David Muñoz Castillo
A algunas personas les cuesta más superar los golpes de la vida, otras se levantan rápidamente, como si nada hubiese ocurrido. Marcelo Sánchez Francesetti (38 años) tiene esa capacidad.
El año pasado sufrió un grave accidente automovilístico. Cualquier ser humano común y corriente habría enfrentado un largo proceso de recuperación, pero este instructor de muay thai en un tiempo récord superó las secuelas del infortunado incidente.
"Me chocó por detrás el auto una camioneta. Me quebré 6 costillas, la clavícula, los dos mangos rotatorios (del hombro), un pulmón perforado y me iban a amputar la pierna derecha. Eso fue el primero de agosto del año pasado y empecé a hacer clases el primero de septiembre en el gimnasio que estamos ahora, el Power Fitness", rememoró.
"Nahy", como es conocido en el mundo del boxeo tailandés, ya tenía un grupo grande de alumnos en su club, el Steel Elbows (codos de acero). Unas semanas antes del accidente buscó un lugar más grande y llegó al recinto de la calle Lautaro. "Estábamos recién llegados cuando un día se le muere la mamá a un amigo, vengo de vuelta del velorio y me choca por detrás una camioneta. Me dieron tres meses para recuperarme, y a la semana ya andaba tirando patadas frontales por los pasillos del hospital", agregó.
Marcelo no se siente como un superhéroe ni algo parecido, pero sabe que su estilo de vida y su reiterada práctica de deporte lo ayudó. "Tengo 38 años empecé con el profesor Dante del Pino a los 13 años, llevo 25 años haciendo esto. No es que sea Wolverine o algo por el estilo, pero el doctor me explicaba que es algo bastante común entre la gente que practica algún deporte, porque tiene un metabolismo más acelerado. El cuerpo funciona de otra forma, es como una máquina que si la ocupas siempre, si está en mantención y uso funciona bien", teorizó sobre su rápido proceso de recuperación.
Reconoce que le quedaron algunas secuelas tras el accidente, pero no se hace problemas. "Quedé con secuelas, pero el pulmón no es problema, pateó más fuerte con la pierna de la rodilla que me armaron de nuevo", contó entre risas.
En ese momento difícil recibió mucho apoyo. Tal vez esa sea otra de las razones de su pronta recuperación. "Estoy muy agradecido de la gente y del cariño que me dieron. En dos días me fueron a ver al hospital 47 personas y me vieron cómo estaba. No me podía mover, si estaba todo quebrado, estornudaba y me dolía todo, no podía ni toser, ni moverme, no fui al baño en una semana, estuve con cabestrillo y arnés como dos meses", rememoró.
Para retornar a sus actividades y a sus clases, Marcelo Sánchez, tuvo la ayuda de sus alumnos más cercanos. Su respaldo le permitió volver al muay thai. "Después de un mes del accidente volví a hacer clases con la ayuda de mis alumnos más antiguos, Pablo Alarcón y Pablo Sanhueza. Así empezamos en el gimnasio de la calle Lautaro y empezaron a llegar alumnos, algunos se quedan otros se van, algo común", aseguró.
Muay thay
El muay thai llegó a Chile el año 2001. Fue el cubano Eric "El Tigre" Castaños el impulsor del boxeo tailandés en el país. El isleño capacitó a Sergio Liempi Varas, quien se transformó en la piedra angular del muay thai en Chile. Marcelo Sánchez comenzó a practicar esta arte marcial en 2002. "Me fui de San Antonio, en 2000 trabajaba en Santiago en los camiones de Prosegur y entrenaba todo vale con el "Gorila" Martínez. Después llegó el muay thai, a Maipú, cerca de una casa que arrendaba. No habían rings, tatamis, entrenábamos con camilleras de fútbol", evocó.
En sus comienzos, Marcelo Sánchez dudó en transformarse en un instructor y enseñar su experiencia. "(Sergio Liempi) me dijo que me dedicara a instructor, pero mi afán en ese tiempo era ser un buen peleador, escalar alto, pelear afuera, busqué el campeonato nacional, y llegué al segundo lugar. En 2009 me regaló el curso de instructor, salí aprobado y empecé a hacer clases. Primero en el patio de mi casa, y en un momento llegué a tener harta gente, éramos 12", recordó.