenía su vida resuelta.
Había estudiado una maestría en reiki y comenzó a explorar las energías de esta práctica japonesa.
De esto ya hace 20 años, cuando mantenía una consulta en Santiago y sucedió un hecho que la hizo descubrir los beneficios de la sanación a través de la regresión.
Un día estaba atendiendo al hijo de una amiga que mantenía una depresión después de haber sido asaltado en su domicilio.
"En la sesión de reiki que le practiqué, el joven fue relajándose y proyectándose en un lugar donde pudiera estar cómodo. En ese momento yo le pregunté donde estaba y me describió que estaba en un lugar oscuro. ¿Dónde? Le pregunté y me respondió: es mi mamá... Para mi sorpresa él me estaba diciendo que estaba en el vientre materno y yo no sabía qué hacer", revela.
Tras esa situación, Carmen dice que cuidadosamente fue apoyándose en documentos que había estudiado al respecto y fue guiando al joven para descubrir porqué había llegado hasta allí.
"Ese niño saltó de repente porque fue el momento en que su mamá le contó al papá que estaba embarazada. Era una familia muy tradicional que enfrentaba un embarazo no deseado y el sintió todo", recuerda.
Tras esa situación, Carmen Gloria decidió que tenía que estudiar el diplomado y fue certificada por la Organización Mundial de Terapia Regresiva Reconstructiva.
Complementaria
Las terapias de esta llolleína están enfocadas en ayudar a personas con problemas de depresión, drogadicción, alcoholismo, fobias e inseguridades, entre otras.
"Lo que les digo a todos los pacientes que vienen a mi consulta es que esta es una terapia complementaria que no reemplaza los tratamientos médicos y además no es recomendada para todas las personas", aclara poniendo énfasis en que no se trata de magia, ni algo milagroso, sino un trabajo profesional que está científicamente comprobado.
La teoría en la que Carmen Gloria se basa para buscar soluciones a través de las regresiones es que el 99% de todos los problemas se genera desde que la persona es concebida hasta los 9 o 10 años de edad, porque, según lo que explica, en ese periodo es sólo el hemisferio derecho (que es el lado emocional) el que está recopilando información y el lado izquierdo funciona como una 'caja negra', recibiendo información literal, sin emoción.
Según esto, los patrones de supervivencia que maneja el cerebro hacen que aquellas situaciones vividas que pueden hacer daño, se guarden en el subconsciente. "No se olvidan, están en la 'caja negra', pero igual están haciendo daño, porque no han sido superadas", dice.
Sanantoninos
Comparando los tratamientos que Carmen ha hecho en Santiago y los que ha practicado en San Antonio, dice se ha dado cuenta que son mundos totalmente diferentes.
Uno de los detalles más reveladores que entrega Carmen Gloria es que el 50% de los casos que ha atendido en su consulta de San Antonio corresponde a mujeres que han sido violadas y que no lo sabían.
"Llegan por depresiones, porque andan de mal humor, porque tienen malas relaciones con su pareja o con sus hijos y no entienden la razón de ello, ni saben cómo superarlo", comenta.
Además, Carmen Gloria, en su consulta de San Antonio, cobra menos de la mitad de lo que pide en Santiago, porque dice entender que se trata de realidades muy diferentes, pero con necesidades, quizás, mayores.
Quienes deseen contactarla pueden buscarla a través de su página de Facebook "Carmen Gloria Trr".
La terapeuta cuenta que tras haber estudiado la maestría en terapias de regresión reconstructiva, ella también debió someterse a estas regresiones y tomar un tratamiento que se extendió durante un año. "Yo tenía que vivir lo que significa esto, porque me tendría que exponer a situaciones que yo misma desconocía. Por ejemplo, si atendía a alguien que sufría el mismo problema que yo podría haber tenido cuando niña. Entonces yo me sometí a todo este proceso y sané, reconcilié todos los problemas que podría enfrentar", sintetiza.
Testimonio
Para graficar el trabajo que Carmen Gloria realiza, conversamos con una paciente que terminó su tratamiento hace un par de años.
Ella es Sindy, una mujer que tenía problemas para relacionarse con los demás. Según su testimonio, ella trabajaba en una tienda comercial y sus compañeros le reclamaban que era demasiado seria y enojona, aunque para ella no era una dificultad. La joven no veía necesario compartir con más personas de las que conocía y no le gustaba socializar o reunirse con otra gente.
"Yo vine por curiosidad. Conocí a Carmen Gloria por un amigo y pensé que podía ser buena idea conversar con ella. Estuve tres meses en terapia en el año 2013. Ahora que lo digo, no puedo creer que haya pasado tanto tiempo. Lo bueno es que no sólo yo me di cuenta que tuve un cambio, sino que todas las personas que me conocían, porque con el tiempo cambié y comencé a ser más positiva. Me proyectaba con otra mentalidad hacia el mundo, y se notaba", resume la mujer.
Después de haber trabajado con la terapia, Sindy cambió su actitud frente a la vida, cambió su forma de relacionarse con las demás personas y con el mundo en general y hasta cambió de trabajo. "Ahora soy como más light y las cosas no me afectan tanto", agrega con una gran sonrisa en su rostro.
De acuerdo al relato de Sindy, durante las sesiones de regresión siempre estaba consciente. "La terapeuta me iba guiando y veía lugares o iba sintiendo cosas que había vivido. Esto no se trata de regresar a vidas pasadas o algo paranormal. Se trata de ir a esos rincones de tu mente que guardan cosas que no te gustaron o te hicieron algún daño", comenta Sindy.
Otra de las dificultades que Sindy presentaba respecto al manejo de sus emociones era enfrentarse a grupos de personas y algo tan simple para algunos como saludar. "Hasta con mis parejas tenía problemas por eso, porque me encontraban apática o fría. No era de piel…", comenta.
Para sanar esta complejidad, Sindy recuerda una de sus sesiones de terapia donde su regresión la llevó hasta el vientre materno.
"Cuando yo nací, en el momento de mi parto, mi mamá estuvo a punto de morir y los médicos se concentraron en ella. Entonces mi primer contacto con el mundo fue traumático. Me faltó lo que llaman el apego. Me sentía muy sola y desprotegida en ese momento", comenta Sindy, quien admite que la solución para eso fue volver a nacer y reconciliarse con ese recuerdo traumático.