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Policías pueden allanar casas donde se cultiva marihuana sólo con orden de Fiscalía

Sebastián hace 4 años que cultiva cannabis sativa en su hogar para uso medicinal y reconoce que existe temor a la detención por poseer esta sustancia. El fiscal jefe de la zona explica la resolución de la Corte Suprema.
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Raúl Abarca Pailamilla

Sebastián tiene 31 años y desde el 2012 planta semillas de marihuana en su hogar. Primero se lo comentó a su esposa y luego a su vecino. Él explica que "todavía hay gente que piensa que la marihuana la consumen solo los drogadictos. Le avisé a mi vecino por un tema de respeto y le conté que era para fines medicinales".

Hace cuatro años que Sebastián sufrió una dolorosa fractura en el quinto metatarsiano de su mano derecha. "Me operaron, pero no pude realizar la parte kinesiológica por completo. Mi trabajo me lo impidió. La recuperación fue de cuatro meses y tras ellos tenía que estar dos meses en el kinesiólogo, pero fui solo tres semanas", contó este especialista en telecomunicaciones.

Sebastián vivió gran parte de su vida en la comuna de San Antonio; sin embargo, por asuntos laborales y familiares, emigró a Machalí, Sexta Región, donde vive con su esposa y dos hijos.

"Mi casa tiene una buena ubicación. Desde el exterior no se ve mucho el patio. Decidí plantar marihuana porque es muy caro comprar el aceite en el mercado negro. Imagínate que para un mililitro (ml) de aceite, necesitas 10 gramos de cogollo y cada gramo te cuesta $10 mil pesos, aproximadamente. O sea son 100 lucas que tienes que gastar por un ml, que en verdad no es nada. Y todo esto en la ilegalidad máxima, pues te pueden pillar y enviarte a la cárcel", confesó.

Tras la declaración de la Corte Suprema de señalar ilegal el ingreso de las policías a viviendas donde se avisten plantas de marihuana, Sebastián cree que el tema va bien encaminado.

"La gente piensa que uno es drogadicto porque tiene plantas y no es así. Falta un poco de cultura", manifestó.

Agregó que "como no pude hacer mi tratamiento de kinesiología completo, quedé con un dolor insoportable que se extiende desde mi mano hasta el hombro". Por ese entonces, Sebastián trabajaba en la industria de la minería y relató que en muchas ocasiones las temperaturas bajaban más allá de los -15°.

"Los dolores eran terribles y por lo mismo, empecé a buscar alternativas a la medicina tradicional, porque los relajantes musculares que te recetan, te dejan atontado y así nadie puede trabajar, menos en la minería. Te puede costar la vida", aseguró.

En san antonio

Al igual que muchos sanantoninos, Sebastián comenzó a investigar por su cuenta las propiedades de la cannabis sativa. Así como él, muchos han llegado hasta los growshop, tiendas especializadas en artículos de este producto, buscando ayuda.

Ana María Marambio hace un año que trabaja en Groen Growshop, ubicado en calle Pío X, Llolleo, y contó que son muchas las personas que llegan hasta este local a preguntar por esta medicina alternativa.

"Mucha gente adulta viene a preguntarnos por el aceite. Nosotros les explicamos de qué se trata el asunto, les entregamos información. Y la gran mayoría se lleva algunas semillas a su casa para cultivarlas y luego fabricar el aceite. Nosotros no lo vendemos porque su comercialización es ilegal", contó.

-Pero hay aceites que se venden en farmacias establecidas.

-Pero ese aceite es de semilla de marihuana y no de cogollo, que es el que contiene el THC y el CBD (sustancias presentes en la cannabis), que son las propiedades que permiten a nuestro cuerpo calmar los dolores.

Ana María detalló que hay diversas semillas en el mercado y que sus valores oscilan entre los $4 mil 500 y los $28 mil.

"La mayoría de la gente que compra es adulta que sufre de cáncer o de dolores. Están aburridos de los efectos secundarios que provocan los medicamentos tradicionales. Precisamente, los aceites no tienen estos efectos colaterales", reveló.

Por este motivo es que Sebastián comenzó a ahondar aún más en el tema y llegó hasta la fundación Daya, organización cuyo objetivo es "la investigación y promoción de terapias alternativas orientadas a aliviar el sufrimiento", como detallan en su sitio web.

"Una de las cosas que también me impactó fue ver al hijo de una amiga de mi esposa. Él padece de epilepsia reflectaria y cada día sufría más de 100 crisis. Esa no es vida. Ni menos para un recién nacido. Así comenzamos a investigar y la fundación nos ayudó mucho con sus talleres y a cómo preparar productos derivados de esta planta, como el aceite", dijo en relación a la organización que le entregó un certificado que acredita el uso medicinal de la cannabis sativa. "Cuando trabajaba en la mina, nos hacían test de drogas y siempre salía positivo. Entonces debía mostrar mi certificado".

De esta forma Sebastián ha calmado considerablemente sus dolores en su mano, brazo y hombro gracias a la dosis que consume diariamente y que, como él mismo contó "no supera a la de un grano de arroz".

"Es muy poco el aceite que se consume porque está concentrado. Recuerda que es a base de cogollo y no de semilla. La única forma de calmar mis dolores es operándome y que me abran la muñeca, el codo y el hombro para estirar el tendón atrofiado que me produce un dolor insoportable. Uno lo ve fácil. Pero las cosas no están para operarse. Solo la recuperación necesita un mínimo de seis meses y no puedo dejar trabajando sola a mi esposa", contó este profesional, quien junto a su mujer se dedican a la fabricación de pañales de género.

Modificación

Con respecto a la reciente declaración de la Corte Suprema, Sebastián se muestra un tanto optimista, sobre todo, por la gente que "realmente necesita este aceite".

"Si bien la modificación que se quiere hacer a la ley 20.000 aún está congelada, esto es un pequeño avance o más bien un poco de respeto por las personas que necesitan de las plantas. Da lata que por salud, por aliviar un dolor, se lleven a alguien detenido", reconoció.

Por lo mismo, el propio fiscal jefe de San Antonio, José Miguel Subiabre, aclaró que la Corte Suprema "lo único que busca con esta medida es mayor comunicación entre las policías y el Ministerio Público".

"Cuando un policía avista una planta de marihuana en una vivienda debe ponerlo en conocimiento del Ministerio Público para que se entregue una orden y así poder ingresar al domicilio".

Esto, según Subiabre, se hace para realizar una investigación y reunir antecedentes. Luego de esto, "las policías van al domicilio, hablan con el o la dueña de casa, le leen sus derechos y pueden acceder".

Pero también explica que si el morador se niega, se le solicitará al juez de garantía un permiso para ingresar a la vivienda.

"Eso es lo que corresponde realizar. Otra cosa es que el juez decida castigar o no a una persona por la tenencia de estas plantas. Porque una cosa es tener una o dos plantas a tener 15 ó 20. Pero el procedimiento es ese", detalló.

Subiabre explicó que en la provincia de San Antonio esta situación no es muy recurrente, puesto que la relación con Carabineros y la Policía de Investigaciones es constante.

Así lo ratificó la jefa del OS7 de Carabineros, la capitán Evelyn Bravo. "Siempre estamos en contacto con el Ministerio Público para evitar cualquier inconveniente que suceda".

En referencia a la realidad de la zona, explicó que "en San Antonio ocurren estos casos donde hay decomisos de drogas, pero siempre hay una orden de por medio, una investigación, que avale nuestro actuar", concluyó Bravo.

SERGIO RIVEROS
SERGIO RIVEROS
fiscal jefe josé miguel subiabre.
estos son algunos tipos de semillas que se pueden encontrar en el mercado local.
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