El extraño caso de la "mujer sin nombre" que se resiste a abandonar las calles
La indigente, que vivía frente al edificio de la PDI San Antonio, reapareció frente al Estadio Municipal de Cartagena, donde se negó a recibir asistencia de la municipalidad. No existe identidad de ella en ninguna institución.
E lla dice que se llama Fruty Werina, pero no tiene documento que lo compruebe. Asegura que viene de París, pero no habla una gota de francés sino que una extraña combinación de español y portugués.
Lo único cierto en el caso de la indigente que vive en calle Ignacio Carrera Pinto, frente al Estadio Municipal de Cartagena, es que no tiene a nadie en el mundo.
Funcionarios del Departamento Social del municipio intentaron trasladarla a un lugar más cómodo, sin embargo, ella se resistió tenazmente. No cambia el carrito de supermercado, donde tiene sus pocas cosas, los plásticos con que se cubre, y a sus perros y gatos por nada ni nadie.
"Estoy bien", asegura mientras levanta la mano para saludar. Agrega que la lluvias no le afectan en absoluto porque está acostumbrada y que "la gente y los comerciantes son muy buenos".
De acuerdo a lo informado por la Municipalidad de Cartagena, la mujer llegó en abril de 2014 a la comuna de San Antonio, donde se instaló primero en el Paseo Bellamar, y luego frente al edificio de la PDI, en calle 21 de Mayo.
"Llegué a Iquique en 2011 y después fui viajando por distintas ciudades hasta llegar acá", contó en octubre de ese año a Diario El Líder, cuando afirmó que provenía de la ciudad brasileña de Sao Paulo, donde tenía 9 hijos.
En el municipio de Cartagena, agregaron que en 2010 el Departamento de Extranjería de la Policía de Investigaciones detectó su presencia en la comuna de Estación Central, en la Región Metropolitana.
A pesar de los esfuerzos de la PDI, las indagatorias no habrían arrojado resultados concluyentes sobre la verdadera identidad de la mujer.
"No tiene identificación o inscripción en el Registro Civil. No tiene nacionalidad chilena. Se presume, por su fisonomía, que pertenece a alguna etnia amazónica", explicaron desde el municipio, desde donde añadieron que la indigente registra al menos dos internaciones en casas de acogidas de Carabineros y de la PDI.
Como no tiene ninguna identificación no se le puede deportar a Brasil, de donde posiblemente provendría, ni tampoco se le puede ingresar a un programa gubernamental o incorporar a beneficios. Solo ayuda humanitaria en caso de emergencia.
Según lo informado por el municipio, la indigente "no está en calidad de indocumentada sino que de inexistente jurídicamente al no presentar inscripción de nacimiento o registro de identidad en país alguno".
Fruty, si es que ese es su nombre real, vive acompañada de dos perros y un número similar de pequeños gatos. Aunque en el lugar no hay envases de ningún tipo, en las redes sociales aseguran que ella duerme todo el día y que por las noches bebe grandes cantidades de alcohol.
Su foto también ha circulado por internet pidiendo una intervención de las autoridades. Sin embargo, a pesar de los intentos de la municipalidad, ella no pretende abandonar su lugar en la calle.
Su situación también estaría en conocimiento de las instituciones del adulto mayor de la provincia, del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) y de Carabineros, que establecieron un protocolo ante un posible fallecimiento de la mujer en la vía pública. El problema es que la extranjera porfía en no recibir ningún tipo de asistencia.
"Llegué acá caminando", explicó ayer. Hablar con ella no es fácil. Entiende gran parte de lo que se le dice, pero para ella es difícil expresarse.
"La gente es buena, pero me quedo acá, con ellos", dice enfática al mostrar los perros. No parece tener algún problema mental y también se le ve limpia y bien cuidada. Dijo que llegó ahí por sus propios medios y que cuando se aburra tomará todas sus cosas para irse nuevamente. "No se preocupen tanto, estoy bien", repitió al final.