Carolina Bustos Muñoz
Molestia y rabia son las palabras que mejor describen el sentir de la comerciante Danica Romero. Asegura que su ex pareja jamás estuvo presente en la vida de su hija, pero que sí apareció hace unos meses para cobrar el dinero que la joven ahorró en su AFP, durante los cinco años que trabajó como arsenalera en el hospital Claudio Vicuña.
Según el relato de esta mujer, esta historia comenzó a desarrollarse a los pocos días del suicidio de su hija Valeska Jiménez, de 29 años, cuando el padre de ésta se acercó para pedirle que juntos fueran a la AFP a retirar el dinero que la joven había ahorrado "porque de lo contrario se perdería".
"En ese momento estaba enceguecida por la pena, así que jamás cuestioné lo que me estaba pidiendo", reconoce Danica, quien agrega: "por eso lo acompañé a retirar ese dinero que por ley nos pertenece a ambos por ser sus padres".
Danica confiesa que en un momento ella pensó ingenuamente que él le cedería su parte para pagar el préstamo que solicitó para cubrir los gastos del funeral de su hija. "El día que fuimos a la AFP tomó la mitad de la plata, se la echó al bolsillo y se fue a su casa. Lo encaré y le dije que no tenía moral para quedarse con ese dinero, pero, según él, lo iba a gastar en su hija y desde ese día jamás lo volví a ver. Ni una flor al cementerio le ha llevado, pero no tuvo problemas en quedarse con su dinero".
Esta situación la tiene muy afectada. Asegura que su ex pareja abandonó a Valeska cuando apenas tenía 9 meses de vida. "Él iba a dejar a sus hijos al colegio y pasaba por el lado de mi hija y ni siquiera la miraba. Jamás llamó para saber cómo estaba. Este hombre recién se acercó a ella cuando estaba dentro del ataúd. Ahí recién la llamó 'hija'".
funa
Danica decidió hacer "justicia" y para eso mandó a confeccionar un pendón, el cual instaló a un costado de su local ubicado en Uno Norte, en Barrancas, con el fin de funar a su ex pareja. En el letrero se lee: "Mi padre desde lo 9 meses y hasta los 28 años, nunca pagó pensión de alimentos, como tampoco me dio nada. Sin embargo, a mi ausencia, requirió de todos los fondos de mi AFP, más aún cuando ni siquiera aportó para mi funeral. Jamás me dio palabras de cariño ni mucho menos saludos en mis 29 años de vida".
La desesperada madre afirma que seguirá adelante con su funa a pesar de las consecuencias que esto le pueda traer.
"Quiero que todo el mundo sepa la clase de persona que es, por eso este cartel seguirá pegado ahí para quien lo quiera leer", finalizó.