Vieja casona se ha quemado cinco veces, pero sigue siendo refugio de los viciosos
Los vecinos reclaman por la gran cantidad de basura que se acumuló en la propiedad de calle Germán Brain. Dicen que los roedores se pasean como Pedro por su casa.
Los de vecinos de calle Germán Brain, en San Juan, ya perdieron la cuenta del número de veces que han visto cómo una casa abandonada del sector se comienza a incendiar.
No se trata de una vivienda embrujada como en los cuentos de hadas. Por el contrario, los autores de estos siniestros son personas de carne y hueso.
Se trata de "chiquillos jóvenes que usan la casa para tomar y drogarse", asegura Ingrid Guajardo, unas de las principales afectadas por las condiciones en que está la propiedad ubicada a pocos metros de su hogar.
"Entran todos los fines de semana en la madrugada y cuando llamamos a Carabineros salen corriendo", agrega la mujer.
"Al menos cinco veces ha tenido que venir Bomberos a apagar las llamas. Esta casa se ha quemado montones de veces porque quedan cosas prendidas por ahí. Es un peligro enorme. El fuego puede pasar a nuestras casas y provocar una catástrofe", anuncia.
De acuerdo al relato de los lugareños, la antigua residencia está sin moradores hace más de cuarenta años. El actual propietario vive en Estados Unidos y probablemente no tiene idea en qué se convirtió la vieja casona.
Gran parte de los cierres perimetrales está en el suelo. Lo que alguna vez fue un antejardín está lleno de basura y botellas de alcohol. Solo quedan los vestigios de lo que alguna vez fue un parrón. En el patio trasero la situación es similar, pero en el interior de la vivienda es donde está lo más desolador.
Las murallas lucen llenas de rayados y garabatos. Poco queda del piso de parquet, el que está tapizado de coligas de cigarros y papelillos que alguna vez tuvieron pasta base.
A pesar del desorden, aun se puede apreciar lo que alguna vez fue una espaciosa cocina, el comedor y el living con una chimenea de ladrillo.
A plena luz de día no se divisa ninguno de los ocupantes ocasionales, pero el olor a heces y orina proveniente desde una de las habitaciones demuestra que hace no mucho tiempo alguien pasó por allí.
"No sabemos qué hacer. Hemos ido a la Municipalidad, hablamos con la gente que vino a limpiar hace unas semanas, pero nos dicen que el dueño vive en Estados Unidos y que vende la casa en $50 millones", revela Ingrid.
Como si los molestosos "visitantes" no fueran suficientes, los vecinos también tienen que luchar contra los ratones que se pasean como Pedro por su casa por todo el sector.
"Andan unos guarenes gigantes y se nos meten a las casas. Acá vive gente mayor y niños. Es un asco tremendo", señaló Nancy Cepeda, otra de las afectadas.
"Tenemos que ponerle fin a esta situación. Esperamos que alguien nos ayude de una vez por todas", finalizó la mujer.