Para nostálgicos: Recordando la "galucha" de los '70 y '80
Cuando el cerro era una gradería, se encendían antorchas de papel y el Monstruo sí que era implacable.
Ir hoy a la galería de la Quinta Vergara ni se acerca a cómo era a fines de los '70 o en los '80, cuando el público era más crítico e implacable y soltaba sin temor al monstruo que llevaba dentro. Hoy muchos creen que los asistentes al Festival son más fríos y como cada jornada es armada para que no haya sobresaltos, ni necesidad de pifiar tienen.
Los nostálgicos creen que hace veinte o treinta años el Festival se vivía con más mística, porque muchos se sentaban en el cerro o arriba de un árbol, y porque se encendían antorchas de papel cuando un artista lo hacía bien. Y hasta se podía aventurar una protesta en contra de la dictadura.
Acá dos personajes cuentan su experiencia en esos años.
Fernando ubiergo
El cantante ganó la competencia internacional en 1978 y el Festival lanzó su carrera musical. "Yo alcancé a ir al Festival como público cuando se hacía en dos jornadas, tarde y noche. Recuerdo cuando entrábamos por el cerro, todo el mundo lo hacía. Me acuerdo haber llegado hasta adelante una vez y haber visto a Sandro en primera línea".
Ubiergo recuerda que "en esos años sí existía el Monstruo y la televisión, que ya lo transmitía, era un elemento adicional. El público era autónomo y no estaban segmentadas las noches, no había noche del rock, noche del pop... el público se mezclaba y eso significaba que podía haber sorpresas, no era predecible. Ahora es un 'Movistar' sin techo. El público hoy de monstruo no tiene nada".
Otro recuerdo imborrable de Fernando Ubiergo son las antorchas de papel, las que él pudo ver desde el escenario, cuando ganó el certamen. "Es muy impactante verlo ahí desde el otro lado, para un artista es increíble", dice.
Manuel chamorro
Los Pujillay estuvieron en 1982 y 1985 en el Festival y uno de sus integrantes, Manuel Chamorro, cuenta cómo vivió esas presentaciones. "Creo que era un público que no iba a ver a un artista en específico, como ahora que van a ver a un reggaetonero, pero antes ponen a un baladista o un humorista. El público es muy parcializado, ven al artista que abre y luego la mitad de la Quinta se va. Antiguamente la gente iba a disfrutar el Festival en pleno, era como una fiesta, llegaban a hacer la fila a las cuatro de la tarde e iban a ver el show en un todo y apoyaban mucho a los artistas chilenos".