Ley de aborto
Se está discutiendo uno de los temas más importantes del actual período de gobierno: se va a resolver si el país continuará defendiendo el derecho a la vida de todos los seres humanos, o bien, si pasará a ser parte de aquellos que consideran que hay personas cuyos derechos no debe garantizar ni proteger el Estado.
Como historiadora, me llama la atención el viraje de ciertos partidos y corrientes ideológicas en este tema. En los años 60 y 70, cuando desde Estados Unidos y ciertos organismos de la ONU se comenzaron a aplicar políticas de control de la natalidad en los países sub-desarrollados, los partidos de izquierda comprendieron que esta era una forma más de dominio de los poderosos del mundo, y llamaron a cerrar filas contra estas imposiciones.
En toda América Latina, muchos intelectuales denunciaron las políticas antinatalistas procedentes de Estados Unidos que, a cambio de ayuda económica, pretendían frenar la natalidad con el fin de reducir la cantidad de pobres en el mundo. El canto popular de protesta no fue ajeno a esta preocupación, siendo famoso el "Se precisan niños para amanecer", del comunista uruguayo Daniel Viglietti.
Ante la realidad que hoy vivimos, me pregunto: ¿cuál es la causa del giro de 180 grados en esta cuestión? ¿Es que la nueva generación de izquierda ya no cree que la difusión de las prácticas abortivas y otras formas de "control de la natalidad" constituyen una nueva forma de imperialismo?
En este debate se nos va la vida o la muerte de nuestra sociedad. Espero que nuestros representantes estén a la altura de los compromisos de la hora presente.
BÁRBARA DÍAZ KAYEL
DIRECTORA
DEL INSTITUTO DE HISTORIA
DE LA U. DE LOS ANDES