Abuelita clama por ayuda para reparar su casa que se cae a pedazos
La vivienda de Patricia Guzmán está "inhabitable", según una evaluación del municipio, debido a los graves daños que presenta en el techo, piso, ventanas y puertas, entre otras estructuras.
Patricia Guzmán, una vecina de 68 años del cerro Alegre, está angustiada y desesperada. Su casa de la calle Márquez de la Plata 924 se está cayendo a pedazos y no tiene cómo repararla. De hecho, posee documentos donde la Municipalidad de San Antonio declara que la añosa vivienda está "inhabitable" debido a los graves daños estructurales que presenta.
La situación, según la afectada, la tiene al borde del colapso. Cuenta que ha golpeado muchas puertas buscando ayuda para arreglar el inmueble y vivir en condiciones más dignas, pero todos los esfuerzos han resultado infructuosos. El problema es que su casa pertenecía a una antigua toma y ella, a diferencia de sus vecinos, nunca la regularizó, lo que le impide postular a subsidios u otras fuentes de financiamiento público.
"La municipalidad vino y confirmó que mi hogar está en paupérrimas condiciones, incluso tengo los papeles en donde califican la vivienda como inhabitable. Me dijeron que tenía que contratar a un arquitecto para que la revise y haga una evaluación de los daños para hacer posteriormente las reparaciones", expone la mujer, visiblemente acongojada.
"¡Mire cómo está el suelo! El piso está lleno de aserrín, porque aquí tenemos termitas que se están comiendo toda la casa", señala Guzmán con tristeza e impotencia por no tener los recursos para hacer los arreglos por sus propios medios.
Luego avanza por el deteriorado piso hacia una habitación del fondo del inmueble. Ahí se detiene y exclama: "¡Aquí tenemos hasta guarenes!".
El piso está plagado de grandes agujeros debido a las tablas que se han quebrado. Hay que tener cuidado para no tropezar. "Tenemos que dormir con las puertas cerradas por temor a que se metan los guarenes a nuestras camas. Ya no sé qué más hacer. Necesito, por favor, que alguien nos ayude para vivir más dignamente", clama.
No hay que ser experto en construcción para darse cuenta que la vivienda está en pésimas condiciones. En el techo, justo arriba de la mesa del comedor, hay un gigantesco forado de unos 50 centímetros que está tapado con cartón. "Así como está el techo, mi casa se inundará con la primera lluvia del invierno", anticipa.
Patricia Guzmán vive junto a dos hijas, dos nietos y otros familiares, entre ellos una mujer embarazada. "Somos nueve personas en total las que vivimos aquí. Imagínese ahora cuando venga el invierno. Nos vamos a ahogar", dice atemorizada.
Pago dinero
Para esta humilde vecina, su calvario tiene un responsable. "Después del informe que me hizo el municipio, hablé con un arquitecto e incluso le pagué 60 mil pesos por adelantado para que comenzara a trabajar en la regularización de mi casa. Eso fue a fines de noviembre. Ya han pasado cuatro meses y este señor nunca más apareció. Me da pena y rabia, porque esta gente se aprovecha de alguien pobre como yo", comenta al borde del llanto.
Confiesa que teme por su seguridad y por la de sus seres queridos. "Tengo miedo de que la casa se me caiga encima o que se inunde todo cuando lleguen las lluvias. He ido a la municipalidad y me han dicho que mientras el arquitecto no entregue un informe evaluando las reparaciones, no pueden hacer nada".
-¿Y no ha pedido ayuda al Serviu?
-En el Serviu me dijeron que no pueden hacer nada mientras mi casa no esté regularizada, y el municipio responde que para eso el arquitecto debe entregar un informe donde evalúe las reparaciones. Pero este hombre sencillamente esta inubicable.
Diario El Líder intentó contactar al supuesto arquitecto aludido, pero no fue posible. Mientras, Patricia Guzmán sigue de brazos cruzados esperando una solución que tal vez nunca llegará. "Lo único que quiero es ayuda para vivir más dignamente. Así no podemos seguir".
60.000 Esa cantidad de dinero le pagó la mujer a un arquitecto que prometió ayudarla.

