Pilar Campos Carmona - cronicalidersanantonio.cl

Patricia Abarca ya no da más con esta situación. El miércoles pasado llegó a su casa en la población José Arellano de Cartagena y se percató que su querido poodle toy apricot, de nombre Franklin, había desaparecido.

Desde ese momento la joven no ha parado de pegar carteles y hacer llamados por las redes sociales, incluso, la animadora Karen Doggenweiler retuiteó el afiche donde aparece la cara de este diminuto animal.

"Yo creo que salió detrás de una perra en celo, porque lo vieron con muchos perros, y de seguro, ahí alguien lo tomó", sospecha la desesperada ama.

Esta suposición se acentuó cuando el viernes unos vecinos le comentaron que habían visto a su mascota con una señora en la feria de San Sebastián. "Lo más probable es que sea él", señala Patricia con la esperanza de encontrarlo.

Además, los vecinos le dijeron que la mujer que tenía al poodle es de contextura delgada, pelo largo y llevaba a Franklin en los brazos. "Todos me dicen que el perro estaba llorando. Él no está acostumbrado a estar con otra gente y detesta andar en brazos", cuenta.

Patricia está desolada. Ni siquiera puede conciliar el sueño por las noches. "Ahora tengo que tomar pastillas para dormir. El otro día estaba durmiendo y sentí que mi perro estaba llorando al lado de la puerta", expresa apenada.

La joven está tan desesperada que subió de $200 mil a un millón de pesos la recompensa para quien le devuelva a Franklin sano y salvo.

-¿Por qué subiste la recompensa de un día para otro?

-Yo ya tenía pensado subir la recompensa. Además, tenía listos los carteles y los tuve que salir a pegar por los lugares que lo vieron, para que la persona que lo tiene me lo devuelva.

-¿Has recibido algún llamado de alguien que lo haya visto?

-No, todavía nada. El miércoles a las doce de la noche nos llamaron lo inspectores de Cartagena, porque habían encontrado a un perrito. Iba toda tiritona, y cuando llegué me di cuenta que no era mi perro. Fue terrible.

-¿Hasta cuándo buscarás a tu perrito?

-Hasta que lo encuentre, y si no lo encuentro durante la semana voy a tener que ir a Santiago a fin de mes a pegar carteles por todas las comunas. Supongo que quizás la persona que lo tomó vino a veranear, y la mayoría que viene acá son de allá.

La joven está dispuesta a gastar todos sus ahorros con tal de reencontrarse con su mascota. "El millón de pesos es lo más que puedo dar y espero que con eso lo devuelvan", comenta. Sus números de contacto son 973561741 y 973033681.

La historia de Franklin

Franklin tiene dos años. Llegó a la casa de su ama cuando tenía sólo dos meses, justo cuando Patricia pasaba por un lamentable momento. Su padre había muerto. Es por eso que la cartagenina se aferró al perro porque se sentía triste y vacía.

"Arrendábamos una pieza, y la señora que estaba ahí traía a Franklin", recuerda. Luego de varias conversaciones en donde Patricia le pidió por favor que le vendiera el poodle, la arrendataria accedió. "Me lo vendió barato. Él llegó a llenar un espacio en mi corazón."

Más allá del dinero, la joven declara que "Franklin es mi vida. Yo no quiero vivir sin él. Me quiero morir".