Pesar por muerte de querido estudiante de cocina internacional
Sabino Cornejo Letelier falleció ayer, a los 24 años, producto de un cáncer que le habían detectado en diciembre pasado.
En su círculo más cercano cuentan que Sabino Javier Cornejo Letelier siempre fue el alma de cada encuentro familiar. Alegre por naturaleza, este joven tenía la talla a flor de labio, cualidad que heredó de su padre del mismo nombre. Dicen que ni en los peores momentos de su enfermedad perdió las ganas por hacer reír a los demás.
Por eso mismo su partida provocó tanto dolor en su familia y en todos quienes lo conocieron. Sabino Cornejo, nieto del conocido tenista llolleíno del mismo nombre, falleció a ayer en el hospital Carlos van Buren de Valparaíso, hasta donde había sido trasladado la semana pasada debido a las complicaciones que le había generado el cáncer. Tenía apenas 24 años.
El joven domiciliado en el sector Baquedano de Llolleo y ex alumno del Liceo Nacional y de los colegios Araucarias y Pompeya -de este último egresó de cuarto medio- había terminado recientemente el último año de la carrera de Cocina Internacional en el Instituto Inacap y sólo le faltaba titularse.
"Desde muy chico era fanático de la cueca y de la bicicleta, y después su gran pasión fue la cocina. Por eso decidió estudiar esa carrera que tanto le gustaba", relata su primo Carlos Letelier, quien ayer fue a Valparaíso para acompañar a la familia a retirar el cuerpo del sanantonino.
El deceso se produjo cerca de las 17 horas y tres horas más tarde sus restos ya estaban llegando a la funeraria Belén de Barrancas, donde estará siendo velado hasta mañana, día en que se realizará su funeral tras una misa programada para las 11 horas en la iglesia Santa Luisa de Marillac de Barrancas.
Según cuentan en la familia, en diciembre pasado, pocos días antes de la Navidad, el estudiante comenzó a sentirse mal y concurrió al médico. Los exámenes confirmaron que padecía cáncer, enfermedad que finalmente le arrebató la vida la tarde de ayer.
El joven era el único hijo del matrimonio conformado por Sabino Cornejo, trabajador portuario, y Paula Letelier, funcionaria del área de Salud de la Municipalidad de San Antonio.
"En la familia estamos todos muy apenados y tristes por su partida, pero al menos nos queda la conformidad de que ahora Sabino está descansando", comenta Carlos Letelier.
"Él tenía los genes de su padre y era una persona muy especial y carismática. Era chistoso, alegre y muy buena gente. Siempre trataba de regalar felicidad a las personas que lo rodeaban", finaliza su primo.