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Las mándalas ayudaron a sanar el corazón de una sanantonina

Hace siete años Silvana Lenis veía todo negro, hasta que a su vida llegaron "ojitos de Dios". Desde ese momento decidió ayudar a toda persona que necesite superar alguna tristeza a través de su talleres de lanaterapia.
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Pilar Campos Carmona

ASilvana Lenis González (39) desde muy pequeña le llamaban la atención los colores y la sensación de tranquilidad que le transmitían las mándalas, pero hace solo siete años llegaron a su vida para quedarse definitivamente.

Silvana nació y creció en la comuna de San Antonio. Durante su adolescencia asistió al colegio José Luis Norris. "Era una alumna de nota cinco. No me iba muy mal ni muy bien", admite.

Cuando terminó la educación media quedó embarazada. "A los 21 tuve a mi hija. Apenas pude me puse a trabajar y después, gracias a unas becas, estudié Administración de Empresas".

Hace 10 años se fue a vivir a Santiago para buscar un mejor futuro. Ahí se pudo desarrollar profesionalmente en una empresa de metalurgia. "En San Antonio no había trabajo y por eso tuve que emigrar para ejercer mi profesión".

Paralelamente a sus labores de oficina, Silvana comenzó a instruirse en el mundo de los colores y la geometría.

"Cuando sentí que ya no podía más, dejé el trabajo de un día para otro. Las mándalas eran lo que más me llenaba y era lo que en verdad quería hacer", dice.

Sanar el alma

Durante ese tiempo, los días de esta joven parecían no brillar, pero en las mándalas encontró la solución al problema que la aquejaba.

"Estas llegaron a llenar mi vida y a sanar mi alma de un dolor del corazón producido por un amor".

Las mándalas cada día se hacían más famosas y llamaban su atención, sin saber que esta técnica sería su gran aliada para acabar definitivamente con su sufrimiento.

-¿Cómo las mándalas te ayudaron a terminar con tu pena?

-Cuando los colores llegaron a mi vida decidí no quedarme atascada por el dolor y la amargura tras la ruptura con el padre de mi hija. Hay mujeres a las que les pasa lo mismo y deciden no amar más o no dejan partir al hombre que estuvo a su lado. Les cuesta mucho entender la situación.

-¿Cuánto tiempo pasó antes que tu dolor se acabara?

-Mi duelo fue de siete meses. A mí ya no me duele, pero sigo trabajando con mis emociones.

Cultura Huichol

Las mándalas vienen de los monjes tibetanos y su nombre en sánscrito significa "círculo o rueda".

Esta técnica es una terapia milenaria. Los monjes las construían para entregarla como ofrenda a la madre tierra y terminar con pestes, sequías, hambrunas, entre otros males.

En Latinoamérica la cultura Huichol o Wixárikas del norte de México, también se dedicó a realizar este tipo de artesanía, que en su civilización recibió el nombre de "ojitos de Dios".

"Los huicholes son muy religiosos. Los hombres y mujeres desde niños tienen la facilidad de hacer artesanías muy hermosas. Ellos nacen tejiendo y bordando", cuenta.

Silvana compartió con la etnia y aprendió la técnica para dedicarse por completo a replicarla y así transmutar su dolor y el de más personas. "Ellos tienen una cultura muy rica", comenta.

Aprender haciendo

Cuando Silvana recién aprendió a tejer mándalas no conocía la técnica, pero una joven argentina se atravesó en su camino y la instruyó en el tema.

"Ella me enseñó que las mándalas son geometría sagrada. Por ejemplo, los huicholes usan solo cuatro puntas que representan los puntos cardinales y el centro es la madre tierra", explica alegre.

Desde ese momento en su vida se marcó un antes y un después. Ella empezó a aprender e investigar sobre esta técnica. Simplemente se enamoró de los colores y de las mándalas.

Camino espiritual

Una vez acabado por completo el dolor, el corazón de esta sanantonina quedó lleno de alegría y comenzó a preocuparse por otras cosas.

"Empecé a trabajar mi parte espiritual, porque uno muy pocas veces la logra conectar. Me hice terapeuta holística y comencé a ayudar a cambiar el dolor de las mujeres. He atendido a muchas y sé que sirve", agrega.

En las terapias que Silvana efectúa trata de despertar los chakras (según el hinduismo son centros de energía inmensurable situados en el cuerpo humano) a través de los siete colores. "Por ejemplo, cuando no tienes mucha conexión con la tierra trabajamos el color rojo para que puedas enraizarte", explica.

Con estas sesiones trata de ayudar a las personas a salir a adelante a través de una limpieza contra las malas energías, una lectura de cartas para guiar a sus alumnos y finalmente el taller de mándalas.

talleres

Silvana es muy abierta con los asistentes de sus talleres. Ella les cuenta un poco de su vida para hacerles comprender, especialmente a las mujeres, que se puede lograr salir del dolor. Los sienta en círculo para que compartan y estén cómodos fabricando las mándalas.

-¿Qué se les enseña durante las clases a los asistentes?

-Durante las clases se les enseña a los alumnos la técnica que está basada en la geometría sagrada. Esta es una herramienta para reavivar la creatividad de las personas. Además, el trabajo que realizo consiste en recuperar a la mujer en toda su esencia. Es la reconstrucción total para que volvamos a estar felices y tranquilas.

-¿Cuáles son los beneficios de la lanaterapia?

-Reduce el estrés, promueve la tranquilidad y el buen humor, despierta nuestra creatividad y muchas cosas más.

-¿Los niños pueden participar de estos talleres?

-Sí, por supuesto. En los niños produce grandes cambios en su concentración, motricidad fina, paciencia, etc. Los colores nos enseñan a ver dónde el niño está apuntando y desde ahí trabajar.

Silvana realizará su taller en Centro Cultural Social Pato Yeco, ubicado en Las Palmeras 819, el 8 de mayo de 10.00 a 14.00 horas.

Para más información enviar correo a silvanalenis.76@gmail.com o llamar al número 9 53403963.

Silvana se destaca por utilizar la técnica de la cultura huichol proveniente del norte de México.
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