por Jean Flores Quintana
Es imperiosamente necesario corregir o eliminar la actual ley de pesca, viciada desde sus orígenes en forma y en fondo. A la luz de los hechos comprobados hasta la publicación de estas notas, se puede afirmar que congresistas votaron defendiendo los intereses económicos de empresas pesqueras que financiaron sus campañas políticas regular o irregularmente. El foco de atención, cual cortina de humo ha sido la validez o no de la anulación de la ley 20.657. Acá desarrollaré dos focos de similar relevancia y que se entienden de manera complementaria.
El Fondo. Los derechos sobre los recursos pesqueros. Tenemos la necesidad de discutir sobre el uso que le daremos a los recursos naturales considerando;
a) Chile ocupa el puesto 8 en la industria pesquera mundial, por tanto, en los tiempos donde las utilidades del cobre no están a la altura de las expectativas, la pesca es un sector económico oportuno para impulsar la economía nacional.
b) La relación entre el sector público y privado es útil en varios aspectos, fundamentalmente en los tecnológicos, no obstante, los recursos pesqueros que se encuentran en el territorio nacional son estratégicos para la seguridad alimentaria.
c) El pescador artesanal de orilla ha co-existido con su medio desde antes de la República, pues comprenden cabalmente el círculo de vida oceánica, mas no así los industriales que arrasan todo. Los procesos de extracción han estado fuera de toda norma ética de sustentabilidad ambiental.
La Forma. El mecanismo de discusión. Bajo los marcos actuales, la participación ciudadana, se remite a jornadas de conversación, sin vinculación real. La opinión de los ciudadanos es un saludo a la bandera en la tramitación de proyectos.
En la discusión sobre una nueva ley de pesca, deben agregarse en horizontalidad las voces de pescadores organizados; pueblos originarios y mujeres recolectoras de orilla. Si comprendemos la política como la relación de fuerzas que se ejercen para conseguir objetivos, que ojalá, propendan al bien común, entenderemos que es posible alcanzar puntos de acuerdo, si y sólo si, los distintos grupos de interés se escuchan con respeto.
Tanto en las alianzas electorales como en los gremios pesqueros y sindicatos artesanales, existen múltiples miradas en su interior, ahora bien, estas opiniones en un sistema integrado de consulta-vinculante puede ser el origen de nuevos nodos de producción territorial que generen nuevos y mejores empleos.