Karem Pizarro Chacón
El buen humor del comediante Guillermo Bianchi, conocido en el ambiente artístico como Lord Wilo, se puso a prueba. Hoy sabrá si tendrán que cortarle un pié o la pierna completa debido a una necrosis que se extendió en su extremidad izquierda.
Pero no solo se toma con calma la tragedia, sino que en el tiempo que lleva hospitalizado en el hospital Claudio Vicuña preparó toda una rutina para cuando vuelva a los escenarios.
Bianchi es un limachino que hace cuatro años se radicó en San Antonio buscando nuevos horizontes laborales en el área de la construcción. Sin embargo, no todo fue color de rosas y los proyectos no fueron tan lucrativos como él esperaba.
Si bien nunca se ha alejado mucho de los escenarios, hoy continúa como manager del grupo "Los Picantes" y hace pocos meses hacía stand up comedy en distintos locales y pubs de Santiago durante los fines de semana.
Diabetes
En el año 2000, cuando sólo tenía 26 años de edad, Guillermo fue diagnosticado de diabetes. En 2003 su madre murió debido a problemas relacionados con este mismo mal, sin embargo, él no quiso cuidarse e hizo caso omiso a cualquier tratamiento.
Hace un par de años perdió sensibilidad en su pierna izquierda y tenía que apoyarse en un bastón para caminar. "Al final el bastón se veía como parte de mi personaje en mis actuaciones, así es que pasaba piola", comenta.
El 9 de febrero pasado fue hospitalizado en el hospital Claudio Vicuña por una necrosis y recién ayer pudo ser trasladado hasta el hospital Eduardo Pereira de Valparaíso.
Hoy, justamente cuando cumple 42 años, ingresará a pabellón, donde le realizarán una angiografía para determinar si es posible salvar parte de su pierna.
Según Guillermo, su familia se ha visto más afectada por su enfermedad que él mismo. Tiene una hija de 17 años y un niño de 13 que han sufrido al verlo hospitalizado y por la incertidumbre de saber que podría perder una pierna.
Humor
Más que su optimismo, sorprende su energía y cómo mantiene esa faceta de humorista creando una y otra talla acerca de su enfermedad.
"Cuando perdí sensibilidad en mi pié, hace más de un año, se me perdió una zapatilla nueva en el camino a mi casa. Me di cuenta recién cuando me bajaba del colectivo. Menos mal que no boté la zapatilla guacha, porque ahora me va a servir", bromea.
"Lo otro es que ahora si me cortan la canilla voy a caminar a la orilla de la acera para irme parejito. Ahora si después me cortan las dos piernas, me haré un carretón con rodamientos pa' subir la cabeza de chancho… Pero quieto no me voy a quedar", dice riendo y agrega, "igual estoy feliz saltando en una pata".
2003 fue diagnosticado de diabetes, cuando tenía sólo 26 años de edad.